Costó lo suyo esperar a que los señores académicos eliminaran del Diccionario acepciones insultantes referidas a los protestantes como “Secta de Lutero” (luteranismo); “Que sigue el luteranismo o cualquiera de sus sectas”, “Perteneciente a estos sectarios” (protestante). Fue en la vigésimo primera edición del DRAE de 2010 en que “secta” pasó a ser “doctrina”; “sectas”, ramas”; y “sectarios”, “seguidores”. Pero estos tímidos pasos en nada apuntan a una apertura ecuménica del Diccionario. Católico, por ejemplo, sigue siendo “Verdadero, cierto, infalible”, “Sano y perfecto”. Por contra, interreligioso, lo mismo que interconfesional, son voces inexistentes para los señores académicos.
Un joven estudiante de Periodismo, mi hijo Pablo López Medel, llamaba en diciembre de 1998 la atención en la centenaria revista El Eco Bautista sobre la discriminación religiosa católica que ejercía el DRAE sobre los no católicos. Pusimos nuestro grano de arena dejando un ejemplar en cada casillero de señor académico y a la vista está que entre otras aportaciones más ilustres, especialmente las del eminente intelectual protestante canario afincado en Costa Rica Plutarco Bonilla Acosta, los señores académicos dieron entonces su brazo a torcer.
Pero el DRAE sigue ejerciendo discriminación religiosa y de conciencia.
“La palabra interreligioso –reza la vigente vigésimo segunda edición del DRAE– “no está registrada en el Diccionario.”
Tampoco la palabra interconfesional.
La broma pesada sigue en las apostillas a ambas entradas con las palabras que muestra a continuación como “de escritura más cercana”: antirreligioso [sic] por interreligioso e interprofesional [sic] por interconfesional.
En el caso de interdenominacional (la relación entre las distintas denominaciones cristianas protestantes: bautistas, hermanos, pentecostales, carismáticos, metodistas, presbiterianos, reformados, luteranos, calvinistas, anglicanos, adventistas…), el DRAE no reconoce la palabra ni tampoco voz parecida alguna.
A estas alturas mantener ignorada la voz interreligioso sonaría a broma pesada si no fuera una afrenta a musulmanes, budistas y cristianos ecuménicos, del mismo modo que no reconocer la palabra interdenominacional acentúa la deiscriminación semántica del DRAE contra protestantes, evangélicos, anglicanos, ortodoxos… y católicos por el ecumenismo.
Vivir para ver… y para seguir enviando “dardos en la palabra” a los católicos buzones de los señores académicos. Porque, erre que erre, de la inclusión de interreligioso, interconfesional, interdenominacional y otras voces, nada de nada para la próxima edición, la vigésimo tercera, del DRAE, que saldrá a la calle en octubre de 2014 con 88.000 palabras y dos tercios, 60.000, con artículos enmendados.
Enmiendas que tardan en llegar fuera del sacrosanto territorio académico de la Iglesia católica. Pastor (protestante) seguirá siendo “sacerdote”, ahora ya no “de esta iglesia o secta”, solo solo de iglesia. Pero sigue sin ser definido como lo que es, “líder de una iglesia o grupo religioso“ o simplemente “ministro de culto“.
