Encuentro con Tricile en su regreso al teatro Compac Gran Vía

Tras el éxito alcanzado en temporadas anteriores,TRICICLE regresa a Madrid con su última y novena producción BITS. En el espectáculo, los integrantes de Tricicle se convierten en BITS (unidades mínimas de información binaria) y como tales, a golpe de ratón saltan de sketch, de tema, de decorado, de personajes, de gafas, de sexo, e incluso recuperan a viejos conocidos para hacerse un auto-homenaje con el fin de aumentar una pasión enfermiza que les persigue desde hace 35 años: lograr la mayor Densidad de Gags por Minuto Posible (DGMP).

tricicle-bits Encuentro con Tricile en su regreso al teatro Compac Gran VíaSegún Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans, BITS es un espectáculo digital en código de gags trinario, y con él regresan al Teatro Compac Gran Vía coincidiendo con su 35 aniversario.

La misma mañana del estreno celebran un encuentro con los medios al calor de un chocolate con churros. Un encuentro del que entresaco lo más básico: Creen que BITS va a ser su último espectáculo y, sin embargo, en él alcanzan 12 sketchs frente a los 5 que constituían Manicomic, su primer espectáculo en 1982: O sea que ahora estamos sudando la camiseta como nunca en la vida. Esa pasión enfermiza de aspirar a más nos persigue siempre, pero lo que nos da la medida de si gustamos o no, son las risas, el estallido inevitable que se percibe -o no- en el público. Nos quita el cansancio incluso en los dobletes. En cuanto oyes al público reír, ya estás en marcha y se te olvida todo, hasta la vergüenza».

Uno de los sketches de Manicomic (Soy un truhán, soy un señor) aparece en Un-dos-tres de TVE y, de la noche a la mañana, pasan de ser populares a llenar teatros. Estaban entonces en la Sala Cadalso, de Madrid, cuando apareció alguien de ese programa televisivo a convencerles para hacer algo. En la Cadalso, unas noches llenaban y otras no, pero se resistieron ya que pretendían hacer un humor para intelectuales… Luego resultó que todos los intelectuales veían el Un-dos-tres.

Los 35 años de carrera en común dan para mucho. Pronto se pasa del placer al agotamiento por mor de los compromisos, los viajes (hasta 10 meses fuera de casa y lejos de la familia), por lo cual han decidido que el verano va a ser sabático. El 29 de marzo se despiden y borran todo para volver más tarde, abrazarse y empezar de nuevo a pensar en los gags.

«Supongo que lo más interesante para la prensa es qué hemos hecho para resistir juntos 35 años y no lo que hemos hecho en estos 35 años», dice Paco Mir, uno de los tres componentes de Tricicle. Pues ésta es la respuesta: tomarse meses sabáticos: «Cuando más se trabaja es en verano, pues nosotros vamos a descansar».

Son la única compañía teatral de España con 35 años de profesión y en la que sus fundadores continúan ejerciendo de actores. ¡35 años en primera línea!

Todo empezó un sábado de noviembre de 1979 en Breda (Barcelona), donde escogieron el nombre de Tricicle. Y siempre se acordarán de que cobraron en especie: una cena de conejo con caracoles. Aquí empezó todo. Atrás queda el stage de mimo en Menorca donde por primera vez coinciden los tres (Joan Gracia, Carles Sans y Paco Mir) hasta llegar al momento actual, con BITS. Teniendo en cuenta que esta obra se vio por primera vez en Alicante el 24 de mayo de 2012, y que cada obra de Tricicle tiene una vida escénica de 4 años, a BITS todavía le queda vida escénica.

Echan de menos a los humoristas de antes (Tip y Coll, Martes y Trece), pero sobre todo un humor en el que había un guión. Uno de los sketches cerraba el ciclo al conectar con otro anterior y ya se sabía que eso era el final. Ahora todo son monólogos en que el humorista cuenta una situación risueña y dice de repente ¡Buenas noches! (ahí os quedéis) y se va.

Echan de menos también a Pepe Rubianes, y en cuanto a humoristas como Yllana, sus posibles seguidores, «los seguimos pero apenas nos tratamos por falta de tiempo».

tricicle-bits-escena Encuentro con Tricile en su regreso al teatro Compac Gran Vía

Por públicos, unos son más reacios que otros a la risa. En Cuenca, por ejemplo, donde llenaron el Auditorio, nadie se reía hasta que al final hubo un aplauso ensordecedor: «Se pasa mal, estás desorientado, no es un público fiestero de Alicante o Valencia, pero te haces con él y ahora ya nos conocemos. En Francia, fabuloso. En Alemania, ni una mosca se oye hasta el plauso final e incluso los que ríen son requeridos por los demás para que se callen, que no dejan oír. En Japón se ríen tapándose la boca… A nosotros lo que nos va es la risa desde el primer momento, eso es lo que nos hace sentir que somos queridos allí, que es nuestro público estemos donde estemos».

«Somos permeables aunque no vamos con la libretica, como el cine de comedia que es muy universal. El humor es universal, por eso no podemos hacer gags localistas que despisten a unos por halagar a otros, pero el elemento canalla del Mediterráneo lo captan cada vez más».

¿Altibajos?: «A partir de Manicomic, hemos estado en una bola de nieve que no hace más que crecer y crecer, de ahí que tengamos que imponernos el descansar».

  • Título: BITS
    Guión, Dirección y Producción: Tricicle
    Actores: Joan Gràcia, Paco Mir y Carles
    Teatro Compac Gran Vía de Madrid [Gran Vía, 66]
    Fechas: Del 29 de enero al 29 de marzo Horarios: Jueves y viernes 20.30h, sábados 19h. y 21.30h., domingos 18h.
  • ¡9 ÚNICAS SEMANAS!
Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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