20 de noviembre: otros aniversarios

León Tolstoi: 20 noviembre 1910

Escritor, pedagogo libertario y teórico de la resistencia no violenta, calificado en ocasiones como anarquista cristiano (e incluso místico), León Nicolaievitch Tolstoi nació el 9  de septiembre (28 de agosto según el calendario juliano) en Iasnaia Poliana (Rusia), una localidad que posteriormente se convertiría en un nombre referencia de la escuela moderna. Procedente de una familia aristocrática, quedó huérfano muy joven heredando en 1847 Iasnaia Poliana y cuatro pueblos más pertenecientes a su familia. 

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León Tolstoi

Autor de novelas y cuentos que hablan de la vida del pueblo ruso en la época de los zares, y también de ensayos que reflexionan sobre los grandes retos de la civilización y cuestionan los poderes civil y eclesiástico. Una de sus novelas más famosas, “Guerra y Paz” (1869, un título que tomó prestado de Proudhon), que  le llevó diez años de trabajo, es un retrato histórico y realista de las clases sociales en el momento de la invasión de Rusia por las tropas napoleónicas, en 1812, así como una reflexión profunda sobre la violencia. En 1877 revalidó la gloria con la publicación de “Anna Karenina”.

Angustiado y nihilista, siempre en busca de respuestas a preguntas existenciales y filosóficas, acaba entusiasmándose por la doctrina de Cristo y, hasta el final de su vida, pronunciándose sobre la verdad, el bien, la justicia y la paz, en obras de ficción pero sobre todo en ensayos en los que se pronuncia a favor del trabajo manual, la vida en contacto con la naturaleza, el rechazo del materialismo, la abnegación personal y el alejamiento de los compromisos familiares y sociales, confiando en que la simple comunicación de la verdad de una persona a otra haría desaparecer todas las supersticiones, la crueldad y las contradicciones de la vida.

Para Tolstoi, en vísperas de la revolución bolchevique y la Primera Gran Guerra Mundial, la única vía razonable es la que se encuentra en la doctrina de Cristo; y no en el patriotismo, las iglesias nacionales, el militarismo, el socialismo o la revolución.

En 1853, tomó parte en la guerra de Crimea como suboficial de artillería. Tres años más tarde publicó “Infancia y adolescencia” y se dedica a viajar por Europa. A su regreso a Rusia gestiona sus posesiones, se ocupa de la escuela que ha creado en su propiedad (“El único criterio de la pedagogía es la libertad, y el único método la experiencia”) y escribe “Los Cosacos”. En 1860/61 reanuda sus viajes: Francia, Italia, Bélgica, donde conoce a Proudhon, y Alemania; pero su postura contra el vasallaje y su actuación pedagógica con los hijos de los campesinos le llevan a estar vigilado por la policía política, que incluso registra su casa. Ese mismo año se casa con una joven de 18 años.

Tras un tiempo dedicado enteramente a la escritura, y sensibilizado por la miseria y servidumbre a que está sometido el pueblo ruso, critica la autocracia del zar y la ortodoxia religiosa y publica “Mi confesión”, seguido de “Cual es mi fe”, obras que fueron prohibidas por el Santo Sínodo de la iglesia ortodoxa y embargadas por la policía. Pero, incansable, prosigue publicando libros sobre sus ideas y su fe y se compromete apoyando públicamente a los objetores de conciencia, y en particular a los Doukhobors, que se  niegan a hacer el servicio militar. Cuando las hambrunas de 1891-1892 se ocupó personalmente de dar de comer a cuatro mil personas.

Sus ideas sobre la no violencia iban ganando cada vez más adeptos y Tolstoi decide que su vida debe ser ellas acercándose aun más al pueblo, tomando parte en el trabajo de los campos; al tiempo que sigue publicando libros donde refleja sus convicciones:  «La muerte de Ivan Ilitch»(1886), «La sonata de Kreutzer»(1889), «Resurrección»(1899). Pero esa fe se acomoda mal con la ideología retrógrada  de la iglesia ortodoxa, que le excomulga el 9 de marzo de 1901. A partir de entonces se dedica primordialmente a la educación, escribiendo libros y manuales para los niños de Iasnaia Poliana.

Los problemas con su pareja le parecen insalvables y el 27 de octubre de 1910 huye de la casa conyugal; le recoge el jefe de la estación de Apostovo. Aquejado de neumonía muere el 20 de noviembre de 1910 (7 de noviembre según el calendario juliano). El suyo fue el primer entierro civil en la Rusia de los zares y la autocracia.

Tras conseguir triunfar como novelista, Tolstoi se convierte en un adalid de la no vilencia; hacia el final de su vida mantuvo una breve correspondencia con Mahatma Gandhi. En los últimos años del siglo XX, distintas corrientes filosóficas –libertaria, anticapitalista…-se reclamaban herederas de Tolstoi; su reflexión cristiana se mantuvo siempre al margen de las grandes iglesias y su genio literario ha alcanzado reconocimiento universal.

