El parlamento alemán aprobó este jueves 2 de junio de 2016 una resolución que reconoce como genocidio las masacres de los armenios cometidas hace más de un siglo por el Imperio otomano.
La votación se produjo a pesar de las advertencias de Turquía de que las relaciones bilaterales se verían afectadas por esta decisión.
La canciller Angela Merkel no estaba presente en el momento del voto, alegando problemas de agenda, aunque su portavoz Christiane Wirtz dejó claro que apoyaba la moción.
La resolución, presentada de manera consensuada por la coalición de gobierno de conservadores y socialdemócratas, junto con los verdes, fue aceptada por tan sólo un voto en contra y una abstención, según confirmó el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, tras aproximadamente una hora de debate.
Antes de dar paso a la votación, Lammert subrayó que «un parlamento no es una comisión de historiadores y mucho menos un tribunal». No obstante, el Bundestag no tiene intención de evitar «cuestiones incómodas, más aún cuando en el genocidio contra los armenios y otras minorías cristianas hace cien años en el Imperio Otomano, el Imperio alemán tuvo parte de responsabilidad», precisó recordando que fueron aliados durante la Primera Guerra Mundial.
Al mismo tiempo subrayó que el «sincero y autocrítico análisis» del pasado no afecta a las relaciones con otros países, sino más bien constituye una condición para la reconciliación y la cooperación. En un mensaje dirigido a Ankara, que rechaza el término «genocidio» y se limita a hablar de matanzas y deportaciones: Lammert señaló que «el actual Gobierno turco no es responsable de lo que pasó hace cien años, pero sí es corresponsable de lo que ocurra con ello en el futuro».
En señal de protesta, Turquía ha citado a consultas a su embajador en Berlín a la vez que convocó al encargado de negocios alemán -en ausencia del embajador- en Ankara, para pedir explicaciones. También han expresado su protesta los principales grupos parlamentarios turcos.
Los historiadores estiman que hasta 1,5 millones de armenios murieron a manos de turcos otomanos, un suceso que muchos académicos consideran como el primer genocidio del siglo XX. Fue hace poco más de un siglo, en abril de 1915, durante la Primera Guerra Mundial. Cerca de un millón de personas –las fuentes varían desde 600.000 hasta 1,8 millones- fueron masacrados o murieron de hambre y cansancio mientras eran deportadas forzosamente por los turcos otomanos.
El llamado genocidio armenio también llamado holocausto armenio ( Մեծ Եղեռն en armenio) es reconocido ahora con Alemania por 29 países. En Estados Unidos, 44 de los 50 estados lo han reconocido. España no lo reconoce pero sí lo han hecho cuatro comunidades autónomas, Cataluña, País Vasco, Navarra e Islas Baleares. El único monumento en España sobre el genocidio armenio está desde 2010 en Mislata, provincia de Valencia.
El periodista español José Antonio Gurriarán, quien sufrió un atentado por un grupo armenio en 1980, ha escrito dos libros sobre el conflicto, ‘Armenios, el genocidio olvidado’, en 2009 y antes ‘La bomba’ en 1982 y luego reeditado, adaptado al cine en 2015 por el director francés Robert Guédiguian.
Armenia cuenta con casi 3 millones de habitantes y el mismo número en la diáspora, con numerosas colonias en el extranjero, entre otros países en Rusia, Estados Unidos, Argentina y Francia, y las principales ciudades en que se concentran son Moscú y Los Angeles –ambas hermanadas con la capital, Ereván- y en Glendale –hermanada con la armenia Kapan-.