El historiador, periodista y defensor de los Derechos Humanos Maati Monjib ha sido condenado por un tribunal de Rabat a un año de prisión firme y una multa de 15.000 dírhams (1380 euros) por «atentar con la seguridad del Estado y fraude», dentro de un caso que se remonta a hace más de cinco años, a noviembre de 2015, por la celebración de un curso de formación para periodistas ciudadanos.
Un total de siete personas estaban procesadas tras organizar un programa de formación sobre periodismo ciudadano y el uso de teléfonos inteligentes.
Así, el Tribunal de Primera Instancia de la capital marroquí, además de Monjib, condenó a tres periodistas, Hicham Kharbichi, Abdessamat Ait Aicha e Hicham Mansouri, con la misma pena de cárcel y multas de entre 10.000 y 15.000 dírhams (920 a 1380 euros).
También fue condenado Mohamed Essabr a tres meses de cárcel, sin ingreso en prisión y multa de 10.000 dírhams (920 euros). Otros dos periodistas Maria Moukrim y Rachid Tarik, acusados de «recibir financiación extranjera sin notificarlo a la Secretaría General del Gobierno» han recibido una multa de 5000 dírhams (460 euros).
Estas sentencias han causado bastante asombro ya que todos los procesados no fueron informados previamente ni se les entregó la sentencia hecha pública a través de un portal digital del Ministerio de Justicia marroquí. Este caso además sufrió un total de veinte aplazamientos desde su inicio.
Maati Monjib es fundador de la Asociación Marroquí de Periodismo de Investigación (AMJI). Es crítico con el Gobierno y con la «policía política», habiendo protagonizado varias huelgas de hambre desde 2015 por el acoso policial al que ha estado sometido en los últimos años. «Es la ‘Policía Política’ la que gobierna en Marruecos», declaró en una entrevista.
El académico tiene además pendiente otro juicio por blanqueo de dinero, y se encuentra encarcelado desde el pasado 29 de diciembre de 2020, tras ser detenido en un restaurante en Rabat. Todo apunta a que la actual condena es para evitar que pueda salir en libertad provisional en este último caso.
Amnistía Internacional (AI) había pedido precisamente el miércoles 27 al Gobierno marroquí que pusiera en libertad «inmediata e incondicional» a Monjib, por haber sido «enjuiciado por cargos falsos» en relación con su trabajo sobre la libertad de expresión.
La organización ha reclamado también que se retiren todos los cargos en su contra, tras «años de vigilancia digital ilegítima y de acoso judicial».
«Desde que concedió a los medios una entrevista de gran repercusión en la que criticó a la agencia de inteligencia interior de Marruecos por reprimir a oponentes políticos, Monjib sufrió, primero, el acoso policial, y ahora, un juicio mediático», lamentó la directora regional adjunta para Oriente Próximo y el Norte de África de AI, Amna Guellali.
También Reporteros sin Fronteras (RSF) condenó la detención del pasado diciembre, recordando que llevaba «años sufriendo acoso judicial».
«Es inaceptable la detención prolongada de Maati Monjib, que está siendo sometido a una verdadera campaña de acoso judicial, policial y mediático», denunció Souhaieb Khayati, director de la oficina de RSF en el norte de África: «Pedimos que se retiren de inmediato todos los cargos contra una de las voces críticas más emblemáticas de Marruecos».
Las detenciones de periodistas suman y siguen en Marruecos
¿Queda alguien en libertad en marruecos? …. solo anda a sus anchas la COVID-19. Mal o lo siguiente, es el panorama sanitario que se visualiza desde la frontera de el Tarajal hacia todo el territorio del corrupto reino alauita. Un reino, millonario, donde solo vive a cuerpo de rey el dictador Mohamed VI, quien es capaz de abandonar a su suerte, sobre todo en el plano sanitario, a sus ciudadanos. La represión supera el covid, todo aquel que hable en voz alta o escriba con conocimiento de causa, es de inmediato perseguido y encarcelado. Ejercer la profesión periodística en Marruecos es jugársela. No se cuántos compañeros quedarán en libertad por defender y decir la verdad, pero presiento que al paso que van y la forma de actuar de los esbirros del rey, son muy pocos los que vivan con el temor de ser apresados y encarcelados. Mohamed VI entiende así la democracia.
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