La formación online gana terreno frente a la tradicional

El 2020 ha terminado dejando uno de los peores años para el recuerdo. Ahora se encara un 2021 repleto de cambios y mucha incertidumbre. El mundo sigue asimilando los últimos meses mientras hace una transición que mira completamente hacia el sector digital.

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Los negocios de todos los rincones del globo se están digitalizando para poder seguir adelante. El teletrabajo corre como la pólvora mientras las empresas buscan la mejor forma de trasladar su actividad al plano digital, por lo que las soluciones tecnológicas están siendo el bote salvavidas para numerosos sectores.

Pero no es solo el mundo profesional el que está cambiando hacia esta dirección. La formación y la educación también están girando el timón hacia el océano digital. Ya hubo retazos con las clases online en la enseñanza obligatoria, una pequeñísima pincelada de lo que muchas entidades de gran calibre han estado ofreciendo durante años con la formación online.

Estudiar online tiene poco de nuevo, pero sí que está evolucionando a un ritmo descomunal. Grandes centros como la Escuela de Negocios y Dirección son un gran referente de la formación online. ENyD, en colaboración con otro centro de renombre como es la Universidad Europea Miguel de Cervantes, ofrece Grados, Másteres y formación especializada empleando la enseñanza online. Todo ello, además, con titulaciones oficiales y garantía de calidad.

Una muestra de un abanico cada vez más grande y cada vez con más alumnos. La educación y la formación a través de internet están creciendo a paso veloz, aceleradas principalmente por una pandemia que nos ha hecho mirar más que nunca a la tecnología y las facilidades que presenta.

¿Qué ventajas plantea la formación online?

El principal motivo por el que la formación online está cogiendo más inercia es por la seguridad. Actualmente, dar clases presenciales se está volviendo una opción poco segura. De hecho, la reticencia respecto a este método está creciendo por el riesgo de contagio.

Las personas abogan más por propuestas que les permitan formarse desde casa, sin tener que exponerse a agentes externos que puedan ponerlas en peligro. Un hecho que encaja perfectamente con este método de estudio digital.

Asimismo, es importante destacar también la flexibilidad que suele plantear este sistema. Aunque no siempre, muchos cursos, másteres y grados online dan bastantes facilidades en cuanto a horarios, para que los alumnos puedan compaginar el trabajo con la formación.

Por eso suelen tener amplios horarios de tutoría, ofrecer clases en vídeo, toneladas de material adicional y todo lo que cabría esperar de una formación de calidad. En este sentido, su versatilidad es infinitamente mayor a la del modelo de clase magistral que tantos años ha estado funcionando en nuestro país y en tantos otros.

Ni desplazamientos, ni problemas por horas. Algo a lo que se suman nuevos métodos didácticos que empiezan a demostrar su eficacia. Uno de los puntos más interesantes es que la oferta que hay es tan amplia, que también explora una gran variedad de métodos de enseñanza que se alejan de lo estándar.

Todo esto les permite combinar la formación práctica y la teórica de formas más originales y eficientes. De este modo, los profesionales que se forman por esta vía consiguen una preparación considerable y, en ocasiones, incluso mejor que la de las opciones más tradicionales.

Muchas empresas modernas, además, miran cada vez con mejores ojos a aquellos que se están formando o se han formado de manera online. Algunas, incluso están ofreciendo formación a sus trabajadores siguiendo esta nueva corriente.

Y tampoco sorprende, viendo las ventajas que plantea. Tampoco es un problema para el estudiante y mucho menos por limitaciones tecnológicas. En España, sin ir más lejos, sólo un ocho por ciento de los hogares carece de conexión a internet. Una pequeñísima parcela de la población.

De una crisis siempre nacen nuevas oportunidades, y la de la pandemia está sirviendo para dar a la formación online el valor que se merece. Los centros de todo tipo se están amoldando más a estos sistemas educativos modernizados, ofreciendo más herramientas y recursos a quienes prefieren estudiar desde casa, con su ordenador, su teléfono o su tablet.

En plena era de la información, más que un paso lógico, ya es un paso absolutamente necesario. El contexto lo ha forzado, pero ha conseguido que se derriben muchas barreras que dibujaban a la educación online como algo carente de calidad y validez. Está empezando a demostrar que es todo lo contrario, y que es la opción favorita para muchos profesionales que quieren seguir creciendo personal, académica y profesionalmente.

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