Una nueva colección de libros incluye en cada publicación dos obras literarias y una pelicula en dvd
Una de las mejores noticias para el mundo de la cultura es la del nacimiento de una nueva editorial. En los tiempos que corren es poco menos que una osadía embarcarse en la aventura de poner en marcha cualquier proyecto relacionado con el mundo de los libros, y más si éste se orienta a la divulgación de alta calidad.
Es lo que ocurre con Ediciones Mishkin, que acaba de presentar sus tres primeras publicaciones con un sentido además novedoso y original. En su primera colección, Tresenuno, presenta en una misma publicación tres títulos relacionados entre sí con un tema genérico que los define. Dos de ellos son literarios, ensayos o novelas, y el tercero audiovisual, en forma de DVD.
Así, el primer volumen de la colección, dedicado al mundo de los payasos, contiene dos novelas, “Jack el payaso” de Hjalmar Bergman y “Los dos payasos” de César Aira, y la película “Los clowns” de Federico Fellini.
El segundo número, con el título genérico de “La educación de los pobres” está dedicado al mundo de la pedagogía, e incluye “El seminario. Bocetos”, de Nikolái Pomialovski, “Lecciones de francés”, de Valentín Rasputín y la película “El primer maestro”, de Andréi Konchalovski.
Nos llega ahora el tercer número de la colección, dedicado al mundo de la música, que incluye dos ensayos sobre Bach y Mozart y la película de Fellini “Prova d’orchestra”.
Mozart, Bach, Fellini
Uno de los ensayos más conocidos, también más polémicos, sobre Mozart, es el que el filósofo danés Soren Kierkegaard (1813-1855) dedicó a la ópera “Don Giovanni” con el título “El erotismo musical o ‘Don Giovanni’ de W.A. Mozart”. Kierkegaard comienza confesando que a Mozart se lo debe todo, para afirmar tanto que el músico austriaco es el más grande entre todos los autores clásicos como que su “Don Juan” merece ocupar el primer puesto entre todas las óperas (por cierto que Kierkegaard utiliza siempre el título “Don Juan” en español, aunque el de la obra sea “Don Giovanni”).
Pretender crear un “Don Juan” después de Mozart, dice Kierkegaard, es como querer escribir una “Ilíada” después de Homero, por eso no es probable que a Mozart le salga nunca jamás un competidor: la única forma de que esto se produjera sería componer “Don Juan” otra vez. Sólo por esta ópera, dice Kierkegaard, Mozart es un compositor clásico absolutamente inmortal. Demostrar esta afirmación es el objetivo de este ensayo, y para ello el filósofo danés analiza cada uno de los elementos de la obra.
Kirkegaard afirma que la música es la forma más perfecta para transmitir la idea de don Juan, más que la literatura, el teatro o el ballet, porque la música es un medio más sensible que cualquier otro lenguaje. Sólo la música ha permitido concebir esa idealidad porque no presenta a don Juan como una persona o un individuo sino como una fuerza, fuerza que es además el principio vital que anima al resto de los personajes. En la ópera de Mozart la pasión de don Juan pone en movimiento las pasiones de todos los personajes que lo rodean: la seriedad del comendador, la cólera de doña Elvira, el odio de doña Ana, la suficiencia de don Octavio, la angustia de Zerlina, la perplejidad de Leporello… Para explicarlo utiliza una figura ilustrativa: como ocurre con el sistema solar, donde los cuerpos están iluminados sólo por la parte por la que reciben la luz del sol, los personajes de la ópera de Mozart sólo resplandecen en el momento en que se encuentran en la proyección de don Juan. Y sólo la música es capaz de crear este efecto.
Sensualidad, erotismo, pasión
Afirma Kierkegaard que ha sido el cristianismo el que ha introducido en el mundo la sensualidad y el erotismo sensual (en el helenismo, dice, no había sensualidad y por eso la música no alcanzó ningún desarrollo). El medio más apropiado para expresar la genialidad erótico-sensual es la música, y el ejemplo más sublime se encuentra en el “Don Juan” de Mozart, pues al mismo tiempo que describe la conducta de don Juan nos hace oír el poder cósmico de la seducción y sentir la fuerza de la sensualidad.
