En español: cuando el problema es el verbo

Para escribir medianamente aceptable en español, es indispensable saber lo que es una palabra grave, aguda, esdrújula o sobresdrújula, lo cual redundará en el buen uso de la tilde; es necesario usar con propiedad los signos de puntuación y uno que otro asunto gramatical. Lo demás se adquiere con la práctica.

Al escribir, sobre todo si es para el público, se debe tener presente que el efecto pudiera ser igualmente provechoso que dañino. Hay periodistas con mucha experiencia en redactar notas; pero si alguien revisa al azar cualquier párrafo, se encontrará con impropiedades que son producto del descuido, del desconocimiento y de la arrogancia, pues piensan que porque son licenciados en Comunicación Social, se las saben todas y no necesitan que alguien les haga una observación. El resultado de esa actitud de soberbia y altivez se refleja en escritos plagados de errores, que fácilmente se pudieran erradicar si  revisan un buen diccionario, una tabla de conjugación o un simple manual de ortografía.

Les hablaré de tres verbos que son fuente de equivocación y a los que en otras ocasiones me he referido. Antes, entiéndase por verbo, “la parte de la oración que expresa esencia, estado, acción o pasión y por lo general, el tiempo y la persona”.

El primero de ellos es aplicar, que en Venezuela y muchos países de habla hispana, por imitación servil del inglés estadounidense, se le da un significado que no tiene. El problema que presenta este verbo es que suele compararse con el inglés  “to apply”, que sí significa “solicitar” o “pedir”. Por el contrario, en castellano, no se debe decir nunca que se “aplica a una entrevista de trabajo” o a “un cupo en la universidad”, sino que uno se presenta o solicita algo. Es frecuente leer u oír que “Fulano de tal aplicó para un empleo y fue admitido”. Otro mal uso se observa en publicidad (mala publicidad), cuando por ejemplo una empresa promueve un concurso o actividad para la que hay una serie de requisitos o condiciones, se dice que “ciertas condiciones aplican”, en lugar de ciertas condiciones se aplican o no se aplican, que es la forma correcta, de acuerdo con el contexto. Ignoran los “creativos” publicitarios, que aplicar es un verbo transitivo, es decir, la acción recae sobre una persona o cosa, expresa o tácita.

El segundo es emanar, que muchos redactores lamentablemente no saben usar, aun cuando su ocupación habitual es educar, entretener e informar. Se han puesto de moda frases como: “Una orden emanada por el Presidente”; “La orden fue emanada por la dirección del plantel”, en las que hay un uso inadecuado de la preposición “por”. Emanar, entre otras acepciones, significa emitir, desprenderse de sí, lo cual permite colegir que las cosas emanan “de” y no “por”.

Y el tercero es abatir, que significa colocar horizontal lo que estaba vertical. Fundéu advierte que no se debe emplear dicho término como sinónimo de matar, asesinar, disparar o tirotear, como hacen algunos. En el lenguaje policial, cuando hay muertos en enfrentamientos, se habla de que “el sujeto fue abatido”. La frase es usada en sentido figurado, pues por lo general cuando alguien es tiroteado y estaba de pie, su posición final será horizontal, dependiendo del escenario del hecho. Ahora, se debe tener presente que al decir que “Fulano de tal cayó abatido”, se incurre en redundancia, toda vez que abatir lleva implícita la noción caer. Con decir “fue batido”, es suficiente.

 



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David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

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