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Buenaventura Durruti

Buenaventura Durruti: 20 de noviembre 1936

Militante anarquista y anarcosindicalista, Buenaventura Durruti Dumange, es una figura emblemática del anarquismo español.

Nació el 14 de julio de 1896 en León. Su padre, sindicalista, era un obrero curtidor. A los 14 años empezó a trabajar como aprendiz en un taller de metalurgia. A los 17 era tornero y a los 18 entró en la Compañía de los Ferrocarriles del Norte. Cuando la huelga general insurreccional de agosto de 1917 formó parte del grupo de saboteadores; intervino la tropa disparando con metralleta sobre los huelguistas y causando cientos de muertos. Desautorizado por su sindicato de entonces, la UGT, y buscado por “sabotaje e insumisión”, Durruti abandona León para refugiarse primero en Gijón y pasar después a Francia. En enero de 1919 regresa a España. Trabaja en La Felguera como mecánico y se afilia a la CNT. En marzo de 1919 le detienen por desertor, aunque consigue evadirse y regresar a Francia. En París conoce a otros exiliados españoles, y también a los anarquistas Sébastien Faure y Louis Lecoin.
De regreso a España en 1920 se relaciona con el anarquista Manuel Buenacasa y funda el grupo de activistas “Los Justicieros”, como respuesta a los grupos de pistoleros creados por la patronal.  Toma parte en algunas expropiaciones  y en un atentado fallido contra Alfonso XIII. En 1922 conoce a Francisco Ascaso y al año siguiente la camarilla se instala en Barcelona donde, reforzado por militantes catalanes, se convierte en el emblemático grupo de “Los Solidarios”, que serían el embrión de la futura Federación Anarquista Ibérica (FAI).

Detenido en Madrid en abril de 1923, cuando debía asistir a un congreso anarquista, Durruti es trasladado a la cárcel de SanSebastián, de donde sale en libertad.  El 1 de septiembre de ese año participa en el ataque al Banco de España en Gijón. Pocos días después, el general Primo de Rivera da un golpe de estado y llega al poder. Comienza entonces una feroz represión de las organizaciones obreras, Durruti se exilia de nuevo en Francia, con Francisco Ascaso, y pronto se les une Gregorio Jover. Conocen a Makhno y financian en Paris la creación de la “Librería Internacional”. Amenazados de expulsión tras el fallido intento de provocar una sublevación en Vera de Bidasoa, Ascaso y Durruti pasan a Bélgica, desde donde embarcan para Cuba. Trabajan como estibadores en el puerto de La Habana, pero alertados de que la policía les busca abandonan la capital para ir a cortar caña a una hacienda, donde acaban por matar al patrón esclavista en nombre de “La Justicia de los Errantes”. Se trasladan a México donde se les unen Jover y el hermano de Ascaso, y donde “Los errantes” practican expropiaciones que ayudan a financiar publicaciones revolucionarias, sindicatos y escuelas racionalistas. Viajan después a Perú, Chile, Argentina y Uruguay, donde continúan con los atracos. Buscados por las policías de toda Latinomaérica, el 30 de abril de 1926 regresan a Francia.

Implicados en un complot para asesinar al rey de España aprovechando un viaje de este a París, Ascaso y Durruti son detenidos por la policía francesa el 25 de junio de 1926, y condenados a seis meses de cárcel por tenencia ilícita de armas. España y Argentina reclaman su extradición, lo mismo que la de Jover. La Unión Anarquista pone en marcha una intensa campaña de solidaridad que finalmente consigue su libertad en 1927. Persona non grata en muchos países, Durruti y Ascaso son expulsados a Bélgica, pero regresan clandestinamente a Francia. Viajan a Alemania, donde el gobierno se niega a concederles asilo político.

Cuando, en abril de 1931, se proclama la República, regresan a España y toman parte en numerosos conflictos sociales y enfrentamientos (como el 1 de mayo de 1931 en Barcelona), encadenando reuniones y mítines. En enero de 1932, los mineros de Fijols se sublevan y proclaman el Comunismo Libertario. Sofocada la rebelión, Durruti y Ascaso son detenidos y llevados a un barco, junto con otros obreros insurgentes, para ser deportados a Fuerteventura (Canarias), donde permanecieron hasta septiembre de 1932.

Con Juan García Oliver y otros activistas crearon el grupo anarquista “Nosotros”. Como resultado de las insurrecciones de 1933, Ascaso y Durruti fueron detenidos en abril de 1933, encarcelados en la Modelo de Barcelona y posteriormente trasladados a la prisión de Cádiz, donde se produjo un motín y quedaron en libertad en septiembre. Mientras aumentaba la agitación social, Durruti, Cipriano Mera e Isaac Puente fueron designados por la CNT  para formar un  Comité Nacional Revoluionario, con sede en Zaragoza. El 8 de diciembre de 1933 estalla en España una nueva insurrección general, sofocada el 15 de ese mes. Durruti y los otros miembros del comité revolucionario son detenidos y trasladados a la cárcel de Burgos; allí permaneció hasta mayo del año siguiente.

