Esta mañana, del jueves 27 de marzo de 2025, el escritor francoargelino Boualem Sansal, de 80 años de edad y enfermo de cáncer de próstata, ha sido condenado a cinco años de cárcel por un juez de Dar-El-Beida, localidad donde se encuentra el aeropuerto de Argel.

Está preso desde el 16 de noviembre, cuando fue detenido nada más aterrizar allí procedente de París. Los servicios secretos argelinos participaron así en la jornada del Día Mundial del Escritor Encarcelado, que se había celebrado la víspera.
La condena de Sansal incide de manera señalada en el actual proceso de deterioro de Francia y Argelia, agravado en los últimos tiempos por el giro promarroquí del presidente Emmanuel Macron con relación al Sáhara Occidental. A mediados de febrero, Rachida Dati, ministra de la Cultura de Francia,, visitó el Sáhara ocupado por Marruecos, lo que aumentó la ira del gobierno argelino.
Tras oír la sentencia, el escritor se ha acercado al juez para decirle que no había entendido bien su condena. Sansal comprende los idiomas habituales de los argelinos: árabe dialectal popular, bereber o amazight, (que predomina en Cabilia y otros territorios del país), y francés, idioma en el que escribe.
De manera expresa, en su libro Poste restante: Alger, Boualem Sansal se declaraba incapaz de distinguir su identidad cabileña y su herencia histórica turca y judeo-bereber, de su cultura árabe y francesa. Y recordaba lapidariamente que «el árabe clásico es lengua oficial, cierto, pero no es [*en Argelia] la lengua materna de nadie».
El juez ha reiterado la condena en francés.
Boualem Sansal ha sido condenado por atentar contra la seguridad del Estado y su integridad territorial, según el artículo 87 bis del Código Penal argelino que castiga « como acto terrorista o subversivo, toda acción contra la seguridad del Estado, su integridad territorial, su estabilidad y el funcionamiento normal de sus instituciones ».
Boualem Sansal sugirió hace algún tiempo, en una revista francesa (vinculada a la extrema derecha), que una parte del territorio occidental de su país perteneció antes a Marruecos. Una disputa histórica que llevó a ambos países a la guerra tras su respectiva independencia de Francia.
En los argumentos jurídicos del proceso contra él se citó también pasar información sensible a potencias extranjeras (supuestamente Marruecos y Francia).
Durante los meses de prisión preventiva, las autoridades argelinas han rechazado todas las peticiones del consulado francés para visitarle. Tampoco concedieron visado a su abogado francés.
A finales de 2024, el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune (Abdelmayid Tebún) dijo en un discurso oficial que Sansal era «un impostor que no conocía su identidad, ni a su padre, y que dice que la mitad de Argelia pertenece a otro país».
Desde París, las autoridades tampoco han facilitado con varios discursos duros el apaciguamiento de las crecientes tensiones del último periodo entre ambos países.
De ese modo, Boualem Sansal se ha convertido en rehén de las disputas de Francia y Argelia, sus dos países, que a veces se han trasladado a la ONU y otras instancias internacionales. La diplomacia de Argel se sigue viendo a sí misma como portavoz de los antiguos países colonizados y Argelia forma parte en estos momentos del Consejo de Seguridad de la ONU.
Algunos intentos del presidente Macron de bajar la tensión en el tono de sus demandas de liberación de Boualem Sansal no tuvieron el eco esperado al otro lado del Mediterráneo. Tras la condena, el único signo relativamente positivo es que Sansal no haya sido condenado a una pena mucho mayor, lo que habría sido posible según el Código Penal argelino.
Algunos observadores especulan aún con que ese elemento puede facilitar una gracia presidencial por parte de Abdelmadjid Tebboune, a finales de marzo coincidiendo con el fin del Ramadán.