Documentada la presencia de seres humanos y perros cerca de Alaska hace doce mil años

Seres humanos y perros bordearon por primera vez la costa oeste de América del Norte para llegar a Alaska al concluir la última Edad de Hielo hace cerca de doce mil años, concluye un estudio de las universidades de Búfalo y de Dakota del Sur (Estados Unidos), publicado este 24 de febrero 2021 en la revista ‘Proceedings of the Royal Society B’.

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Fragmento de fémur de un perro que vivió hace 10.150 años en el sureste de Alaska, en comparación con una moneda | Foto: Douglas Levere / Universidad de Búfalo

El trabajo se basa en un fragmento óseo hallado en el sureste de Alaska y que pertenece a un perro que vivió en la región hace unos 10.150 años, informa Servimedia.

Los autores afirman que esos restos -un pedazo de fémur- son los más antiguos confirmados de un perro doméstico en América. El análisis de su ADN ha desvelado pistas sobre la temprana historia canina en esa parte del mundo.

Desde la antigüedad, la historia de los perros se ha entrelazado con la de los humanos que los domesticaron y el nuevo estudio aporta más detalles de hasta dónde se remonta esa relación en América y qué ruta usaron para moverse por el continente.

Genoma mitocondrial

Los investigadores analizaron el genoma mitocondrial del perro y concluyeron que el animal pertenecía a un linaje de perros cuya historia evolutiva divergió de la de los perros siberianos hace 16.700 años. El momento de esa división coincide con un periodo en el que los humanos pueden haber estado migrando a América del Norte a lo largo de una ruta costera que incluía el sureste de Alaska.

«Ahora tenemos evidencia genética de un perro antiguo encontrado a lo largo de la costa de Alaska», apunta Charlotte Lindqvist, bióloga evolutiva de la Universidad de Búfalo y autora principal del estudio, que añade: «Nuestros datos ayudan a proporcionar no sólo un momento, sino también un lugar para la entrada de perros y personas en América. Nuestro estudio apoya la teoría de que esta migración se produjo justo cuando los glaciares costeros se retiraron durante la última Edad de Hielo».

Flavio Augusto da Silva Coelho, doctorando en ciencias biológicas de la Universidad de Búfalo, apunta que «el registro fósil de perros antiguos en las Américas está incompleto, por lo que cualquier nuevo resto que se encuentre proporciona pistas importantes. Antes de nuestro estudio, los primeros huesos antiguos de perros estadounidenses que tenían su ADN secuenciado fueron encontrados en el Medio Oeste de Estados Unidos».

Los científicos encontraron el fragmento de fémur mientras secuenciaban ADN de una colección de cientos de huesos excavados años antes en el sureste de Alaska por investigadores como Timothy Heaton, profesor de ciencias de la tierra en la Universidad de Dakota del Sur.

«Todo esto comenzó con nuestro interés en cómo los cambios climáticos de la Edad de Hielo afectaron la supervivencia y los movimientos de los animales en esta región», recalca Lindqvist, antes de agregar: «El sureste de Alaska podría haber servido como una especie de punto de parada libre de hielo y ahora -con nuestro perro- creemos que la migración humana temprana a través de la región podría ser mucho más importante de lo que algunos sospechaban anteriormente».

El fragmento óseo, originalmente pensado que provenía de un oso, era bastante pequeño, pero los investigadores se percataron de que era de un perro al estudiar su ADN. Tras este sorprendente descubrimiento, los científicos compararon el genoma mitocondrial del hueso con el de otros perros antiguos y modernos.

Este análisis mostró que el perro del sureste de Alaska compartía un ancestro común hace unos 16.000 años con caninos estadounidenses que vivían antes de la llegada de colonizadores europeos, según Lindqvist.

El análisis de isótopos de carbono en el fragmento óseo indica que el antiguo perro del sureste de Alaska probablemente tenía una dieta marina, que podría haber consistido en alimentos como pescado y restos de focas y ballenas.

La investigación añade profundidad a la historia de cómo los perros llegaron a poblar América, pero no todos a la vez. Según Lindqvist, algunos perros árticos llegaron más tarde del este de Asia con el pueblo ‘thule’, mientras que los huskies siberianos fueron importados a Alaska durante la Fiebre del Oro. Otros perros fueron llevados a América por colonizadores europeos.

El nuevo estudio agudiza el debate sobre la migración de perros y humanos a América. «Nuestro perro temprano del sureste de Alaska apoya la hipótesis de que la primera migración de perros y humanos ocurrió a través de la ruta costera del Pacífico Noroeste en lugar del corredor continental central, que se cree que se convirtió en viable hace sólo unos trece mil años», concluye Coelho.

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