Cannes 2013, vitrina del mejor cine de autor, abre sus puertas con una insípida película comercial
La 66 edición del festival de Cannes arrancó anoche con la proyección fuera de concurso de «Gatsby el magnífico» del cineasta australiano Baz Luhrmann, protagonizada por Leonardo di Caprio, Tobey Maguire y Carey Mulligan. Doce años después de «Moulin Rouge», que inauguró tambien fuera de concurso este mismo festival, Luhrmann reincide con una de sus habituales superproducciones hollywoodenses de escaso interés cinematográfico. Una de esas películas que los organizadores de este festival ponen en apertura para traer un máximo de glamour y quedar bien con los majors norteamericanos.
Paradójicamente este festival de Cannes, monstruo cinematográfico con varias cabezas, y vitrina internacional del mejor cine de autor suele abrir y cerrar sus puertas con una película bien comercial. En este caso se trata de la adaptación del clásico de Scott Fitgerald, cuya acción se sitúa en el Nueva York decadente de 1922, siete años antes del crak de 1929. Un preupuesto millonario, cientos de extras, y la presencia de Leonardo di Caprio, no hacen de «Gatsby» una buena película, y no es casualidad si el director artístico del festival, Thierry Fremaux, la ha puesto fuera de concurso.
Este jueves empieza ya la competición propiamente dicha, con un total de 20 películas que compiten para la codiciada Palma de Oro. A las 19 que ya habían sido anunciadas se ha añadido en el último momento «Onli lovers left alive» del norteamericano Jim Jarmusch. Una selección oficial que tiene en esta edición 2013 una fuerte presencia francesa y estadounidense.
Francia está oficialmente representada con cuatro películas, pero en realidad, si se mira de cerca, hay en esta ocasión una omnipresencia francesa en la competición oficial, a través de las coproducciones, incluso en algunas de las peliculas americanas presentes, como la de James Gray o la del mexicano Amat Escalante. Pero también en las de la francoitaliana Valeria Bruni Tedeschi, del iraní Asghar Faradi, del franco polaco Roman Polanski, o del franco tunecino Abdellatif Kechiche.
«Es dificil determinar hoy cual es la nacionalidad de una película» ha dicho Thierry Fremaux, para justificar esta omnipresencia de los productores franceses en Cannes. Cierto es que la selección oficial de esta 66 edición muestra la buena salud del cine francés y la imperiosa necesidad de mantener la llama de la denominada «excepción cultural francesa», pues actualmente Francia coproduce el 70 por ciento del cine de autor que se hace en el mundo.
La crisis se ha hecho sentir sin embargo este año en lo que concierne al cine español, totalmente ausente del festival de Cannes, pero también en el cine italiano y alemán con una producción menos vigorosa que en años anteriores. El costo de una película en Europa, aunque muy por debajo de los presupuestos de Hollywood, es hoy elevado si se compara al cine latinoamericano. En estos tiempos de crisis y escándalos financieros, el codiciado sistema francés de ayuda al cine se mantiene bien y es probablemente el único en Europa que resiste al envite comercial de Hollywood.
Pero en todas partes cuecen habas y los pequeños y medianos productores se quejan aquí en estos días prec isamente, como lo subraya el satírico «Canard enchainé» del elevado costo de la mano de obra en el mundo del cine francés, que pone en peligro el propio cine de autor nacional y las películas con presupuestos inferiores a los siete millones de euros.
La industria de Hollywood suele venir a Cannes fuera de concurso, pero el cine norteamericano de calidad tiene su lugar asegurado en la competición y se ha alzado en el pasado con numerosos premios, es el caso de cineastas como Steven Soderbergh, los hermanos Coen, o James Gray.
El jurado internacional está presidido este año por el reputado cineasta norteamericano Steven Spielberg, quien triunfó en los años ochenta en Cannes con su inolvidable ET el extraterrestre, un cineasta autor que desde entonces ha conquistado casi por igual al público y a la crítica. Spielberg es un director ecléctico capaz de hacer películas muy personales, o un cine abierto a un amplio público.
La pregunta que los 4.800 periodistas acreditados en Cannes se hacen hoy es cuál será la película que Spielbergh defenderá para una Palma de Oro. Por ejemplo, hace tres años nadie se esperaba y algunos aún no lo han digerido, que el norteamericano Tim Burton y su jurado dieran la Palma de Oro al tailandés Apichatpong Weerasethakul , por una película que no ha llenado nunca las salas oscuras desde el momento de su estreno.
El carisma de un presidente de jurado suele ser esencial en la decisión final, aunque Spielberg deberá en esta ocasión convencer a personalidades del peso de Ang Lee, Daniel Auteil, Naomi Kawasi, Nicole Kidman, Christph Waltz o Christian Mungiu. La carrera hacia la Palma de Oro, no hace mas que empezar.
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