Irán: 38 años de cárcel y 148 bastonazos para Nasrin Sotoudeh por defender los DDHH

"Es la condena más severa que que hemos registrado en los últimos años en Irán para un defensor de los derechos humanos, lo que nos hace pensar que las autoridades, animadas por la impunidad generalizada en materia de violaciones de derechos humanos, están endureciendo la represión”

En dos juicios que Amnistía Internacional califica de «manifiestamente inicuos, una injusticia sin nombre», Nasrin Sotoudeh, eminente abogada iraní especializada en la defensa de los derechos humanos, y muy especialmente de los derechos de las mujeres, galardonada con el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2012, ha sido condenada a un total de 38 años de cárcel y 148 bastonazos.

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Nasrin Sotoudeh, abogada defensora de los derechos humanos en Irán

La oficina de aplicación de las penas de cárcel de Evin, en Teherán, donde estaba encarcelada, le ha informado el 13 de marzo de 2019 de que se le considera culpable de siete cargos entre los que se encuentran “incitación a la corrupción y a la prostitución”, haber cometido “un acto inmoral apareciendo en público sin llevar el hijab (velo)” y “alteraciones del orden público”.

A Nasrin Sotoudeh se le ha aplicado el artículo 134 del Código Penal iraní que autoriza a los jueces a imponer una pena mayor que la máxima solicitada cuando el reo es condenado por más de tres cargos. En este caso, el juez Mohammad Moghiseh ha aplicado la pena máxima prevista por la ley para cada uno de los siete cargos, y ha añadido cuatro años suplementarios.

«Encarcelar a una defensora de los derechos humanos por sus actividades pacíficas es deplorable –escribe Amnistía Internacional en su comunicado– pero el hecho de que el juez use de su poder discriminatorio para que permanezca encerrada durante más tiempo que el requerido por la ley es un añadido a la injusticia flagrante de su condena».

La de Nasrin Sotoudeh “es la condena más severa que hemos registrado en los últimos años en Irán para un defensor de los derechos humanos, lo que nos hace pensar que las autoridades, animadas por la impunidad generalizada en materia de violaciones de derechos humanos, están endureciendo la represión”.

Nasrin Sotoudeh ha dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos y de las mujeres en particular, y a denunciar la pena de muerte. En su calidad de abogada ha defendido a mujeres que protestaban por las leyes relativas a la obligatoriedad de llevar velo en Irán. Por eso “es indignante que las autoridades iraníes le castiguen por su trabajo pacífico a favor de los derechos humanos. Esta sentencia mancha aún más la reputación que Irán ya tiene de ser un país opresor de los derechos de las mujeres”.

Para AI “es urgente que la comunidad internacional, y especialmente la Unión Europea, que mantiene un diálogo activo con Irán, adopte públicamente una postura contra esta vergonzosa condena, e intervenga para que Nasrin Sotoudeh quede en libertad inmediatamente y sin condiciones”.

Según un artículo distribuido por la agencia de prensa de la República islámica de Irán, con fecha 11 de marzo de 2019, el juez  Mohammad Moghiseh habría dicho a los periodistas que Nasrin Sotoudeh ha sido condenada a siete años de cárcel: cinco por «agrupación para cometer infracciones que comprometen la seguridad nacional” y dos por “ultraje al Guía Supremo”. Después no se ha facilitado ninguna otra información, y el artículo no indicaba si el juez se refería a solo una parte de la condena, o a algún otro caso que hubiera pendiente. “Si se tratara del mismo caso –concluye Amnistía Internacional– no estamos en condiciones de explicar de momento por qué esta información contradice la que la oficina de aplicación de penas de la tristemente célebre cárcel de Evin ha proporcionado a Nasrin Sotoudeh”.

En un artículo publicado el 14 de marzo en el digital Global Voices, el periodista Fred Petrossian escribe que los defensores de los derechos humanos iraníes han calificado de “escandalosa” y  “auténtica vergüenza” la condena de Nasrin Sotoudeh, quien llevaba detenida desde junio de 2018, destacando que es de una dureza inaudita, desproporcionada incluso para las normas que rigen habitualmente en el país.

