El Museo Nacional del Prado presenta “El Greco y la Pintura Moderna”, la primera exposición que con motivo del cuarto centenario de la muerte del Greco, aborda de modo integral la influencia del maestro cretense en todas las vanguardias de la pintura moderna, desde el impresionismo del siglo XIX, a los movimientos más innovadores del XX.
Veinticuatro cuadros y dos esculturas del Greco, proponen el punto de partida de toda una sucesión de representantes de vanguardias que fueron inspirados por el Greco. Ningún pintor antiguo ha tenido tanta influencia en el arte moderno, quizá por su propia modernidad incomprendida en su tiempo y hasta su redescubrimiento, que coincide con la primera gran ruptura con todo el arte anterior. En total 106 obras entre cuadros, dibujos y grabados a los que se añaden trece libros e impresos que ilustran sobre cómo la huella del Greco tuvo esa especial relevancia desde el último tercio del siglo XIX hasta bien avanzada la postguerra mundial en el XX. Todo ello representa setenta préstamos de museos y colecciones privadas, cuarenta ciudades y quince países. Siete de las obras del Greco expuestas ya estuvieron en la recientemente clausurada “El Griego de Toledo” en el Museo de Santa Cruz de esa ciudad. Otras se exponen por primera vez en España. Pero el Museo del Prado es el mayor poseedor mundial de obras del Greco, que junto a otras, inspiraron a futuros grandes artistas, desde Manet y Cézanne a Picasso, Fortuny, Zuloaga, Chagall, Modigliani, Kokoschka, Schiele, Beckmann, Macke, Pollock, Saura, los mejicanos Clemente Orozco y Diego Rivera, el chileno Matta…¡Si El Greco pudiera ver su resonancia mundial en este año 2014 dedicada a su mayor honor y gloria!
Entre las obras que evidencian la influencia determinante del Greco en el origen de la pintura moderna destacan La Visión de San Juan procedente del MOMA de Nueva York y el Laocoonte de la National Gallery of Art de Washington, que ocupan el centro de un gran espacio a base de grandes paneles creado para la exposición y a su alrededor otras obras tardías del Greco, todas del Prado como El Bautismo, La Resurección o Cristo abrazando a la Cruz, esta última inspiradora de dos artistas judíos Soutine y Chagall. A su alrededor todas las obras, copias o inspiraciones de las originales de diversos pintores y movimientos.
Picasso fue el más inspirado de todos, en sus diversas etapas, hasta el punto de que fue un cuadro del Greco el que le inspiró Las señoritas d’Avinyo, la pintura pionera del cubismo: La visión de San Juan. El cuadro ‘azul’, El entierro de Casagemas está directamente inspirado en El entierro del conde de Orgaz, con sus niveles terrenal y espiritual, en este último el artista muerto se despide de su amante; colorido y estructura cien por cien grequianos. Hay más de diez obras de Picasso, azules, cubistas, surrealistas entre pinturas y dibujos, hasta su última época , en la que hay dos cuadros de su serie dedicada a los mosqueteros, inspirados en uno de los cuadro del Greco que más admiraba Picasso: El caballero de la mano en el pecho, que inspiró no solo a Picasso; entre otros a Ramón Pichot en su Retrato de Roussignol y a Amedeo Modigliani en su Paul Alexandre ante una vidriera.
La exposición está organizada en ocho ámbitos: De Manet a Cézanne refleja la fascinación que ejercieron obras del Greco como La Trinidad, -pintada originalmente para el retablo mayor de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, comprada en 1832 por Fernando VII y primera obra del Greco en el Prado- en Mariano Fortuny que hace una copia en acuarela; en Ricardo Madrazo que copia el Caballero anciano. Fascinación que alcanza al norteamericano William Chase y al francés Manet quien seguramente pudo ver La Anunciaciónexpuesta en esta sección, una maravilla de colorido y luminosidad que se reflejan en su Cristo muerto con ángeles. La obra polémica, La dama del armiño, hasta hace poco atribuida al Greco y ahora no sé sabe a quién, versionada por Cézanne.
