La localidad marroquí de Sidi Ifni fue colonia española entre el 6 de abril de 1934 y el 30 de junio de 1969, en breve se cumplirá medio siglo del fin de nuestra presencia.
En la ciudad permanecen edificios de esa etapa como la Pagaduría que era el antiguo Consulado, la Plaza Hasán II, antigua Plaza de España; la iglesia de Santa Cruz, actual Palacio de Justicia, el antiguo Gobierno General, convertido en Palacio Real y el hotel España, actual Bellevue.
Además el primer puerto fue construido por los españoles en 1960.
Durante el reino de Castilla se fundó la presencia española en Sidi Ifni en 1476 siendo abandonada en 1524. El sultán de Marruecos Mohamed IV (1803-1873) reconoció en 1860 ese antiguo asentamiento. España lo ocupó de forma efectiva por el coronel Osvaldo Capaz (1894-1936), en nombre del Gobierno de la Segunda República, en 1934. Fue testigo el periodista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944) quien escribió ‘Ifni: la última aventura colonial española’. Los españoles fueron bien acogidos por la población y se llegaron a acuerdos con las tribus locales.
En 1957 con la independencia marroquí y con Franco gobernando en España, se inicia la guerra –silenciada por los medios oficiales franquistas- mientras al año siguiente fue declarada provincia española de ultramar, siendo Sidi Ifni su capital, territorio rectangular que quedó en dominio español tras dejar toda la zona circundante. Fue española hasta el 30 de junio de 1969, tras firmarse el Tratado de Fez previamente, el 19 de mayo de 1969.
Ifni marroquí
Actualmente, la población de Ifni de unos 24 000 habitantes, se queja de la “marginación sistemática” por la monarquía y vivió graves incidentes de orden público en 2008 y 2012. Los habitantes manifiestan que se desarrollan ciudades cercanas como Tiznit –provincia a la que perteneció hasta 2009- o Guelmim, pero no Ifni.
En 2008, el sábado 7 de junio hubo una dura represión policial para acabar con el bloqueo del puerto pesquero por grupos de jóvenes desempleados que exigían a las autoridades que acabaran con la marginación de la ciudad y de toda la región. Se les sumaron decenas de personas en una manifestación que recorrió las calles de la localidad. Las protestas fueron reprimidas brutalmente por la policía marroquí.
Ifni fue tomada por 3000 agentes de las fuerzas de seguridad. El entonces ministro de Interior, Chakib Benmoussa, posteriormente embajador en Francia, y conocido desde aquel día como ‘El verdugo del Sábado Negro’, recalcó que “no tuvieron otra opción” tras el “fracaso del diálogo” con los manifestantes.
El balance oficial fue de 48 heridos -28 de ellos policías- y 188 detenidos, de los que once pasaron a disposición judicial.
Una delegación de abogados que visitó la ciudad dos días después afirmó que, además de robos y saqueos, los antidisturbios torturaron a vecinos. “¡Hijos de España! y ¡españoles!”, llegaban a gritar los militares marroquíes que reprimían a los ciudadanos de Sidi Ifni.
Una semana después otra delegación, del actual partido en el Gobierno y entonces en la oposición, Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), aseguró que se había impuesto “un castigo colectivo”. Las denuncias obligaron al Gobierno a aceptar, por tercera vez en la historia de Marruecos, la creación de una comisión de investigación parlamentaria.
También Marruecos suspendió las actividades de la cadena catarí de televisión Al Yazira por su información sobre Sidi Ifni. La orden del gobierno supuso el cierre de su oficina en Rabat, en la que trabajaban cinco periodistas (cuatro marroquíes y un mauritano), y el cese de todas las actividades en el país. Incluso hubo un juicio en Rabat contra el entonces director para Marruecos, Hassan Rachidi, quien dio por segura la muerte de manifestantes.
En 2012 también hubo protestas en la localidad y se detuvieron y condenaron a ocho jóvenes del opositor movimiento «20 de febrero».
Posteriormente, el 25 de julio 2016, en el antiguo Consulado español, conocido por Pagaduría -por cierto, presidido por el escudo preconstitucional-, ocho personas, con edades entre 23 y 44 años, conocidos como ‘el grupo de Sidi Ifni’, desplegaron pancartas y la bandera española recordando los derechos históricos de la provincia de Ifni, pidieron la nacionalidad española así como mejoras en la zona. Fueron condenados a penas entre ocho meses y un año de prisión.
Según señalaba el grupo de Sidi Ifni, según el artículo 23 del Código Civil para la adquisición de nacionalidad española, los descendientes de los que nacieron en Ifni tienen derecho a la nacionalidad igualándolo a los descendientes de judíos sefardíes y saharauis, presentando su solicitud en el plazo de tres años.
A pesar del tiempo transcurrido y la poca o nula colaboración del Instituto Cervantes, en Ifni se sigue manteniendo el idioma español.
Dos españoles que de niños vivieron en Sidi Ifni son el periodista Tomás Bárbulo –quien acaba de editar la novela ‘Vírgenes y verdugos’- y el traductor y miembro de la Real Academia Española (RAE) Miguel Sáenz, nacido en Larache, quien dejó sus vivencias de entonces en ‘Territorio’, editado por Funambulista en 2017.
Del mismo modo, habría que citar la novela ‘El médico de Ifni’ de Javier Reverte, en la que además del título, en parte de la acción aparece la localidad.