Buscando una explicación a la dureza de la condena, el periodista se ha dirigido a distintas personalidades iraníes en el exilio. Para el neurocientífico y defensor de los derechos humanos Mahmood Amiry-Moghaddam, quien vive exiliado en Noruega, la República islámica está luchando por su supervivencia: “La República islámica atraviesa una de sus peores crisis en los cuarenta años que lleva vigente. Ha perdido a muchos de sus partidarios en los últimos tiempos. La pobreza aumenta en el país y ya no se puede ocultar la corrupción que está extendida en el sistema. El descontento aumenta. La protesta ya no se limita a los intelectuales y a la clase media urbana: obreros, docentes, estudiantes, mujeres, y muchos otros grupos sociales desafían a las autoridades. La República islámica lucha por su supervivencia, y en esta situación, las autoridades perciben como una amenaza seria a cualquiera que pueda propiciar el cambio. Nasrin Sotoudeh es una de esas personas. Es valiente, sabe comunicar con la gente normal, se bate por los derechos fundamentales, no ha abandonado el país a pesar de que lleva muchos años sufriendo presiones, persecución y acoso, y además es una mujer. Nasrin Sotoudeh reúne todas las condiciones para convertirse en un líder, y creo que su condena hay que verla en este contexto: como un intento, desde el pánico, de silenciar a una figura emergente y enviar una señal a cualquiera que tenga la capacidad potencial de encabezar un cambio”.

Ramin Jahanbegllo, filósofo canadiense de origen iraní, vicedecano y director ejecutivo del Centro Mahatma Gandhi de Estudios para la Paz, ha respondido a Global Voices que “el valor moral de la abogada Sotoudeh es un modelo para todos cuantos luchan por el derecho, la justicia, los derechos de las mujeres y la no violencia en Irán, y en todo el mundo”.

Para el doctor Amiry-Moghaddam, cofundador y portavoz de la ONG Human Rights Irán, hay mucho que hacer más allá de las declaraciones, y la Unión Europea debería jugar un papel esencial: ”La comunidad internacional no debe tolerar esta sentencia, sobre todo los países de Europa que dialogan con Irán. No basta con publicar una declaración, o una simple protesta sin consecuencias políticas. La UE debe plantear exigencias claras a Irán. Dedicar todos los esfuerzos al Acuerdo de Viena sobre lo nuclear no es lo mejor que se puede hacer. En este momento, la situación de los derechos humanos debe estar en el centro de las negociaciones bilaterales con Irán. No solo es lo mejor que se puede hacer, es también lo más inteligente”.

Nasrin Sotoudeh no es la única defensora de los derechos humanos que sufre presiones y condena en la República islámica. Javid Rehman, relator especial de la ONU para los derechos humanos en Irán, se ha referido recientemente a «preocupantes ejemplos de intimidaciones, arrestos, denuncias y malos tratos infligidos a defensores de los derechos humanos, abogados y militantes del derecho del trabajo, que indican una reacción estatal cada vez más brutal».

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

3 COMENTARIOS

  1. Carlos, frena. Comparar este caso con la situación de la mujer en el catolicismo es una falta de respeto hacia Nasrim.
    La situación de la mujer en Irán merecería que guardases tus viscerales odios a los que libremente no pensamos como tú. Como mujer y católica no acepto que tu ignorancia y malevolencia pervierta la medida de las cosas.

  2. También el totalitarismo, no permite ninguna voz que se alce en contra, por eso en los países de regímenes totalitarios la corrupción prima, igual pasa en las democracias nominales, cuando los poderosos están por encima de la ley. En México matan periodistas en colombia lideres sociales y así, el mundo está muy mal.

  3. Lo mismo sucede en México, EEUU, etc.,
    Las religiones son iguales, machismo puro, o acaso hay una mujer líder en el catolicismo u otras?

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