Inteligencia o experiencia. Cuando se trata de ajedrez los expertos han mantenido opiniones diferentes. Ahora, un equipo internacional de investigadores de cuatro universidades: Universidad de Graz, Austria, la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich, Suiza y dos inglesas, Universidad de Northumbria, Newcastle y la Universidad de Oxford, acaba de descubrir que la inteligencia y la experiencia son igualmente importantes en el ajedrez y esto se aplica sin importar la edad del jugador.
Los resultados fueron publicados en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. El estudio fue dirigido por el doctor Nemanja Vaci, asistente de investigación posdoctoral en Estadística Aplicada de la Universidad de Oxford.
Los investigadores han estudiado la interacción entre la inteligencia y la práctica en el caso de los jugadores de élite aunque son dos factores difíciles de estudiar por separado.
Al mismo tiempo, han demostrado que las personas más inteligentes se benefician más de la práctica regular, de su experiencia, y también destacan que es irrelevante estudiar el coeficiente intelectual y la experiencia práctica por separado.
El estudio del grupo de investigación es el primero en examinar el desarrollo de la fuerza de juego durante toda una vida del jugador. Participaron un total de 90 jugadores de ajedrez hasta los 77 años.
La pregunta inicial era cómo interactúan la inteligencia y la práctica a lo largo de la vida, es decir, al comienzo de una carrera de ajedrez, en el momento de máximo rendimiento entre 30 y 40 años, y durante la fase de deterioro cognitivo en la vejez. Es decir, estudiaron las carreras de diferentes jugadores siguiendo su crecimiento y evolución durante los torneos.
El equipo utilizó datos recopilados durante al menos veinte años de la carrera de un jugador, las clasificaciones Elo (sistema de puntuación de los ajedrecistas) a lo largo de su vida, así como tres resultados de pruebas de inteligencia y cuántas partidas disputaron. El primer factor se basa en las victorias en torneos mientras que las dos últimos se utilizan como medidas de inteligencia y práctica.
En porcentaje, el 47 por ciento representa aproximadamente la habilidad y trayectoria en partidas a lo largo de toda la vida, el 34 por ciento se basa en los niveles de habilidad de los jugadores se explicaría por la práctica, mientras que la inteligencia solo explicaría el 5 por ciento.
El efecto combinado de práctica e inteligencia es importante para predecir la clasificación Elo a lo largo de su trayectoria.
“Hemos observado que ambos factores juegan un papel importante en todas las fases. Cuanto mayor es la inteligencia y más partidas en torneos jugados, mayor es la fuerza en el juego. Además hubo una correlación, los jugadores inteligentes se benefician más de la misma cantidad de práctica que los jugadores menos inteligentes”, explica Roland Grabner del Instituto de Psicología de la Universidad de Graz.
La capacidad de reconocer patrones es especialmente importante en el ajedrez. Si puedes acceder a aperturas, combinaciones de piezas memorizadas, movimientos posibles y secuencias de juego de una forma rápida, tienes una clara ventaja.
La mayor ayuda es tener una inteligencia numérica. “Los jugadores numéricamente más inteligentes parecen ser capaces de utilizar mejor sus fuerzas para calcular diferentes movimientos. El pensamiento visual-espacial general apenas juega un papel” sostiene Grabner.
El estudio confirma que las personas con más inteligencia deberían beneficiarse más de la misma cantidad de práctica que las personas menos inteligentes. Tanto la inteligencia como la práctica afectan positivamente a la adquisición y retención de las habilidades en el juego del ajedrez.
Incluso en la vejez, cuando la inteligencia disminuye, la ventaja de una mayor inteligencia numérica permanece, la práctica por sí sola no puede garantizar que mantengan su nivel, cuanta más inteligencia, más práctica le ayudaba. Sin embargo, todavía no es un sustituto de la experiencia.
Los investigadores reconocen, no obstante, varias limitaciones al estudio, como el análisis de partidas pasadas, los tipos de lectura o la edad a la que comenzaron a jugar. Al mismo tiempo, sostienen que el ajedrez es un juego tan complejo que nunca podrás almacenar todas las posibilidades en tu memoria.