Un hombre que va con frecuencia al servicio, tiene micción dolorosa, retención aguda de orina y algún otro síntoma inespecífico, puede que tenga prostatitis; una inflamación de la glándula prostática que sufren entre uno y dos hombres por cada 10 000, según datos oficiales.
La prostatitis hace referencia a una serie de síntomas que tienen que ver con la micción, aunque también pueden ser sexuales o de la zona perineal en mayor o menor medida. La sintomatología es diversa y depende de si la causa es infecciosa o no. Si se cronificara, la solución plantearía algún que otro problema añadido. Por ello, es conveniente realizar una exploración cuando se llega a una edad avanzada, o si existen síntomas “extraños”, a fin de comprobar si existe una inflamación de la próstata producida por alguna infección bacteriana. Cualquier bacteria puede causar una infección urinaria y por ello se puede padecer una prostatitis bacteriana aguda que cursa con importantes dolores. Tampoco hay que descartar que algunas enfermedades de transmisión sexual puedan causar esta inflamación.
Existen dos tipos de prostatitis: la aguda y la crónica. La primera la origina una bacteria, normalmente la Escherica Coli, produce una infección en la glándula. Suele dar fiebre, molestias perneales e incluso imposibilidad para orinar. La prostatitis crónica, por otro lado, es un inflamación del tejido prostático y no es de origen bacteriano. Realmente no se conocen todas las causas de esta afectación, pero sí es cierto que la próstata, que no es otra cosa que una gran bolsa que se llena de bolsitas pequeñas que producen el líquido seminal, se inflama.
Si este líquido acumulado produce una maceración y afecta a las células protáticas, produce también inflamación y dolor. Aún no se sabe por qué se produce en unos pacientes y en otros no. Además, hay que añadir que el dolor va y viene, con lo cual el paciente no acude a un facultativo a que le explore y le explique qué está sucediendo. Cuando la situación es aguda, hay que tratarlo con antibióticos adecuados, y también hay que procurar un cultivo del semen, para evitar que se cronifique. Si esto sucede habrá que emplear otros descongestionantes prostáticos, como alfabloqueantes y también antiinflamatorios, para aliviar las molestias del paciente.
Es muy importante realizar un masaje prostático transrectal y una eyaculación frecuente con el objeto de renovar el líquido seminal almacenado, añade el especialista consultado. Es necesario un tratamiento precoz con identificación del agente causante. Al mismo tiempo, hay que intentar llevar una alimentación equilibrada y una vida no sedentaria, estando muy contraindicados montar en bici, en moto, o el ir a caballo, así como conducir largos periodos, o estar sentado mucho tiempo, sugiere el médico.
Los hombres que hayan practicado la “marcha atrás”, además de otros que no han llevado una vida con cuidado de la zona prostática, pueden ser candidatos a tener una prostatitis a lo largo de su vida. La prevención es importante, y la visita al urólogo es absolutamente imprescindible.
