Greenpeace ha hecho público un informe que demuestra como las flotas pesqueras industriales que utilizan la destructiva técnica de la pesca de arrastre navegan más hacia el norte para hacer sus capturas aprovechando el deshielo que produce el calentamiento global en el Ártico.
El buque frigorífico Frío Arkhangelsk fotografiado por Greenpeace en Bellsund dentro de las fronteras del parque nacional en la costa oeste de Spitsbergen.
La actividad económica humana no parece que vaya a dar una oportunidad al Ártico, señala Greenpeace al culminar una exhaustiva investigación llevada a cabo durante tres años en la que se han analizado cerca de 18 millones de registros electrónicos de geolocalización de barcos pesqueros (mediante el Sistema de Identificación Automática, AIS) hasta septiembre de 2015.
El análisis de los datos obtenidos revela que más de cien arrastreros autorizados para pescar en las aguas noruegas del norte del mar Barents, la puerta de entrada natural de Europa al Ártico, llegaron a pescar tan al norte como hasta los 78 ºN de latitud y superiores, cuando el círculo polar empieza en 66 ºN. Estas zonas hasta hace poco estaban cubiertas por el hielo la mayor parte del año y han sido identificadas por su importancia biológica al ser el hábitat de millones de aves marinas, mamíferos marinos y comunidades vulnerables del fondo marino.
“Quedan pocas zonas sin explorar en el mundo, en las que aún no ha llegado la actividad humana y el Ártico es una de ellas”, ha declarado Elvira Jiménez, responsable de la campaña de Ártico de Greenpeace España: “Esta zona alrededor de las islas Svalbard es conocida como las Galápagos del Norte por su gran riqueza en biodiversidad y está reconocida su importancia a nivel internacional. La ciencia y la conservación deberían llegar antes que los buques de pesca de arrastre”.
Encuentro clave en Gotemburgo
Los hechos desvelados por la investigación refuerzan la necesidad de incrementar la protección del Ártico, el océano menos protegido y más vulnerable. En este sentido el Comité de Biodiversidad de OSPAR, el convenio regional para la protección ambiental del medio ambiente marino del Atlántico Nordeste que llega hasta el mismo polo norte, se ha reunido en Gotemburgo para sentar las bases científicas que establezcan la idoneidad de proteger 227.000 km2 de hielo marino en las aguas internacionales del Ártico.
Pedro Armestre: Greenpeace ha despliega el 2 de marzo de 2016 una pancarta en Gotemburgo, Suecia, para pedir la protección del Ártico, mientras un grupo de países, dentro de una organización llamada OSPAR, se reúnen para lograr un acuerdo sobre la protección de un área grande en el Polo Norte.
Un grupo de activistas españoles, junto con otros provenientes de Alemania, Gran Bretaña y Suecia, han desplegado una pancarta de 7 x 10 metros con una imagen de una medusa melena de león ártica, la medusa más grande que se conoce y una de las singulares especies que se pueden encontrar en el fondo marino del Ártico. En la pancarta se podía leer el mensaje “You Can Save The Arctic” (Vosotros podéis salvar el Ártico) dirigido a los delegados del Comité sobre quien recae la responsabilidad de poner en valor este espacio natural único.
«Esperamos que esta semana OSPAR dé respaldo científico a la propuesta de proteger las aguas internacionales del océano Ártico bajo su competencia. De esta forma, OSPAR podría acordar la designación de un Área Marina Protegida en este área en su próxima reunión anual de Junio. Esta zona del Ártico tiene un alto valor ecológico y biológico y proporciona un hábitat único para muchas especies que dependen del hielo marino para su supervivencia.», ha declarado Sara del Río de la delegación política de Greenpeace presente en las negociaciones.
Greenpeace demanda:
- Apoyo a la declaración de un santuario en la zona central del océano Ártico y una red de AMP en el Ártico a través del Consejo Ártico, el Convenio de OSPAR y otros foros internacionales para la protección del medio marino.
- Prohibición de la actividad pesquera dentro del área identificada de importancia global por su riqueza en biodiversidad.
- A Noruega proteger el 10% de sus aguas para 2020 como contribución a la protección global del ecosistema marino del Ártico.