¡Son solo dos!

No creo que exista un parámetro que determine con exactitud cuál de los signos de puntuación es el menos utilizado; pero hay autores que aseguran que esa distinción recae en los dos puntos (:).

Esa afirmación no es descabellada, pues es muy difícil encontrarlos en medios de comunicación y en otros ámbitos en los que la escritura clara es fundamental. Se han convertido en una especie en extinción. Una que otra vez aparecen en contenidos publicitarios o de otra índole, por lo general mal utilizados.

Los sé usar y los empleo frecuentemente en mi desempeño en el periodismo institucional, y cuando me ha tocado dictar talleres de ortografía, he hecho énfasis en ese importante signo, para demostrar que no es un adorno del texto ni algo de lo que se pueda prescindir, sino un elemento que contribuye a la comprensión del texto, además de que demuestra dedicación y esmero.

Ahora, si me preguntan cuál es el signo de puntuación más difícil de utilizar, sin titubear les diría que es la coma. Aunque la manejo con gran facilidad, admito que en muchas ocasiones he tenido tropiezos con ella. Tiene varios usos: unos fáciles y otros no tanto, pero no es imposible asimilarlos, pues solo basta un poco de interés y práctica constante.

Siempre muestro ejemplos de los casos en los que más se incurre en falta: coma del vocativo, coma enumerativa, coma hiperbática, coma apositiva; y de la más fácil de todas: la coma explicativa.

Si las personas a las que su oficio les impone escribir constantemente o las que les gusta escribir por diversas razones, se preocuparan por saber el uso de cada una de las nombradas, se apercibirían de una herramienta sólida para escribir con claridad y con elegancia. ¡Inténtenlo!

Bueno, el tema de los signos de puntuación es bastante interesante, y de eso he hablado muchas veces. A la luz de los aportes de este trabajo de difusión periodística, hay una considerable cantidad de personas que han digerido la enseñanza. No voy a hablarles de todos los signos, sino de las comillas, una vez más, de las que hay un marcado manejo inadecuado, por lo que es prudente volver sobre el asunto.

comillas-inglesas-y-latinas ¡Son solo dos!

Desde que me he dedicado a escribir sobre temas gramaticales y lingüísticos, he tenido presente que las comillas tienen, desde el punto de vista gramatical, dos usos fundamentales: para indicar que una cita es textual o para ironizar palabras o frases. Si escribo, por ejemplo: «Dios concede la victoria a la constancia», el entrecomillado es obvio, pues esa frase es del Libertador Simón Bolívar, Genio de América y Padre de la patria venezolana. Ahora, si digo: El «doctor» se marchó temprano, también es obvio que el sentido es irónico, burlesco, sarcástico, etc. Da a entender que el aludido no es doctor.

Desde el punto de vista estilístico existen comillas angulares, conocidas también como españolas («»); e inglesas (“ ”). Estas últimas tienen una variante gráfica en el teclado de los ordenadores modernos (computadoras) y en el de los teléfonos celulares actualizados; pero son básicamente lo mismo.

Existen también las comillas sencillas (‘ ‘), que se usan para entrecomillar partes de un texto ya entrecomillado: «Los miembros del jurado se reunieron en secreto para ‘enmarañar’ los resultados».

Por lo general las comillas sencillas podrán usarse para enmarcar palabras provenientes de otras lenguas, de modismos, localismos, palabras poco comunes. Su omisión no debería alterar el significado de lo que se haya escrito, pues su uso es meramente recursivo.

Se han ido desvirtuando los dos usos fundamentales de las comillas, y por eso es frecuente leer textos en las que se las usa de manera indiscriminada. Una de esa forma indiscriminada es la de los nombres de las instituciones, corporaciones u otros organismos: El liceo «Arturo Celestino Álvarez» es la primera institución de educación secundaria del municipio Guanarito; la corporación «Criollitos de Venezuela» es la principal promotora del beisbol menor en este país; en la avenida «Circunvalación» ha habido varios accidentes automovilísticos en los días más recientes; etc. La recomendación es que, si el nombre de la institución, corporación u organismo es claramente entendible, el entrecomillado está demás.

Algunos (yo no lo hago) utilizan las comillas para resaltar, lo cual no tendría nada de malo; pero si existen otras formas de hacerlo (negritas y cursivas), el entrecomillado también saldría sobrando.

David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

2 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.