El presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), Arkady Dvorkovich, ha seguido los pasos del presidente ruso, Vladimir Putin, por lo que se ha postulado para, de momento, un tercer mandato en el cargo, decisión a la que se había opuesto cuando tomó posesión del cargo.
La aprobación en la asamblea de FIDE de una moción para eliminar el artículo 18.12 de los estatutos que limita el mandato presidencial a dos periodos de cuatro años, tuvo lugar el pasado domingo 17 de diciembre 2023.
El propio presidente de FIDE aseguró que estaría dos mandatos de cuatro años en el poder. Antes de ser elegido en 2018, declaró públicamente: «Se deben establecer un máximo de dos mandatos presidenciales», palabra que ahora incumple.
La asamblea elimina ese límite del mandato presidencial y permitirá que el ruso Arkady Dvorkovich se postule por cuatro años más en el cargo. De los 199 convocados, hubo 108 a favor y 27 en contra. La reunión fue vía digital.
Hay que recordar que Putin ha ocupado cargos continuos como presidente o primer ministro en Rusia desde 1999 y, debido a una enmienda a la Constitución en 2020, ahora está exento de los límites del mandato presidencial hasta 2036.
Dvorkovich fue viceprimer ministro bajo Putin de 2012 a 2018, y claramente ha copiado los mismos métodos. Elegido en 2018 en Georgia y reelegido en Chennai en 2022, ahora podrá optar a un tercer y cuarto mandato. No olvidemos que la FIDE es actualmente un juguete en manos de Putin, que la considera una extensión de su diplomacia, algo más que deporte, como señalan numerosos observadores y periodistas independientes de ajedrez.
Uno de los que apoyaron a Dvorkovich fue el presidente de ECU, el georgiano Zurab Azmaiparashvili, personaje envuelto en numerosos escándalos y que incluso llegó a agredir a un guardia civil en España. Además, es el responsable de que Bulgaria no haya podido participar en la asamblea, como tampoco Sudáfrica. Mientras que Marruecos, cuya federación está desprestigiada, estaba representada no por su presidente, sino por un tunecino, Tahar Battikh, supervisor elegido por FIDE.
Las federaciones que iniciaron este movimiento fueron un total de veintiuna, la mayoría de Latinoamérica pasando por Palestina, Yemen o Siria y otras minoritarias, desde Andorra (la única europea) hasta Puerto Rico.
No conviene olvidar dos detalles importantes, cada federación tiene un voto independientemente de los jugadores federados y la implantación del ajedrez en cada país. La isla de Nauru, con doscientos jugadores federados sin apenas clubes o candidatos a maestros internacionales, tiene un voto igual que Estados Unidos con más de cien mil jugadores, cientos de clubes y más de un centenar de grandes maestros. Por otro lado, los presidentes suelen ser funcionarios, muchos de ellos en pequeños países, dependientes de los presupuestos de FIDE.
Baste un simple ejemplo: en la Asamblea de FIDE se eligió como sede de la Olimpiada de Ajedrez en 2028 a Abu Dabi, por encima de la italiana Génova (96 a 60), a la que Dvorkovich en su visita a Sicilia –incluida foto con la camiseta del Palermo– había auspiciado como favorita.
Pero aparte de los petrodólares a favor de Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, (Dubai ya fue sede en 1986) no hay que olvidar la deuda que tenía con el presidente de la Federación Asiática de Ajedrez, el sultán Ibn Khalifa Al Nahyan, miembro del Consejo de FIDE, quien apoyó y dio la bienvenida en el traslado de Rusia a la Federación Asiática.
Hace escasos días, Rusia ganó en China el torneo internacional por equipos de la OCS y el presidente de su federación, Andrei Filatov, la comparó con el triunfo en la Copa del Mundo: «el equipo ruso compitió con su escudo y su bandera. Estamos orgullosos de esta victoria histórica». Daniil Dubov, Maxim Matlakov y Anastasia Bodnaruk jugaron para la selección rusa.
No hay otro ejemplo de que se permita un cambio de federación, de Europa a Asia, para seguir compitiendo, siendo el primer deporte donde se evaden las sanciones internacionales.
Uno de los muñidores por debajo de esta decisión de ampliación de mandatos es el británico Nigel Short, quien ya apoyó a Dvorkovich en 2018 y está en la nómina de FIDE, siendo criticado incluso en su propio país, Gran Bretaña, que no apoya al ruso.
Recordemos también el listado de los hombres de Dvorkovich y Putin en FIDE: el asistente Konstantin Kiselev; el director jurídico, Aleksandr Martynov (quien se burló de la guerra en Ucrania); el presidente de la federación rusa, Andrei Filatov en el Consejo de Zona (3.8.); en el Consejo Consultivo, Vladimir Kramnik; entre los asesores, Berik Bakgaev, funcionario ruso que estuvo en el Ministerio de Exteriores ruso 1991-97 y asistente del anterior presidente, Kirsán Ilyumzhinov; el asesor técnico Vladimir Kukaev; el asesor financiero Alexander Volzhin y la jefa de relaciones públicas, Anna Volkova.
En cuanto a las comisiones de FIDE, también forman parte diferentes rusos, citando por ejemplo, en la comisión histórica al director del Museo de Ajedrez de Moscú, Dimitri Oleinikov; o en la de Educación, Nina Bodenchuk, empleada de la federación rusa.
Entre los muchos opositores a la medida del nuevo mandato de Dvorkovich, el representante estadounidense, Allen Priest, fue uno de los que se pronunció en contra de la propuesta: «Entiendo que cuando la gente llega a puestos de poder, les gusta aferrarse al poder. Pero ningún hombre es indispensable, ningún hombre es irremplazable».
El opositor a Dvorkovich, el noruego Peter Heine Nielsen, lo calificó como «un mal día para el ajedrez, un buen día para Rusia». Sin embargo, Noruega no protestó, por lo que ha habido críticas al respecto recordando el papel del miembro del consejo ejecutivo de FIDE, el noruego Joran Aulin Jansson.
Asimismo, los grandes maestros Levon Aronian, estadounidense de origen armenio; y Pavel Eljanov, ucraniano, se mostraron en desacuerdo con la medida.
Aronian declaró: «Es vergonzoso. Cumplir más de dos mandatos siempre genera problemas. El liderazgo es algo muy contagioso y es algo que deseas hacer para siempre (…) Creo que cuando tomas esas decisiones, muchas de las cosas buenas que haces se deshacen. Porque ahora se le percibe como un usurpador del cargo. No me gusta esa decisión. Y estoy decepcionado con FIDE».
El bicampeón (2004 y 2015) de Ucrania, Andréi Volokitin valoró la medida como «las reglas de Putin, el protegido de Putin, la FIDE de Putin», mientras otros le dan a Dvorkovich el título de ‘el tirano de FIDE’, como a sus predecesores Florencio Campomanes (1927-2010) le definían como ‘el estafador de Filipinas’ y a Kirsán Ilyumzhinov como ‘el megalómano de Kalmukia’.
