Frans Gunnar Bengtsson, el ajedrecista sueco que se convirtió en escritor

Frans Gunnar Bengtsson (1894-1954) fue un escritor, poeta y ensayista sueco que antes ejerció como ajedrecista. Estudió en la Universidad de Lund y ya entonces fue cuando jugaba de forma continua al ajedrez en vez de dedicarse a los estudios.

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Fue un jugador de buen nivel durante la etapa de la Primera Guerra Mundial, llegando a representar a Suecia, con veintidós años, en el Campeonato Nórdico de Ajedrez de 1916 celebrado en Copenhague.

Se conservan un total de catorce partidas que disputó (seis victorias, cuatro tablas y cuatro derrotas) en el citado torneo nórdico en que acabó sexto. Hizo tablas con el que fuera campeón danés en 1917 y 1922, Egil Jacobsen (1897-1923). Este jugador murió con tan solo veintiséis años cuando estaba participando en el campeonato de Copenhague por una intoxicación sanguínea provocada por un abceso en la garganta.

El escritor, conocido como Frans G, fue un año después del citado torneo, en 1917, cuando decidió dejar el ajedrez por la escritura y se licencia en Filosofía en 1920. Pero los 64 escaques lo acompañaron toda su vida.

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El ajedrecista sueco Gideon Stahlberg disputa unas simultáneas, enfrente, en el centro, el escritor. Aunque no se conoce la fecha concreta, fue entre 1948 y 1954

En 1937 durante las Olimpiadas de Ajedrez de Estocolmo conoció al ajedrecista sueco Gideon Stahlberg (1908-1967) con el que mantuvo relación de amistad durante años e incluso disputaron varias partidas, una de ellas en una simultáneas con el campeón sueco tras regresar de Argentina a su país en 1948.

En 1939 escribió «Compañía para un ermitaño» (Sällskap för en eremit, en su original sueco), un ensayo sobre ajedrez de unas 112 páginas, en las que expresa su amor por el noble juego al que definió como «el ingrediente estimulante de la locura latente». Entre otras cosas escribía:

«Durante años me dediqué exclusivamente al ajedrez (aunque se decía que estaba estudiando en la Universidad): jugaba ajedrez, leía ajedrez, soñaba con el ajedrez, tenía la cabeza llena de aperturas, variaciones y partidas maestras, había memorizado a todos los ganadores de premios en todos los torneos internacionales desde 1851 en adelante, y veía a Emanuel Lasker como la flor más noble de la cultura alemana, después de Schopenhauer».

También escribió que el tablero con las 32 piezas es «un reino de belleza inagotable (…) la demostración de la fuerza, el sueño de la victoria, el glorioso triunfo y la debacle de la noche negra».

«Es concebible que jugar al ajedrez pueda, después de todo, ser de alguna utilidad, debido a un par de lecciones que imparte ese juego. No se puede hacer trampas para obtener resultados en el ajedrez: las trampas en el tablero rara vez tienen éxito, y no se puede ganar ni una sola partida corriendo por los pasillos y manteniéndose al día con personas influyentes: tienes que jugar mejor que tu oponente, eso es todo. (…) Puede ser importante adquirir algo de esa actitud también hacia cosas que no tienen nada que ver con el ajedrez».

«Porque entre todas las diversiones seriamente cultivadas que el hombre de cultura ha inventado a lo largo del tiempo para impartir contenido al vacío fundamental de su existencia, debería haber muy pocas, quizás ninguna, con una atracción tan absorbente como el juego de ajedrez», añadiendo poco después: «el juego de ajedrez no es un pasatiempo o un interés ordinario, sino una obsesión», concluyendo que nadie «puede desligarse por completo del interés por el ajedrez, y no existe una cura científica disponible en ese caso».

Hay un torneo de ajedrez que se organiza en Lund cada año desde 1967 y que lleva el nombre del escritor, ‘Frans G Bengtsson Minnesturnering’. El último fue ganado por el ajedrecista sueco Tomas Rosell, de cuarenta años, quien ya lo había obtenido en otras tres ocasiones precedentes (2015, 2016 y 2018).

El gran maestro sueco Harry Schüssler, de 64 años, dos veces campeón nacional (1976 y 1978) y medalla de plata de la Olimpiada de Ajedrez (1980, La Valeta) es el que ostenta el récord como ganador de este torneo que recuerda al escritor, ya que lo consiguió en seis ediciones (1973, cuando tenía solo dieciséis años, 1980, 1983 y tres veces consecutivas, 1986 a 1988).

