La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) muestra preocupación ante los actos de violencia y discriminación en contra de las personas lesbianas, gay, bisexuales y trans (LGBT) reportados desde el inicio de 2019 en diversos países de América Latina.
La CIDH hace un llamado a los Estados Miembros de la OEA para que adopten medidas urgentes y eficaces que garanticen la vida, seguridad, integridad personal y dignidad de las personas de orientación sexual, identidad de género, y diversidad corporal diversa, incluyendo leyes y políticas que promuevan un cambio cultural en las sociedades. Así como la investigación, juzgamiento y sanción de los responsables de dichos casos.
En estos primeros meses de 2019, la Comisión ha recibido información sobre incidentes violentos, como agresiones, asesinatos con ensañamiento, violencia sexual y discriminación en contra de personas LGBTI en la región.
Chile
Ya el primer día de enero, una pareja gay de la Ciudad de Porvenir fue agredida por dos hombres, quienes lanzaron una olla con agua hirviendo a uno de ellos, y sumergieron en una tina con agua hirviendo al otro. Una de las víctimas del ataque, José David Muñoz Vargas, de 52 años, sufrió graves quemaduras en un 22 % de su cuerpo, por lo que tuvo que ser ingresado en un hospital en la Ciudad de Santiago.
Asimismo, ese mismo día, en la ciudad de Valparaíso, un joven de 24 años fue agredido por personas que le ofrecieron acercarlo a su destino en el sector de Laguna Verde. Según información recibida de sociedad civil, la víctima fue bajada del auto y agredida físicamente al enterarse de que era gay. Le apagaron un cigarro en sus manos, y le golpearon en la cabeza con una piedra.
A la vez, la CIDH recibió información sobre el caso de violación y agresión en contra de una niña chilena de catorce años, quien sufrió abuso sexual por parte de su padrastro por ser lesbiana, y golpes por parte de su padre biológico por la misma causa. El propio presidente de la República de Chile ha condenado todas las agresiones perpetradas con motivo de la orientación sexual.
Perú
Por otra parte, la CIDH tuvo conocimiento del asesinato de un joven peruano de diecisiete años, ocurrido el mismo día de enero en San Martín. El hecho fue perpetrado por su propio padre, quien le habría disparado presuntamente por el hecho de ser gay y luego se habría suicidado.
Sobre este caso en particular, la Comisión toma nota que las autoridades han iniciado las investigaciones y aun no existe claridad sobre las motivaciones del asesinato. Al respecto, la Comisión es consciente de la dificultad en general para determinar si la violencia es basada o no en prejuicios, y recuerda que dicha determinación requiere una investigación exhaustiva de las causas de la violencia, llevada a cabo bajo el principio de debida diligencia.
Argentina
Además, la Comisión también recibió información de que el día 5 de enero, el joven gay Pablo Dell’Oso sufrió de agresiones debido a su orientación sexual, que le dejó inconsciente a la salida de un club nocturno en la ciudad de Córdoba. En la misma fecha, en un incidente similar, a la activista trans Lara María Bertolini le fracturaron la cabeza con una botella mientras paseaba con su mascota en la ciudad de Buenos Aires.
Al día siguiente, un grupo de jóvenes lesbianas y gays sufrió agresiones verbales y físicas en un club nocturno después de que finalizara el Festival de la Diversidad de la Ciudad de El Bolsón (Río Negro). El ataque aparentemente fue provocado por un beso que se dieran dos jóvenes en la calle. El Estado Argentino hizo saber a la CIDH que tanto en el caso de Pablo Dell’Oso, como en el caso de los jóvenes de El Bolsón fueron presentadas denuncias ante las comisarías de policía correspondientes.
Brasil
La Comisión Interamericana también tiene constancia de la muerte violenta y con ensañamiento de crueldad de Quelly da Silva, una mujer trans de 35 años, quien fue asesinada el 20 de enero en Campinas, São Paulo. Según la información obtenida, el responsable la asesinó por considerarla “un demonio”. Tras haberle asesinado, el imputado le habría sacado el corazón y colocado en su lugar una imagen religiosa.
El día anterior había fallecidoen el Estado de Goias Vanusa da Cunha Ferreira, una mujer lesbiana de 36 años. Su asesino confesó que intentó violarla con el propósito de cambiar su orientación sexual, y que la mató al tratar de reducir la resistencia de la víctima, quien murió debido a múltiples golpes en la cabeza.
México y El Salvador
En Rosarito, Baja California (localidad playera cerca de la frontera con EE UU), dos hombres fueron atacados el día 20 de enero. Según medios de comunicación locales, un grupo de individuos habría irrumpido en el domicilio de la pareja y les habría agredido con piedras. Como consecuencia, uno de ellos falleció a causa de las graves lesiones de la cabeza.
En El Salvador, los días 3 y 8 de febrero se dieron dos incidentes. En el primero la víctima falleció debido a los múltiples traumatismos que le produjeron su agresor y la segunda fue atacada con un machete sin que pudieran hacer nada por salvar su vida.
Sin registro de agresiones
Además de la información preocupante sobre incidentes violentos en contra de personas LGBTI, que muestran altos niveles de ensañamiento y crueldad, a la CIDH le preocupa el hecho de que existe un importante “subregistro” en la región sobre estos incidentes, ya que es frecuente que la violencia en contra de estas personas no se denuncia oficialmente, ni lo reportan los medios de comunicación, lo que conlleva a la invisibilidad de dichos actos.
Al respecto, los Estados Miembros de la OEA tienen la obligación de implementar políticas de recolección de datos que permitan documentar mejor las manifestaciones particulares de violencia y discriminación, y, asimismo, producir información estadística sobre la violencia basada en la orientación sexual y la identidad de género, con miras a desarrollar políticas públicas que protejan los derechos humanos de este colectivo.
Varios de los incidentes de violencia denunciados en el inicio de este año ocurrieron en espacios públicos. En este sentido, la Comisión resalta que las personas LGBTI, al igual que todas las demás, tienen derecho a desarrollarse libremente y sin violencia o discriminación tanto en espacios públicos como privados.
La relatora sobre los Derechos de las Personas LGBTI, comisionada Flávia Piovesan, ha afirmado que “la negación de los espacios públicos y culturales a las personas LGBTI debido a la violencia y discriminación, se traduce en una limitación importante al derecho a ejercer su autonomía personal, a desarrollarse libremente, a formar relaciones con otros seres humanos, con su comunidad y con el mundo exterior.”
Por su parte, la comisionada Margarette May Macaulay, relatora sobre los Derechos de las Mujeres, adhirió que “los Estados tienen la obligación en virtud de la Convención de Belém do Pará, de prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, incluyendo las mujeres lesbianas, bisexuales, trans e intersex. Esto como parte del derecho de toda mujer a vivir libre de violencia y discriminación”.
En virtud de lo anterior, la Comisión reitera que los Estados deben tomar todas las medidas necesarias para prevenir las violaciones de derechos humanos de las personas LGBTI bajo su jurisdicción, principalmente cuando conocen el riesgo en el que se encuentran esas personas. A la vez, enfatiza que, bajo dicha obligación, también se encuentra el deber de los Estados en fomentar un cambio cultural de sus sociedades, por medio de acciones positivas, con miras a modificar los patrones sociales de violencia y discriminación en contra de las personas de diversas orientaciones sexuales e identidades de género -reales o percibidas-.