El 4 octubre de 1934 entra en el gobierno la derecha monárquica ese mismo día detienen a Durruti y otros militantes cenetistas, al tiempo que en Asturias se convoca una huelga general a la que siguen sangrientos enfrentamientos armados. Durruti forma parte de los 30 000 presos políticos que existen en el país en aquel momento; finalmente queda en libertad en noviembre de 1935, en plena campaña por la amnistía y poco antes de la victoria del Frente Popular, en febrero de 1936. La amenaza del golpe militar, que finalmente se produciría en julio, lleva a los militantes a proclamar huelgas y efectuar ocupaciones de tierras.

El 19 de julio de 1936 estalla la insurrección obrera como respuesta a la sublevación militar facciosa, dirigida por Franco. Durruti dirige los combates en la Plaza de Cataluña, participa en el asalto a la Central Telefónica y, al día siguiente, en el del cuartel militar de las Atarazanas (donde morirá Francisco Ascaso). El 24 de julio Durruti sale de Barcelona al frente de una Columna que lleva su nombre, compuesta por 6000 combatientes y un Grupo Internacional, dirigiéndose a Zaragoza y convirtiendo, al paso, algunos pueblos  al comunismo libertario.

Durruti quiere hacerse con el oro del Banco de España para comprar armas en el extranjero, pero los dirigentes de la CNT rechazan el proyecto por temor a desestabilizar el frente republicano que, por presión comunista, decide militarizar las milicias. A principios de noviembre, la Columna Durruti, que rechazaba la militarización, es enviada a Madrid para hacer frente a las tropas fascistas en el sector de la Ciudad Universitaria.  Fue allí, el 19 de noviembre, donde Durruti fue alcanzado por una bala. Murió al día siguiente, sin que nadie aclarara las circunstancias de la muerte y dejando la puerta abierta a todo tipo de especulaciones, que se han reproducido a lo largo del tiempo.  El cuerpo de Durruti, enviado a Barcelona donde fue recibido con una enorme manifestación de homenaje popular, fue enterrado el día 23.

El 20 de noviembre de 2009, en León, se inauguró en la Plaza de Santa Ana –donde estuvo el domicilio de los padres de Durruti- el memorial “Hálito Durruti”, una escultura con la que el sindicato español CGT (nacido de una escisión de la CNT en el Congreso de la Casa de Campo de Madrid, en 1983) rendía homenaje al anarquista en su ciudad natal, y a los hombres y mujeres que lucharon por un mundo mejor,  en el marco de unas Jornadas Libertarias a los 73 años de su muerte. Se trata del primer memorial que se alza en España dedicado al anarquismo revolucionario, obra del escultor Diego Segura, que en dos rocas rectangulares de 2,50 metros de alto, rodeadas por un cilindro de bronce pulido, ha querido representar “la firmeza de convicción que los anarquistas llevan con pasión en sus corazones”.

Charles Cortvrint: 20 de noviembre de 1977

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Louis Mercier Vega

Como una jugada más de las que nos tiene acostumbrados, el azar ha querido que otro eminente anarquista, el belga Charles Cortvrint, más conocido por su pseudónimo de Louis Mercier Vega (y también como Charles Ridel, Carlo Manni, El Itinerante y Santiago Parane), nacido en Bruselas en 1914, también abandonara este mundo un 20 de noviembre.

Militante anarquista y anarcosindicalista, propagandista y pensador libertario, insumiso, se une en París a la Unión Anarquista, y en julio de 1936 a la revolución española, formando parte de la Centuria Sébastien Faure, integrada en el Grupo Internacional de la Columna Durruti que combate en Aragón. De regreso a Francia, participa en mítines de apoyo a la España republicana hasta que un desacuerdo le lleva a abandonar la Federación Anarquista. En 1939, Mercier Vega embarca para Argentina y Chile. Después se le encuentra en Brazaville, donde se enrola en las fuerzas francesas libres. Desmovilizado en 1945, se convierte en redactor del periódico “Dauphine libéré”. En 1958 crea la Comisión Internacional de Relación Obrera (red de libertarios y sindicalista revolucionarios de diferentes países). Aparte la creación de revistas:  “Revision”, “Aportes” (revista trilingüe), “Interrogations”; y de sus colaboraciones en la prensa libertaria, es autor de libros como “Anarcosindicalismo  y sindicalismo revolucionario”,  “La cabalgada anónima” o “El incansable anarquismo”.
Charles Cortvrint se suicidó en Collioure, el 20 de noviembre de 1977.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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