Selfi, la adaptación al español del anglicismo selfie, es la palabra del año para la Fundación del Español Urgente.
Obama, Cameron and Thorning-Schmidt’s ‘selfie’. Photo by Roberto Schmidt/AFPEsta es la segunda ocasión en que la Fundéu BBVA elige su palabra del año después de que en 2013 escogiese escrache, un término procedente del español del Río de la Plata y que tuvo gran presencia en los medios.
«No buscamos la palabra más bonita ni la más original o novedosa. Queremos que nuestra palabra del año, además de estar relacionada con la actualidad y, por tanto, haber estado muy presente en los medios, tenga un cierto interés lingüístico, ya sea por su formación o por la fuerza de su penetración en el lenguaje común», explica el director general de la Fundación, Joaquín Muller.
«Elegimos, así pues, entre palabras que, por su novedad, proceso creativo o adaptativo, por su reaparición o recuperación hayan sido objeto de alguna de las más de trescientas recomendaciones que la Fundéu BBVA ha lanzado a lo largo del 2014», ha añadido.
El fenómeno de las fotos que los ciudadanos se toman a sí mismos, en general con dispositivos móviles, y que luego suelen compartir en redes públicas o privadas ha hecho furor en los últimos años en todo el mundo.
No en vano, selfie, el término inglés con el que se conoce a este tipo de imágenes, ya fue elegido palabra del año por los editores de los diccionarios de Oxford en 2013 después de calcular que su uso entre los anglohablantes había crecido en un 17 000 por ciento en ese periodo.
La Fundéu BBVA, en su labor de promover el buen uso del español en los medios, aconsejó ya en diciembre del 2013 posibles alternativas al anglicismo de moda: autofoto o la ya consolidada autorretrato, palabras bien formadas en español y que pueden ser útiles para evitar el abuso del término inglés.
«Pero la lengua española cuenta con más recursos, además de la creación o elección de alternativas, y uno de ellos, bastante frecuente, es la incorporación de préstamos de otras lenguas ajustando su grafía a nuestro sistema ortográfico, como ocurrió en su día, por ejemplo, con estándar, del inglés standard», explica Muller.
Así, en octubre del 2014 la Fundéu propuso selfi, sin la e final del original inglés, como adaptación válida al español. En su recomendación sobre ese término, se explicaba que el plural adecuado es selfis y que, en tanto el uso mayoritario se decante por el masculino o femenino, puede considerarse una palabra ambigua en cuanto al género (el/la selfi), como el/la mar, el/la armazón y otras muchas.
«La evidencia del uso abrumador del anglicismo selfie nos hizo pensar que, sin renunciar a nuestro consejo anterior para emplear autofoto, sería bueno proponer una adaptación, que además en este caso no ofrecía problemas desde el punto de vista de la pronunciación ni de la representación gráfica», añade Muller.
Esa doble propuesta (selfi y autofoto), explica, no es rara en el español y se da por ejemplo en términos tan conocidos como fútbol y balompié, adaptación y alternativa respectivamente de la palabra inglesa football, que conviven desde hace décadas en nuestro idioma.
La combinación entre esos factores lingüísticos y la manifiesta actualidad del término es lo que ha llevado al equipo de la Fundación a elegir finalmente selfi como palabra del año 2014.
Antes, los filólogos y periodistas que trabajan en la Fundéu BBVA habían hecho una primera selección de doce términos de acuerdo con esas mismas condiciones en la que, además del elegido, figuraban otros también relacionados con las redes sociales y la extensión del uso de la telefonía móvil, como nomofobia, el neologismo que designa el miedo a no estar conectado, o apli, el acortamiento de aplicación propuesto como alternativa a app.
El mundo del deporte aportó a la lista árbitra, un femenino cada vez más usado, y el de la economía, impago, la palabra que en español sustituye con éxito al anglicismo default.
El verbo abdicar estuvo en las primeras páginas de todos los medios y suscitó algunas dudas sobre su uso (¿se abdica el trono o al trono?), igual que sucedió con otras palabras como ucraniano o ébola.
La lista la completaban superluna, la novedosa postureo y dos términos que han llegado este año al Diccionario académico por diferentes razones: dron, ese aparato volador que parece abrir nuevas posibilidades en muchos campos, y amigovio, una voz común en varios países para referirse a las personas que tienen una relación de menor compromiso formal que un noviazgo.