Don Juan es un seductor, su erotismo es la seducción, por eso su amor es sensual; no es un amor fiel sino absolutamente pérfido (no se explica de otra forma la cifra de mujeres seducidas por Don Juan, 1003 sólo en España) que sólo la música puede transmitir en todo su significado.
En “Don Juan” Mozart muestra la música de la obra como la expresión absoluta de la idea del amor esquivo y sensual, ese que desaparece con el tiempo, por eso el medio que mejor expresa esta forma de desaparecer es precisamente la música, que sólo existe en el momento de ejecutarla. Al principio de la ópera, el deseo se despierta sin encontrar su objeto y poco a poco se va transformando en victorioso, irresistible y hasta demoníaco. A través del análisis de la obertura (“una obra maestra totalmente perfecta”), la segunda aria (el momento más épico) y el aria del champaña (el momento más lírico), Kierkegaard resume los valores más intensos de una ópera que despierta en los lectores de este ensayo la necesidad ineludible de volver a escuchar “Don Giovanni”.
La pasión según Juan Sebastian Bach
“Johann Sebastian Bach” es el título del segundo ensayo de este libro. Su autor Wlhelm Dilthey lo incluyó en una recopilación de textos escritos entre 1906 y 1907 que se publicaron en 1933, más de veinte años después de la muerte del autor. Se trata de un ejercicio hermenéutico sobre la obra de Bach que abarca desde sus oratorios de motetes y cantatas hasta la “Misa en si menor”, que Dilthey analiza minuciosamente. Bach tuvo la suerte de vivir en una época de supremo desarrollo de la música al tiempo que su ocupación diaria relacionada con el culto le facilitaba el acceso a los recursos artísticos. Para el autor, Juan Sebastian Bach es la más alta representación de la conciencia religiosa protestante manifestada a través de la música. Bach elevó esta conciencia religiosa a eternidad, más allá de las fronteras de lo temporal, y los motetes y cantatas de sus oratorios, dice Dilthey, son la expresión más alta que esta conciencia de la comunidad luterana haya encontrado jamás.
El centro en torno al cual gira la religiosidad luterana es la lucha interior que se libra en el espíritu de todo individuo y las expresiones de los momentos antitéticos de la conciencia religiosa, que se manifiestan en el antagonismo entre el pecado y la redención, la muerte y la vida divina, lo perecedero de la existencia humana y lo estable e la existencia divina… antagonismos que encuentran en Bach su expresión musical más plena.
Dilthey analiza algunos de los pasajes de la música de Bach como si fueran obras pictóricas, comparables a grabados de Durero (algunos de los cuales ilustran este ensayo), condicionados por el entronque que ambas manifestaciones artísticas, la pintura y la expresión musical, han tenido en la vida religiosa.
Juan Sebastian Bach expresa la emoción de la vida religiosa en sus obras dedicadas a las festividades de la iglesia, sobre todo en las dos manifestaciones, también antagónicas, que son el Oratorio de Navidad y las distintas Pasiones (escribió cinco en total, de las que sólo tres han llegado hasta nosotros, las de San Juan, San Lucas y San Mateo), cada una de las cuales desarrolla una posibilidad diferente de concebir la historia de la Pasión, que existe también entre los distintos Evangelios. Así, la música del Oratorio de Navidad es más popular, más sencilla, mientras que en la música de la Pasión la tragedia va ascendiendo hasta alcanzar un punto culminante.
Ensayo de orquesta
En cuanto a la película de Federico Fellini, sorprende que pese al paso de los años (“Ensayo de orquesta” es de 1978) mantenga la misma frescura e invite a las mismas reflexiones que provocó en el momento de su estreno en la RAI italiana. El libro incluye además una reseña muy interesante de la obra y una entrevista a Fellini en la que explica la gestación de la película y los equívocos que produjo en su momento esta experiencia irrepetible.
Muy interesante Sr. Pastoriza la fuerza con que nos describe el Don Juan de Mozart y la pasión de la vida religiosa expresada por Bach. Su explicación incita a lectura, la música y el arte en general.