Mejor película documental en los Premios Goya 2014
“Las maestras de la República” es sin lugar a dudas un documental histórico que nos sitúa en una época, la de la Segunda República española, en la que las mujeres, maestras en este caso, iban a jugar un papel determinante en el campo de la enseñanza y la cultura de un país que iba a más, que se esforzaba por el progreso bajo el Gobierno republicano, proyecto que como ya se menciona en la documentación, “quedó interrumpido tras la Guerra Civil con la terrible depuración ejercido por el Gobierno franquista sobre un magisterio comprometido con las ideas republicanas”.
El trabajo, llevado a cabo por la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT en colaboración con Transit Producciones, y bajo la dirección de Pilar Pérez Solano y Luz Martínez Ten, ha obtenido el premio de Mejor Película Documental en los Premios Goya 2014. En opinión de los responsables, se trata de un documental hecho en recuerdo de las maestras republicanas que dedicaron sus vidas a la construcción de una educación basada en los ideales de igualdad, justicia y solidaridad.
Debemos tener en cuenta que la educación constituyó uno de los grandes compromisos sociales de la democracia en la Segunda República española, ya que el objetivo era configurar el Estado docente que llevaría la cultura y la enseñanza a los rincones más remotos del país para construir una sociedad más justa, libre, equitativa y solidaria.
Y en este sentido, las maestras republicanas participaron de forma comprometida y valiente en el desarrollo de dicho proyecto, representando el modelo de mujeres modernas e independientes. Se trata de mujeres que creían en la igualdad, y por eso separaron los muros que separaban a alumnos y alumnas, reminiscencia de la Iglesia Católica, proponiendo prácticas de relación que permitieran a los alumnos de ambos sexos compartir tanto intereses como conocimientos. Y ello, porque la coeducación les permitiría aprender a compartir la vida en igualdad de condiciones.
La igualdad en la Segunda República española fue un hecho tangible, ya que con la Constitución de 1931 las mujeres obtuvieron tanto la ciudadanía civil como la política, y por primera vez en la Historia de España las mujeres pudieron gozar de los derechos que les posibilitaban el ejercicio de su libertad personal.
En opinión de Susanne Niemoller, “Es en los años de la República cuando las mujeres españolas, silenciadas y marginadas durante siglos, empiezan a hacer escuchar sus voces, a luchar por sus derechos y a convertirse en sujetos de acción social”.
“Las maestras de la República” es un documental vivo, duro en ocasiones, con imágenes concatenadas que toman vida en el rostro de sus protagonistas, mujeres en pos de la igualdad y en defensa de una enseñanza que hiciera posible una igualdad entre hombre y mujeres tantas veces perseguida. Lucharon, trabajaron por ello, hasta que la larga noche de la dictadura franquista acabó con todo. Algunas pagaron con sus vidas el atrevimiento, ya que ser mujer, maestra y republicana era un “delito” grave para los vencedores.
Felicitación de Rubalcaba
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha felicitado en un post en su página personal de Facebook al equipo de la película “Las maestras de la República” por el premio Goya como la mejor obra documental.
“Las maestras de la República” es un título hermoso para una hermosa película. En ella se narra la historia de un grupo de mujeres valientes que lucharon contra la ignorancia y trabajaron por la igualdad y la justicia en la España de hace setenta años.
Convencidas de que la cultura es el mejor instrumento de emancipación que existe, defendieron la escuela pública laica y fueron pioneras de la educación no sexista. Su sueño terminó de una manera abrupta, y muchas sufrieron duramente la represión franquista. El Goya que ha obtenido la película documental que las evoca es también un reconocimiento a su coraje y su honestidad. Mi felicitación a todos los que han hecho posible esta magnífica obra”.
Ahora tengo deseos de ver dos documentales y no uno solo.
Y, en asuntos de premios, parece que «nada está escrito», aunque existan bases, porque los criterios suelen influirse de pareceres y de momentos, de circunstancialidades; hay humanos detrás, pues de lo contrario bastaría con una máquina (un programa informático lo haría muy bien) que aplicara determinadas reglas y ¡listo!
En Chile, por ejemplo, el filme «Palomita Blanca» es destacado en forma cuasi-unánime por haber sido dirigida por Raúl Ruiz, gran cineasta chileno; pero la verdad es que la veo y la re-veo y no encuentro por ninguna parte la genialidad de Ruiz, la actuación es mala, el sonido peor, el ritmo argumental tampoco es destacable, la fotografía es más o menos, etc. La novela del mismo título, del escritor Enrique Lafourcade, tampoco es buena, su narrativa no es notable en nada; quizás su mérito está en que es la historia de «Romeo y Julieta» trasladada al Chile de contienda política de 1970; y, entonces, yo mejor le atribuyo los créditos de lo «posiblemente bueno» en la novela «Palomita Blanca», al espíritu de Shakespeare, cuyas fórmulas hoy en día son seguras como lo fueron en su época.
Por la reseña uno puede concluir que es una obra importante para el conocimiento de una época y del sufrimiento de sus protagonistas.
Y ojalá que no existan más las depuraciones totalitarias, o lo que es lo mismo: no más totalitarismo, cualesquiera, pues son todos igualmente aplastantes y violentos con aquel que piensa distinto.
Estará muy bien, pero no merecía el Goya.
El premio justo era para MÓN PETIT, ha ganado simplemente por el título.