Se llama Javier Duarte, es del PRI (partido que ostenta la presidencia nacional) y gobierna el Estado mexicano de Veracruz desde primeros de diciembre de 2010. Durante estos años se ha incrementado la delincuencia, los asesinatos, la persecución a periodistas, a defensores de derechos humanos… y han desaparecidos miles de millones de pesos de las arcas del Estado.
Javier DuarteEn marzo de este año 2016, diputados del PAN y el PRD interpusieron un juicio político contra Duarte por el daño causado a las finanzas públicas por más de 35 000 millones de pesos (1591 millones de euros) detectados por la Auditoría Superior de la Federación. Le acusan de enriquecimiento ilícito, peculado, e incumplimiento del deber legal.
Quedan pocos meses para que termine el sexenio, y se temía que la Procuraduría General de la República (PGR) no hiciera nada al respecto, pero, ante las informaciones aparecidas en la prensa en julio pasado, no les ha quedado más remedio que, cuanto menos, hacer una inspección en las instalaciones del Gobierno veracrucense y dar por válida la denuncia. Eso sí, lamentando la filtración. Suponemos que, si no es por eso, acaba el año y Duarte se va de rositas.
Según fuentes oficiales, la PGR requirió a la Dirección de Catastro y Valuación del Estado de Veracruz información relacionada con 35 empresas y 34 personas, quienes pudieran estar vinculadas con el gobernador Javier Duarte en el desvió de recursos públicos. Según afirma la procuraduría, el 29 de julio de 2016 se trasladaron agentes del Ministerio Público de la Federación y elementos de Policía Federal Ministerial a la ciudad de Xalapa, donde se encuentra la sede del gobierno de Veracruz, para proceder a las consiguientes averiguaciones para dar con el autor de la filtración a la prensa, puesto que parece que sí estaban investigando.
El pasado 19 de septiembre se conformaron dos grupos de trabajo. Uno de ellos está integrado por un fiscal, un agente del Ministerio Público de la Federación, policías federales ministeriales del Grupo Especial de Operaciones y policía federal de Investigación. El segundo está encabezado por el titular de la Subprocuraduría. A día de hoy existen dos carpetas de investigación: una de 10 tomos y 12 anexos, y otra de 4 tomos y 69 anexos. La causa está en marcha.
Javier Duarte, el peligroso
Nació en el Puerto Veracruz y acaba de cumplir 43 años el pasado 19 de septiembre de 2016. Es abogado, maestro en economía y políticas públicas, y maestro, también, en gestión pública. Dos de los títulos le fueron otorgados en España: en el Instituto Universitario Ortega y Gasset, y en la Complutense de Madrid. La vida pública la inició en 1995 como asesor en la Secretaría de Gobernación, aunque su carrera política despegó realmente en 2008, con 35 años, cuando fue nombrado Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno de Veracruz. Posteriormente fue diputado federal y ocupó importantes cargos en varias comisiones y organismos que le auparon a la gubernatura actual.
Una vez instalado en Veracruz, como dueño y señor, empezaron las quejas. Parece que este hombre ha actuado como un auténtico señor feudal. Tenía claro que la prensa no iba a impedir que hiciera lo que le pareciera procedente (léase lo que le viniera en gana). Lo ha demostrado fehacientemente: en estos seis años han muerto 19 periodistas. Y no por causas naturales.
Según comentó en su momento el exdirector de Artículo 19 para México y Centroamérica, Darío Ramírez, recogido por la agencia Quadratin, una de las formas más fáciles para la justicia veracruzana es montar una diligencia mal fundamentada, relacionar al reportero con un grupo criminal, o decir que era blanco de alguna de estas bandas. Así pasó una y otra vez.
La organización Article 19 ha contabilizado que, solo de enero a marzo de 2016, hubo 69 agresiones contra la prensa: 17 en Veracruz, 11 en Guerrero y 9 en Ciudad de México. En 2015, estas entidades también registraron la mayoría de ataques a la prensa. En 33 de los casos se señalaron a funcionarios como los agresores. De éstos, 12 involucran a elementos del Ejército o fuerzas federales. Las autoridades niegan responsabilidad y no existe iniciativa por abrir investigaciones en contra de ningún servidor público.
