Copán, una ciudad maya donde el pasado es futuro

En medio del bosque tropical de Honduras, hace más de un milenio, se levantó una de las ciudades más misteriosa del imperio maya, Copán. Fue centro ceremonial y comercial de la civilización maya. Su extraña historia y su “redescubrimento” esta rodeado de esfuerzo y amor a la tierra.

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Adriana Bianco: museo de Copán

En uno de los viajes que hice a Honduras pude conocer Copán. Este sitio arqueólogico es motor de la economía regional y gracias a él surgió el pintoresco pueblo “Ruinas Copán”. Al principio era punto de llegada de visitantes, actualmente tiene más de 8000 habitantes. Su arquitectura colonial, de casas bajas, calles empedradas, recuerdan el pasado, pero sus hoteles, restaurantes y su activo mercado nos muestran su dinámico presente.

El alcalde Mauricio Arias, me comentaba: “El pueblo “Copán Ruinas”, surge por el impacto del sitio arqueológico, se desarrolla en la década de los 90, con el auge del turismo internacional. Hoy, se han incrementado los servicios, la hostelería y vialización, y trabajamos con el Instituto de Antropología para potenciar el crecimiento.”

Aquella urbe de los mayas, se reaviva en pleno siglo XXI, como si la civilización maya volviera a vivir en la modernidad.

La fertilidad del suelo animó a las culturas premayas o olmecoides a fundar asentamientos y poblar el valle, por eso Copán fue un gran centro ceremonial y alcanzó esplendor entre el siglo VI y VIII DC. En 1980, fue considerado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

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Adriana Bianco: Copan restos arqueológicos entre la foresta

Las ruinas cubren una extensión de 24 km2 y tuvieron una compleja historia, uno de los primeros en referirse a ellas fue Diego García de Palacio, visitó el sitio en 1576, informó al rey Felipe II de España, y propuso el nombre de “Copán”.

En 1820, el científico Jean Frédéric Waldeck hizo excavaciones en el lugar, que continuó, en 1834 el coronel Juan Galindo, escribiendo varios artículos.

Cuando en 1841 se publica el libro “Incidentes de viaje en Centro América, Chiapas y Yucatán”, con dibujos de Frederick Catherwood y escrito por John Lloyd Stephens (quien compró el terreno por 50 dólares), el misterioso lugar adquiere reconocimiento mundial.

En los siglos XIX y XX se organizaron varias expediciones, entre ellas las del Museo Peabody de la Universidad de Harvard, también varios especialistas reconocidos estudiaron el sitio. El Instituto Carnegie de Washington colaboró con el reacondicionamiento del curso del río Copán, para proteger los edificios de su destrucción.

En 1952, el gobierno de Honduras crea el Instituto de Antropología e Historia (IHAH) y Copán queda bajo su cuidado. En la actualidad, se siguen trabajos de investigación con universidades americanas y europeas y hay varios proyectos en marcha.

Bien temprano voy a visitar las ruinas. Me impresiona la monumentalidad de esta ciudad maya, en medio de la foresta tropical. El recorrido abarca varias secciones: la gran plaza con su conjunto de estelas, el juego de la pelota, la escalinata jeroglífica del templo y el altar, la Acropolis, los túneles y la zona del cementerio o residencias nobles. El conjunto edilicio está decorado con bellas esculturas, y tanto los templos como las estelas se suponen erigidos en conmemoración a los dioses.

El hechizo que ejerce este lugar se apoderó del investigador John Owens, director de la segunda expedición del Museo Peabody, quien murió en Copán, en 1893 y fue sepultado en la gran plaza central, frente al altar de la Estela D, en homenaje a las Estelas descubiertas en dicha expedición.

Para los mayas, las estelas esculpidas tenían un significado místico y para nosotros son testimonio de la grandeza de esta civilización.

José, de la Asociación de Guías, me comenta que el Museo alberga mas de 35 000 piezas. “Este lugar en lengua indígena se llamaba Kaluga-Ma-Soch, que quería decir ciudad de pájaros o murciélagos”.

Me consta que existen. En los túneles, que se pueden recorrer, aún viven algunos murciélagos, que inspiraron leyendas populares.

El empresario Ing Roger Arita me confiesa: “Vinimos a Copán y nos enamoramos, compramos un terreno en el pueblo y construímos un hotel boutique “Luna Jaguar”. Promovimos a los artesanos para que lo decoraran. Encontramos aguas termales a 20 km del hotel y decidimos abrir un Spa, aprovechando las piscinas termales”. Sin más, disfruté de un baño caliente rodeada de naturaleza tropical.

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Adriana Bianco:. Macaw Mountain Bird Park &Nature Reserve

Otro enamorado de Copán es el biólogo Lloyd Davidson quien en el 2003 compró tierras en la Quebrada Sesemil y fundó “Macaw Mountain Bird Park &Nature Reserve”, con una colección de 155 aves centroamericanas, algunas en extension, y creó un centro de rehabilitación y protección de especies. Honduras prohibe el tráfico de aves exóticas y penaliza su cautiverio con fines comerciales, el espíritu maya de veneración a la naturaleza continua en estas tierras hondureñas.

Son muchas las haciendas que hay en el valle de Copán, pero la Hacienda San Lucas nace de una historia de amor, Flavia Cueva, su dueña, me cuenta: “Me fui a Estados Unidos, pero un día, sentí la necesidad de volver a Honduras, rescatar la tierra de mis antepasados y crear una hacienda agro-ecológica, que fuera mi paraíso.”

Sin duda, lo es. Además, Flavia rescató la comida de orígen maya, con ingredientes naturales. Hoy es uno de los mejores hospedajes.

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Adriana Bianco: Nelson Villa, maestro de La Pintada
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Adriana Bianco: Paula en su telar

El amor a la tierra se siente en los habitantes de Copán, Luis Moreno organiza cabalgatas y confiesa: “Yo ando con mis caballos y amo este paisaje.”  En sus andanzas lleva gente hasta la comunidad indígena “La Pintada”, formada por 45 familias que mantienen al grupo con artesanías y labores rurales. El gobierno de Japón colaboró en la electrificación de la zona y España donó la escuela. El maestro Nelson Villa me explica: “Se llama “La Pintada”, porque en 1950 se encontró una estela maya totalmente pintada. Los habitantes son de orígen maya-chortí, otros provienen de etnias mezcladas, por eso tratamos de recuperar las tradiciones, la lengua y las costumbres.”

Las mujeres trabajan en sus telares, como Paula: “Yo voy a buscar los hilos a Zihuastepeque y luego tejo la pieza” Otras mujeres hacen muñecas de hojas de maíz (Chala o tusa) y luego las pintan.

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Adriana Bianco: finca cafetera Santa Isabel. Arriba, mercado de Copán

Visito la finca cafetalera Santa Isabel, donde se hace el tour del café. El matrimonio de Isabel y Don José, comenzaron en 1960, con la producción del grano, como una empresa familiar. Creyeron en la tierra y apostaron con su esfuerzo. Hoy, son precursores del café ecológico y del agro-turismo.

Aquellos mayas sabían de la riqueza de este valle, su espíritu vive en los hondureños de hoy y las ruinas arqueológicas de Copán mantienen su hechizo, su mágico anhelo de elevarse hasta el sol.

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