Obra literaria

Frans Gunnar Bengtsson publicó su primera obra, una colección de poesía «Tärningkast» (Tirar los dados) en 1923 a la que siguió en 1925 otra obra poética, «Legenden om Babel» (La leyenda de Babel). En 1950 reúne toda su obra poética en una antología.

Hacía muchas traducciones para ganarse la vida (una de ellas, el poema ‘El paraíso perdido’ de John Milton (1608-1674) obtuvo el premio a la mejor traducción en 1928) escribiendo también textos para periódicos.

Entre sus ensayos, que fueron tanto literarios como históricos, destaca su biografía sobre el rey sueco Carlos XII (1682-1718) en 1932, su obra más destacada. Precisamente dicho monarca está muy vinculado al ajedrez.

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Portada del libro en español ‘Orm el Rojo’

Pero se hizo ampliamente conocido por su novela de la saga vikinga «Orm Serpiente Roja» (Röde Orm), publicada en dos partes, en 1941 y 1945. La de 1941 bajo el título ‘Serpiente Roja: gente de mar en el oeste’ y la segunda, ‘Serpiente Roja: en casa y al este’.

Durante esa época en la Noruega ocupada por los nazis, en noviembre de 1942, quiso publicarse, cambiando y mutilando parte del texto debido a la figura de un judío comprensivo, Salaman, pero se negó en redondo: «me niego a que se me traduzca al noruego mientras ciertos cretinos y mentecatos criminales no abandonen la actividad editorial en ese país, y preferiblemente cualquier otra actividad».

Del mismo modo, se opuso a que fuera editado en la Praga ocupada por los nazis. De hecho, fue definido como «uno de los antinazis suecos más consecuentes y ardientes».

En Suecia consideran Röde Orm como uno de los mejores libros suecos del siglo veinte, de hecho, fue votado como el tercero en importancia en un conocido programa de televisión en 1998 y el séptimo según una encuesta popular.

El personaje principal, Orm Tostesson, más tarde llamado Röde Orm (Serpiente roja) debido a su barba roja, es secuestrado cuando era un niño en un barco y lleva una vida apasionante, ubicado entre los años 980-1010, en el área del Mediterráneo por España (en concreto en Galicia y luego Al Andalus), Irlanda, Inglaterra. Más tarde, hace una expedición hacia el este en el Imperio Bizantino y la actual Rusia y Ucrania, apareciendo también los vikingos varegos y el pueblo seminómada de los pechenegos.

Bengtsson destacó dos personajes históricos de su saga novelística, por un lado Almanzor (938-1002), del que citó el «refinamiento cultural» de los musulmanes de esa época de Al Andalus y además que, sin esta figura histórica, «la novela no habría existido».

Por otro, aparece el rey danés Harald Gormsson (911-986), quien fue la inspiración para el inicio de su saga vikinga. Precisamente, el sobrenombre del rey danés era Blåtand (Diente Azul) lo que llevó, en 1997, a la tecnología inalámbrica a crear el nombre de Bluetooth, haciendo una similitud entre la unión de las tribus o runas danesas en un solo reino con la unión de la tecnología.

Se da la circunstancia que el libro, cuyo título en español es ‘Orm el Rojo’, no fue trasladado a lengua española hasta 2010 (Editora y Distribuidora HispanoAmericana, Edhasa) cuando antes ya se había traducido a veinticuatro idiomas.

«The Long Ships» como fue conocida la saga vikinga en inglés, se adaptó en una película angloyugoslava, en 1963, traducido en España como ‘Los invasores’, teniendo como actores protagonistas a Richard Widmark (1914-2008), Sidney Poitier, Russ Tamblyn y Rossanna Schiaffino (1939-2009).

No obstante, la versión cinematográfica es bastante libre respecto al texto literario, ya que está basado, remotamente, en un episodio sucedido en Galicia cuando Almanzor saqueó Santiago de Compostela y se llevó las campanas a Córdoba.

Por cierto, la actriz italiana también fue protagonista posteriormente en un filme con título ajedrecístico aunque no tiene nada que ver con el juego, ‘Scacco alla regina’ (Check to the Queen, en inglés) en 1969.

Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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