Ingresar en una residencia de mayores es una decisión importante que merece la pena meditar, pues puede haber razones diversas para motivarlo. Para saber que hemos tomado la decisión correcta, es necesario conocer las claves para escoger la mejor residencia. De esta manera, sabremos que la adaptación será favorable y no desaprovecharemos los servicios que ofrezcan.
Evita el aislamiento
El ingreso en un centro de mayores siempre puede tener un impacto emocional al poder implicar una separación de la familia. Con el tiempo, este puede verse afectado por el aislamiento. Para ello, en primer lugar, hay que tener en cuenta los factores posibles para reducirlo.
Para empezar, es recomendable tener en cuenta la localización de la residencia tanto para el ingresado como para sus familiares. El ingresado se adaptará mejor al entorno, sea rural o doméstico, donde haya vivido. Mientras tanto, los familiares tendrán mayor facilidad de visitar con frecuencia si la residencia se encuentra dentro de sus zonas de tránsito habituales. En caso contrario, es recomendable que sea accesible a través del transporte público o tenga carreteras adecuadas para que los familiares puedan visitarla en vehículo propio.
Del mismo modo, es necesario tener constancia del horario de visitas. Algunas residencias ofrecen horarios de visitas veinticuatro horas, mientras otras permiten la posibilidad a los familiares de pernoctar. No obstante, comúnmente estos horarios de visita suelen situarse en periodos en los que no se interrumpen las actividades de los usuarios en el centro.
Consulta sus servicios
Si el ingresado tiene autonomía, una residencia de válidos o mixta podría ser adecuada para él. Sin embargo, si necesita de personal que le asista en sus actividades de la vida diaria, necesitará una residencia mixta o asistida. Ambas cuentan con personal especializado en personas dependientes, pero las residencias asistidas se dedican exclusivamente a aquellas que necesitan mayor asistencia. Asimismo, algunas residencias ofrecen sus servicios enfocados a las patologías más comunes entre las personas dependientes, como la demencia, el Alzheimer, el Parkinson o el ictus.
Visita las instalaciones
Frecuentemente, muchas residencias se publicitan con características generales similares, pero una visita te permitirá conocer de primera mano en qué destaca y qué desventajas presenta.
Es importante que durante esta visita se cumplan los requisitos exigidos de acceso, por lo que es recomendable preguntar antes si es posible hacer una visita y en qué momento. Una vez dentro, consulta con los profesionales sobre los servicios sanitarios, las actividades, la alimentación, la higiene u otros servicios, como peluquería, pedicura o manicura.
Consulta el precio
Un elemento decisivo a la hora de elegir es el coste. Según los servicios e instalaciones, el precio suele ser mayor. Para evitar las prácticas abusivas, se debe consultar la lista de precios oficial y autorizada, donde se mostrarán los rangos de precios, que además pueden ser negociables. Para saber qué servicios se están pagando, se debe solicitar un presupuesto cerrado que los detalle. De esta manera, se podrá acceder o prescindir de servicios no esenciales. Además, deberemos consultar si podemos solicitar ayudas públicas que nos ayuden a pagar la cuota de la residencia.
En definitiva, la residencia debe adaptarse a las necesidades del usuario para que obtenga mayor beneficio. Por ello, también hay que hacerlo partícipe en la elección. De esta manera, se demostrará que se ha tomado la decisión correcta.