Festival de cine de Miami 2018: gran presencia latinoamericana

Tully, noche de estreno

El Festival de Cine de Miami (MFF-Miami Film Festival) ha girado hacia una promoción más intensiva del cine latinoamericano, local y alternativo, difundiendo talentos emergentes, consolidando su tendencia cultural, de temática humanística y de vanguardia.

Miami-Film-Festival-2018 Festival de cine de Miami 2018: gran presencia latinoamericanaLa programación de este año 2018, en la  35ª edición, incluye 145 películas de 50 países, un merecido tributo a la figura del gran cineasta español Carlos Saura, la presencia de la actriz francesa Isabelle Huppert, y una nutrida selección de filmes españoles e hispanoamericanos de relevancia.

El cine español, como bien lo expresara el cónsul de España, Cándido Creis, ha estado siempre presente en el MFF y ya se han creado puentes comunicativos entre Miami y España, incentivados por la fuerte población hispana cuya lengua nos une, como nos une el compartir la cultura e hispanidad.

Entre los filmes presentados y por presentar se encuentra el documental Sauras de Félix Viscarett. Cabe destacar que  España participa con diez películas entre ellas: Que baje Dios y lo vea, del director Curro Velázquez; Las leyes de la Termodinámica, de Mateo Gil; Indestructible el alma de la salsa dirigida por David Pareja; Muchos hijos, un mono y un castillo, del director Gustavo Salmerón; Bajo la piel del lobo, de Samu Fuentes; El Aviso, de Daniel Calparsoro, ademas de varias coproducciones, entre ellas Sergio &Sergei con Cuba y La Cordillera con Argentina.

La presencia de México y Argentina es notoria. Argentina participa con catorce películas, entre ellas: Los que aman odian, La cordillera, Una especie de familia, Tigre, El futuro que viene, Temporada de caza, Yo soy así y El último traje, con la participación del actor Miguel Angel Solá, quien vive actualmente en España.

México, por su parte, nos presenta Las hijas de abril, del director Michel FrancoTiempo Compartido, de Sebastian Hofmann; Resto de Viento, de Jimena Montemayor Loyo y Los Adioses de Natalia Berenstaen. Cabe destacar la importante presencia de mujeres cineastas que ya engrosan las listas de directores sobresalientes y que se destacan en este festival.

Colombia presenta Matar a Jesús, Candelaria y el libro de Lola (animación), Venezuela: Guaco, La familia y Los viejos. Entre las industrias de cine emergentes hay producciones de Ecuador: Cenizas dirigida por Juan Sebastián Jácome y de Bolivia: El río, del director Juan Pablo Richter.

Puerto Rico, El Salvador, Costa Rica y República Dominicana también están presentes. Se destacan, a su vez, producciones del Uruguay, Panama y Brasil y varias coproducciones entre países latinoamericanos y Europa. Cabe destacar que las coproducciones permiten el financiamiento de los proyectos  y colaboran a la apertura de mercados, siendo un gran incentivo para el cine latinoamericano, tan necesitado de apoyo para sustentar su industria cinematográfica.

La mayoría de estos filmes participan en  las ternas de competiciones para los Premios, algunos premios de 40 000, otros 10 000 dólares. Las competiciones son las siguientes: Knight Competition, Knigth Documentary Achievement Award- IMDbPro Short Competition y Knigth Made in Miami Competition, HBO Ibero-American Competition, Jordan Ressler Screenwriting AwardZeno Mountain Award.

El festival se lleva a cabo en diversos cines de Miami y abarca un radio de exhibiciones amplio motivando al público de diversos sectores y lugares. Las funciones de apertura y cierre se celebran en el legendario teatro Olympia, entre el 9 al 18 de marzo. El festival, por lo tanto, esta en rodaje: Luz, cámara, acción.

Tully, noche de estreno

Tully-cartel Festival de cine de Miami 2018: gran presencia latinoamericanaEn el marco del bello teatro Olympia se presentó en la noche inaugural Tully (2018), reciente producción americana del director Jason Reitmam, interpretada por la reconocida actriz Charlize Theron, con guión del director Reitmann y del famoso Diablo Cody. Acompañando a Theron, en coactuación, Mackenzi Davis en el rol de Tully y Ron Livingston en el papel de marido. Se hicieron presentes en el escenario el director Reitman y el actor Livingston, comentaron aspectos del film y de su concepción que, aunque realista, no carece de una atmósfera con cierta ternura y donde se afirman los valores de la familia, pero también los problemas de la sociedad americana donde  la incomunicación puede convertirse en un dañina enfermedad entre los integrantes. Frente a un hecho de tinte trágico, se nos manifiesta el valor de las personas, a quien no apreciamos cuando están.

Jason Reitman, de origen canadiense, creció en Los Ángeles y fue niño actor en algunos filmes de su padre. Estudio en la Universidade California escritura creativa y se lanzó como director con Thanks You for Smoking (2005). Sus filmes Juno (2007) y Up in the air (2009) le valieron varias nominaciones al Oscar. Su carrera ha continuado con diversas películas, incluso sirviendo como productor en varios filmes.

Con Tully explora un tema poco común, la madre embarazada de un tercer niño, que cuida de sus otros dos hijos, ante la indiferencia de su marido, en un típico hogar americano donde la incomunicación suele instalarse en el nucleo familiar.

El film muestra la rutina y el exceso de trabajo de esta madre, interpretada por Charlize Theron con veracidad y ternura, hasta la llegada de una niñera, liberal y joven, que introduce en la vida de la protagonista la alegria de vivir y una cierta liberación. Se entabla una extraña complicidad entre las dos mujeres que el director maneja con colores sepias en ambientes de intimidad y encuentro. Otro acierto es la banda sonora que estalla en música para pasar a silencios marcados, acompañando las emociones de esta madre agotada y no reconocida.

La película mantiene una línea narrativa interesante pero se afloja hacia el final, un tanto exagerado y poco creíble. Hubiéramos deseado un desenlace más sutil, más elaborado, que diera más verosimilitud y fuerza al cierre de la historia. El mensaje se afirma de una manera contundente: madre hay una sola, y solo nos damos cuenta de lo que ella vale cuando podemos perderla. Finalmente, el amor y la comunicación pueden salvar a la familia de la rutina.

Tully es una comedia con tintes melodramáticos, para lucimiento del protagónico femenino que escapa de ciertos estereotipos aunque no llega a profundizar en esa extraña enfermedad que separa a los seres en la familia y en la sociedad: la incomunicación y la indiferencia.

El amor maternal no es un tema fácil de filmar, este ha sido un intento fílmico que podía haber calado más hondo, pero que celebramos se haya abordado y filmado, con una actriz de excelente nivel.

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