La expresión ojo de halcón (del inglés hawk-eye), que hace referencia al ‘sistema informático que se aplica en algunos deportes para determinar la trayectoria de una pelota y el punto exacto en el que toma contacto con el suelo’, se escribe con minúsculas y sin cursivas ni comillas.
Sin embargo, en los medios informativos se observa vacilación respecto al modo de escribirlo: «David Ferrer para el partido con 6-5 y 30-40 a favor para pedir el ‘ojo de halcón’», «Berdych pide la revisión, pero el ojo de halcón corrobora que la pelota tocó la línea» o «El “Ojo de Halcón” llega a la liga inglesa».
Según recuerda la Fundación del Español Urgente (Fundéu), ojo de halcón sigue el modelo de compuestos como, por ejemplo, ojo de buey, que se recoge en el Diccionario académico, y se halla plenamente consolidada por el uso como locución nominal (con forma fija y significado unitario pese a escribirse en palabras separadas), por lo que lo apropiado es escribirla sin ningún tipo de resalte y, al no ser un nombre propio, en minúsculas.
Así pues, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido optar por «David Ferrer para el partido con 6-5 y 30-40 a favor para pedir el ojo de halcón», «Berdych pide la revisión, pero el ojo de halcón corrobora que la pelota tocó la línea» y «El ojo de halcón llega a la liga inglesa».
Auge des Adlers, ojo del águila en alemán, es expresión también usada en la industria óptica (Carl Zeiss) para referirse a la resolución imbatible de los mejores objetivos fotográficos, como es el caso de los acoplados a las cámaras satelitales capaces de hacer identificable desde el espacio la cabecera y los titulares del periódico que estamos leyendo…