Reporteros sin Fronteras (RSF) ha dibujado un panorama desolador de la realidad de la libertad de prensa en el norte de África, colocando a Marruecos, Argelia y Libia, en las listas roja y negra, en la clasificación de la libertad de prensa 2021.
En su último informe sobre la libertad de prensa, la organización dice que ejercer el periodismo en Marruecos es «difícil o peligroso» bajando tres puestos, al 136 de 180, respecto a la clasificación del año pasado. Además, señalan que el régimen ha estado atacando durante años, por parte de los círculos del poder, a los periodistas críticos más prominentes.
RSF considera que las autoridades marroquíes han actuado contra cuatro periodistas críticos, Maati Munjib, puesto en libertad provisional a finales de marzo tras diecinueve días de huelga de hambre y tres meses de prisión preventiva; Omar Radi, Imad Stitou y Suleiman Raissouni, destacando que «se enfrentan a un verdadero suplicio ante los tribunales, ya sea por cuestiones morales o relativas a la seguridad del Estado, cargos que nada tienen que ver con sus actividades periodísticas».
La organización se refiere a lo que describe como «el aplazamiento sistemático de los juicios», y destacó que las solicitudes de libertad condicional son rechazadas.
RSF indica que la «demora sistemática» afectó particularmente a Omar Radi y Suleiman Raissouni, quienes han estado en prisión preventiva durante ocho y once meses, respectivamente. Su defensa presentó no menos de diez solicitudes de liberación temporal, pero sin resultado.
El informe recuerda que estos dos periodistas detenidos han recurrido a la huelga de hambre como última forma de hacer valer su derecho a un juicio justo. De hecho, incluso seis parlamentarios marroquíes del propio partido del Gobierno han preguntado por su situación en la cárcel.
Asimismo, tampoco hay que olvidar a los periodistas saharauis presos en cárceles marroquíes y que ha denunciado RSF.
En Argelia (posición 146 misma posición que hace un año), destaca el caso del director del medio informativo digital Casbah Tribune y corresponsal de TV5 Monde y de RSF, Khaled Drareni.
Su cobertura del movimiento de protesta popular Hirak le valió que lo condenaran en la apelación a dos años de cárcel por «incitar a una manifestación no autorizada» y por «poner en peligro la seguridad del Estado. Después de once meses en prisión, fue finalmente puesto en libertad gracias a un indulto presidencial, pero sus problemas legales no han acabado, ya que su caso será sometido de nuevo a juicio en otoño.
En Libia (en el 165, desciende una posición) desde hace diez años que se derrocó al régimen de Gadafi, se dificulta el trabajo periodístico. El conflicto armado que divide Libia ha instaurado un estado de violencia y miedo en el sector mediático que obliga a quienes trabajan en la información a tomar una dolorosa decisión: o autocensura, o propaganda a favor de uno de los regímenes que se disputan el este y el oeste del país.