La foto de Proceso que cabreó a Duarte y le costó la vida a Rubén Espinosa.Aquí hay que recordar el asesinato de Rubén Espinosa y su colaboradora Nadia Vera, junto a otras tres personas más. Ambos habían tenido que marcharse de Veracruz porque su vida corría peligro por denunciar los tejemanejes del Estado y criticar al gobernador. Recalaron en la Ciudad de México, pero les siguieron. Allí perdieron la vida hace un año en la colonia Narvarte, una buena zona de la ciudad.
En cuanto al tema económico, hay que recordar que la Universidad de este Estado lleva tiempo lamentando la falta de recursos porque no les llegan los que les corresponde, no solo por parte del gobierno de Duarte, si no del Gobierno federal. A primeros de 2016 promovió dos denuncias penales y un amparo para reclamar la entrega de 2076 millones de pesos (más de 94 millones de euros), porque seguía sin recibir el dinero, tras haber confiado en que Duarte cumpliría su promesa de hacer efectivos las cantidades adeudadas. Siguen sin recibirlas.
En su informe de actividades 2016-2017, presentado a primeros de septiembre de 2016, indican que “ante la falta de escrúpulos y el desconocimiento de la palabra empeñada del gobierno estatal, distintos actores sociales y grupos organizados y no organizados se hermanaron en una sola voz demandando a las autoridades estatales el cumplimiento de su deber legal”. Y asegura que “mientras la Universidad Veracruzana salía a las calles en todas sus regiones, de manera inédita en el país, la Cámara Alta del Congreso de la Unión tomó, por unanimidad, un punto de acuerdo para exhortar al Gobierno del Estado de Veracruz a cumplir sus compromisos con nuestra Universidad”. Con un poco de suerte, quizás consigan que este año “alguien” les pague lo que se les debe.
En cuanto a la seguridad, según publicaba el periódico británico The Guardian a primeros de junio de este año, Veracruz se ha convertido en uno de los Estados más peligrosos, censurados y endeudados de México.
Solo hace unos días se produjeron los últimos asesinatos: un sacerdote y su sacristán murieron a manos de todavía no se sabe quién. Por medio parece que había la miseria de cinco mil pesos (unos 227 euros) que se llevaron los asesinos. Por las mismas fechas se ha sabido de la aparición de 35 cuerpos sin vida abandonados en las inmediaciones de una plaza comercial en la capital. A primeros de agosto, un supuesto enfrentamiento entre militares y grupo armado había dejado otros ocho muertos. A mediados del mismo mes, otro enfrentamiento entre “supuestos” delincuentes, en el puerto de Veracruz, sumó otros cinco cadáveres a las trágicas cifras de estos últimos años.
En julio pasado se registraron 132 homicidios, la cifra más alta desde 1995. Aunque los datos oficiales se cree que están muy maquillados, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública presentó recientemente un informe en donde recoge que, entre enero y agosto de este año 2016, el número de víctimas de homicidio, secuestro y extorsión en Veracruz fue de 1271, 82 y 95, respectivamente. Los Estados que le superan en homicidios son Jalisco (1497), Michoacán (1756), Estado de México (1947) y Guanajuato (2064).
Un par de apuntes más: un grupo de propietarios de cisternas para el transporte de agua, que trabajan para la Comisión de Agua del Estado de Veracruz, reclaman que se les debe cerca de 1 millón 800 mil pesos (81 814 euros) por el servicio de transporte del líquido. Es decir, Duarte no pagaba ni el agua que consumía la población. Además, se está cuestionando la limpieza del proceso electoral en el que fue elegido su sucesor, Miguel Ángel Yunes, del Partido Acción Nacional (PAN). De momento, le ha multado con 35 000 (1590 euros) pesos por intervenir en este proceso electoral. Es una cantidad ridícula para alguien acusado de “sustraer” 1500 millones, pero que se le haya probado su injerencia en las elecciones, ya es significativo.
Parece que sí, que el PRI (a cuya cabeza está Peña Nieto como presídete del país) ha decidido ponerle freno a este hombre. Habrá que esperar acontecimientos.
