Unos doscientos agentes de la policía marroquí y de las fuerzas paramilitares rodearon el 21 de noviembre de 2020 la casa y las calles adyacentes, en el barrio de Lahohoum, en el centro de El Aaiún, donde el presidente de reporteros saharauis Equipe Media, Ahmed Ettanji, celebraba su boda.
La policía aterrorizó a sus familiares y amigos, e impidió a los invitados unirse a la boda durante dos días consecutivos. Le pusieron bajo arresto domiciliario, amenazándole con detención y allanamiento de su casa. Ni siquiera pudieron acceder a su propia casa la madre, la hermana y sobrinas de Ettanji.
Esta represión se debía teóricamente a evitar la pandemia del COVID-19 pero parece que las autoridades marroquíes han usado esta excusa sanitaria para la represión de militantes saharauis. Tan solo unas días atrás fue el argumento usado para evitar la salida de la destacada defensora de Derechos Humanos, Aminetu Haidar, para coger un avión hacia Las Palmas.
«He sido la única pasajera a la que le han pedido el PCR, sabiendo que la normativa no entra en vigor hasta el 23 de noviembre. Nadie me ha informado hasta el momento de subir al avión. Me han dicho: desde el ministerio de Sanidad dicen que usted no puede viajar sin PCR», afirmó.
En el caso del periodista saharaui celebraba su boda cumpliendo las medidas de seguridad y respetando las distancias según lo establecido internacionalmente, y según las leyes marroquíes que se aplican a los colonos. No hacían falta tantos agentes si el problema era ese. Se trata, claramente, de una represalia.
Además se permitió una boda en un barrio de colonos, Al Wifak, frente a la Comisaría de Policía
En términos parecidos se emplearon en la casa de la novia, también miembro del Consejo de Equipe Media, Nazha El Khalidi, donde aterrorizaron a los invitados e impidieron a otros acercarse, a pesar de llevar mascarillas y de respetar la distancia social. Un coche de la policía estuvo aparcado pegado a la puerta de la casa de donde no se podía entrar ni salir.
Este bloqueo es una prueba más «del acoso del estado marroquí a los periodistas saharauis y los activistas de derechos humanos, que se ha visto aumentado tras la ruptura del alto el fuego de Marruecos contra los saharauis» tras la invasión de la franja del Guerguerat y la ampliación del muro existente.
Dos días antes, el famoso cantante saharaui Malainin, quien a veces interviene en celebraciones, vio cómo la policía irrumpía en su casa amenazándole con confiscarle todo su material si se aventuraba a acudir a la ceremonia. Malainin ni siquiera había recibido el encargo de cantar en esa boda.
Por ello, Équipe Média hace un llamamiento a las Naciones Unidas para que asuman sus responsabilidades con respecto a las amenazas directas a las que los civiles saharauis están expuestos, en particular los periodistas y los activistas de derechos humanos.
De hecho, la agencia saharaui había documentado 25 detenciones en El Aaiún, cuatro en Bojador donde detuvieron a la activista Sultana Jaya después de venir de España el pasado 19 de noviembre.
Equipe Media también pide a los gobiernos de España y Francia que, como aliados y patrocinadores de Marruecos, «intervengan y detengan los crímenes contra la humanidad cometidos por los paramilitares y la policía marroquíes».
También han solicitado a la Cruz Roja Internacional, a Reporteros sin Fronteras –en cuyo informe presentado en Madrid en 2019 sobre el Sahara participó Ettanji- y al Comité para la Protección de Periodistas que defiendan «a nuestros periodistas».
Equipe Media recuerda que el periodismo no es un crimen.