La historia de la Historia (toma dos)

Llegados a la historiografía medieval, es conveniente establecer una clara distinción entre los historiadores eclesiásticos —como el hispano a caballo del siglo VI y VII Isidoro de Sevilla, o como el monje benedictino muerto en el siglo VIII Beda el Venerable—, de aquellos que escribieron cuando ya a partir del siglo XI el centro de producción de la literatura histórica eran las cortes regias.

Dicha historiografía destaca, más que como estricta fuente de información histórica, como “receptora y a su vez forjadora del imaginario colectivo”, según recogiera el historiador español Jaume Aurell, quien da por sentado que aquella, a la cual no se la puede entender desde un punto de vista “estrictamente racional e historicista”, se caracteriza por su providencialismo y “por su identidad literaria, por su función social y política [‘políticamente legitimadora’], por su tendencia moralizante y por su continua remisión al presentismo.” ¿Y qué es el presentismo, te preguntarás, lector? Muy sencillo, es la legitimación del presente a través del acercamiento intencional del pasado, algo que funciona por el llamado principio de contemporaneidad, aquel que evita quedarse estáticamente en el pasado.

En la Edad Media occidental hay un oasis historiográfico desatendido, en esa línea aparente que conecta la cultura europea, representado por una figura indiscutible de la Historia que pasó desapercibido para los historiadores hasta la segunda mitad del siglo XIX: una perla de la cultura historiográfica musulmana, el tunecino Ibn Jaldún, de familia andalusí (en España es conocido o lo fue al menos como Abenjaldún), nacido en 1332 y fallecido en 1406, “una figura señera y extraña” de quien Enrique Moradiellos dice además que destaca “en la historiografía musulmana por su alto grado de secularización y racionalidad crítica”.

En el prefacio a su vasta Historia de los árabes de título casi infinito (Libro de la evidencia, registro de los inicios y eventos de los días de los árabes, persas y bereberes y sus poderosos contemporáneos), conocido como Muqaddima, esto es, ‘Prolegómenos’, Ibn Jaldún llegaba a afirmar sobre la Historia que “es información sobre la organización social de los hombres”, por lo que es considerado un auténtico (y desconectado, diría yo) adelantado a su tiempo

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José Luis Ibáñez Salas
Editor de material didáctico para diversos niveles educativos en Santillana Educación, historiador y escritor. Director de la revista digital de divulgación histórica Anatomía de la Historia, es autor de El franquismo, La Transición, ¿Qué eres, España?, La Historia: el relato del pasado y La música (pop) y nosotros (publicados los cinco libros por Sílex ediciones), fue socio fundador de Punto de Vista Editores y escribe habitualmente relatos (algunos de los cuales han aparecido en el blog literario Narrativa Breve, dirigido por el escritor Francisco Rodríguez Criado) y artículos para distintos medios de comunicación, como la revista colombiana Al Poniente o las españolas Nueva Tribuna, Moon Magazine y Analytiks. Tiene escrita una novela y ha comenzado a escribir otras dos.

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