Paisaje tras las elecciones: que cada palo aguante su vela

Ni el más atrevido de los guionistas podría haber escrito un texto semejante para el próximo capítulo de esta serie que va a ser la venidera historia de España, un “reality” que se mueve a medio camino entre la comedia y el esperpento valleinclanesco. Pero lo cierto, querámoslo o no, es que este guión lo hemos escrito los españoles, cada uno con nuestro voto, rubricado en las pasadas elecciones del pasado 20 de marzo.

Este es el paisaje, pues, después de las elecciones generales habidas, y ahora cada palo debe aguantar su vela, mal que a algunos les pese. Ya está bien de echar balones fuera, echar la culpa a los demás de lo que pasa o pueda pasar. Los millones de españoles que acudimos a las urnas hemos configurado los mimbres con los que hay que construir un cesto llamado gobierno de la nación para los próximos años. El fin del bipartidismo parece haber llegado, ya que junto a los tradicionales Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español han irrumpido con fuerza en la arena política dos partidos emergentes, como son Podemos y Ciudadanos. Al decir de algunos es la mayor de las bendiciones, si bien habrá que esperar para ver cómo se desarrolla el día a día de esta nueva etapa.

Por de pronto, algunos dicen que nos encontramos en un carajal de difícil solución. Estamos ante cuatro partidos que deben intentar formar gobierno, junto al resto de las fuerzas parlamentarias. Ninguno de ellos tiene mayoría suficiente como para formar dicho gobierno, y las distintas combinaciones se presentan harto difíciles. Pero no nos extrañemos, es lo que hemos elegido democráticamente, y con estos bueyes tenemos que arar, que diría el clásico. Al que le corresponde intentarlo en primer lugar, según la regla aritmética, es al presidente en funciones, Mariano Rajoy, quien debe intentar buscar los acuerdos necesarios para lograrlo.

Sin embargo, desde el primer momento han empezado a aparecer en los diferentes medios de comunicación, ya sea prensa escrita, radio o televisión, la idea de que la mayor parte de la responsabilidad de lo que pueda pasar recaerá en el PSOE, y por ende en su líder, Pedro Sánchez. ¿Y eso por qué? ¿Tanto interés hay en culpar de los males divinos y humanos a un partido al que se le ha atacado durante la campaña desde los diferentes frentes, ya sea desde la derecha o la izquierda, amén de desde distintos medios de comunicación que mientras lo hacían servían solícitos de palestra y púlpito a otras opciones políticas? Por supuesto que están en su perfecto derecho de hacerlo, pero algunos colegas deberían echar una hojeada en la RAE al término objetividad.

Es cierto que en caso de no conseguir formar gobierno el ahora presidente en funciones le corresponderá intentarlo al PSOE, como segunda fuerza política. Pero cada cosa en su sitio, tiempo al tiempo. Aunque mientras tanto, algunos datos pueden ponernos al cabo de la calle de cómo está el patio. El semanario Tiempo de esta semana anuncia en su portada a toda página: “El gran dilema de Pedro Sánchez”, tras lo cual dice que el líder socialista puede buscar un frente de izquierdas, permitir un gobierno del PP o incluso forzar la repetición de elecciones. Es decir, que pase lo que pase, él tendrá su dilema y responsabilidad.

Pero junto a ello, el director de dicho semanario hace en páginas interiores una advertencia para navegantes: “El diabólico mapa político que emerge de las elecciones del 20-D puede traer consigo el final de la recuperación económica en un país que, solo en 2016, necesita prestados 400.000 millones de euros, parte para pagar la sanidad, el desempleo, las nóminas de los funcionarios y, de alguna manera, las pensiones”. Y eso son habas contadas, porque los préstamos hay que pagarlos, por mucho que algunos digan lo contrario.

Por su parte, el semanario satírico El Jueves se descuelga con una portada que para unos resultará muy graciosa, pero que en la lógica del respeto a los cánones democráticos se torna ofensiva. “No escarmentamos. Mayoría absoluta de gilipollas”. Todo ello acompañado de un dibujo de un hombre con una bandera del PP, y otro dibujo de una mujer con la bandera del PSOE. Después de buscar la gracia por alguna parte, algunos nos preguntamos: ¿a quién se referirá el satírico semanario catalán cuando habla de gilipollas? ¿A los once millones largos de personas que han votado a estos dos partidos? ¿A los partidos en sí? De los demás partidos no dice nada en la portada, no sabemos si porque son buenísimos o porque sus votantes son buena gente per sé.

Lo curioso es que apenas pasados tres días de las elecciones, algunos de esos partidos que se han presentado empiezan a mostrar sus credenciales. Porque si antes teníamos el nacionalismo catalán, vía Artur Mas, ahora vamos a tener también otro nacionalismo catalán como es En Comú Podem, de Ada Colau; el nacionalismo gallego de En Marea y el nacionalismo valenciano de Compromís, de Mónica Oltra. Estarán presentes en el próximo Parlamento, al haber ido en coalición con Podemos en las pasadas elecciones, y por lo tanto pretenden ahora tener grupo parlamentario propio. Todo ello legítimo y respetable por supuesto, faltaría más, pero organizaciones nacionalistas que en buena lógica irán a lo suyo, como lo vienen haciendo las existentes en nuestro país a lo largo del tiempo. Un panorama de lo más esperanzador.

Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha seis libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», y «Memoria Histórica. Para que no se olvide». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

1 COMENTARIO

  1. Conrado Granado acumula una dilatada experiencia en materia política y social que confiere autoridad a sus opiniones, pero creo que en esta ocasión no tiene en cuenta un fenómeno que puede alterar las conclusiones, y es que el nuevo nacionalismo del que habla es de izquierdas, no es de derechas, y no se ha declarado independentista sino federalista, lo mismo que propone el PSOE, así que creo que habría que escuchar más y mejor las propuestas que se vayan haciendo sobre un posible pacto por el progreso en España.

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