Picasso y el cubismo muestran el papel preeminente que tuvo el Greco en el origen del primer movimiento absolutamente rompedor del siglo XX; la sección analiza la influencia en Dérain, Modigliani y los cubistas checos Filla y Procházka.
En el ámbito dedicado a Zuloaga y Sorolla , sobre todo al primero, La visión de San Juan que formó parte de su colección particular, hoy en día en el MOMA, le inspiró de tal manera que la representó en el cuadro sin terminar Mis amigos, que recuerda en cierto modo a la Tertulia del Café Pombo del Reina Sofía. Aquí están él, Belmonte, el Duque de Alba, Unamuno, Baroja, Blasco Ibáñez, Azorín, Gregorio Marañón, Valle Inclán, Ramiro de Maeztu, Ortega y Gasset, etc. Y al fondo de la reunión de amigos, la visión de las almas vistas por San Juan, con sus cuerpos desnudos ondulantes… ¡Divertidísimo!
También está presente el orfismo, el movimiento más vinculado a la obra del Greco. Aquí Robert Delaunay se inspiró en el San Sebastián para su Gitano. Y el mexicano Diego Rivera funde el legado del cretense con el cubismo en su monumental Adoración de la Virgen y el Niño.
Siguen el expresionismo alemán influido por una versión del Expolio de la Alte Pinakothek de Munich. Macke, Beckmann, Hofer y Steinhardt, los austríacos Schiele y Kokoschka y el holandés Korteweg redescubren al Greco mediante este cuadro que está en la exposición.
Siguen las vistas de Toledo versionadas por otros expresionismos –el Greco fue el primer expresionista de la historia del arte- los de Rivera, Zuloaga, Bomberg y los surrealistas Masson y Óscar Domínguez.
Termina esta magna exposición que sin duda pasará a la historia de las exposiciones, gracias a la generosa contribución de tantas personas, museos y coleccionistas particulares y a la magnífica labor como comisario de Javier Barón, reciente Jefe del Área de Conservación de Pintura del siglo XIX, con los ámbitos América y Figuraciones posteriores a la II Guerra Mundial: Rivera, Orozco, Benton, Jackson Pollock en el primero y la angustia vital reflejada en Escucha oh Israel de Bomberg, de la mano del Cristo abrazado a la Cruz del Greco en interesante paradoja; la Mujer tumbada de Bacon vinculada al soldado en primer plano de la Resurrección.Giacometti y Antonio Saura irradian la energía de El Greco.
Esta es la exposición basada en un artista al principio casi desconocido que desplazó nada menos que a Velázquez de las influencias posteriores. Y es que el Greco fue sin duda un adelantado a su tiempo.
Ficha de la Exposición:
- Título de la Exposición: El Greco y la Pintura Moderna
- Lugar: Museo del Prado, Edificio Jerónimos Salas A y B
- Fechas: 24 de junio a 5 de octubre 2014 .
- Comisario: Javier Barón, Jefe del Área de Conservación de Pintura del siglo XIX.
- Organizan: Museo Nacional del Prado y Acción Cultural Española.
- Patrocina: Fundación BBVA
- Actividades relacionadas:
- Conferencias, claves para ver la exposición, ciclo de cine, curso monográfico y visitas para jóvenes, ver www.museodelprado.es
Muy interesante exposición. Felicito a quienes han colaborado en ella. Y la crónica con su complemento de imágenes es muy ilustrativa. Sobre el Greco siempre hay algo que decir y todo es discutible.
Quisiera estar allí, pero no puedo $$$, así que agradezco el artículo y especialmente las imágenes. Cuando me entero de estas cosas, me dan ganas de vivir en Europa y en la ciudad respectiva de la muestra.