La educación es uno de los aspectos que más afecta en el progreso de la sociedad. Inculcar valores positivos, desde etapas tempranas a las nuevas generaciones, puede ser signo inequívoco del buen rumbo que tomará esa sociedad en el futuro.
Uno de los aspectos que más preocupan a gran parte de la población mundial, es cómo todos esos jóvenes acceden a las nuevas tecnologías que tienen a su disposición y el uso correcto que hacen de las mismas.
El foco se pone en determinadas actividades a las que se puede acceder con dispositivos inteligentes a través de internet, y que tienen un rango de edad para su práctica. Sin duda, el campo del juego online es el que más miradas centra, buscando el denominado juego responsable, y procurando la imposibilidad de acceso a menores de edad a estas plataformas de ocio.
Muchos países están trazando su hoja de ruta particular para alcanzar estos objetivos. El primer pilar es la educación entre sus jóvenes por medio de cursos y charlas con expertos, a la hora de poner sobre la mesa todos los aspectos de controversia que tiene el sector del juego, para muchos, e inculcar el aprendizaje de no acceso a esas webs hasta que cumplan la mayoría de edad.
El Reino Unido se ha convertido en referencia a nivel mundial en este tipo de programas de concienciación entre sus jóvenes. Más si cabe, después de que los grandes operadores británicos de juego hayan lanzado un programa nacional sobre educación en el juego responsable para adolescentes de entre once y diecinueve años.
El presupuesto para ello, de diez millones de libras, pone de manifiesto la importancia que dan estos miembros destacados de The Betting and Gaming Council o BGC, la principal asociación del juego en el Reino Unido, de alcanzar el objetivo que llegan persiguiendo desde el inicio de su actividad.
El alcance de la campaña propuesto por las autoridades es muy ambicioso: la capacitación de más de cien mil profesionales que imparten educación a los jóvenes, incluidos maestros, trabajadores juveniles, profesionales de la salud mental de la comunidad, policías y fideicomisos deportivos comunitarios.
Conseguir desterrar las malas praxis que pueden surgir como consecuencia del desarrollo natural de la actividad, es fundamental para que esta actividad económica siga creciendo como hasta ahora. Sin olvidar, los requerimientos exigidos a nivel legal, y las medidas pensadas en jóvenes, que en un futuro pueden ser la clave para llegar a la meta.