La «Pasión del Prado», un documental de RTVE

De forma continuada durante el horario del museo, alternándose en español e inglés, el documental La Pasión del Prado, de 90 minutos de duración, se proyecta en el auditorio de la planta baja, edificio Jerónimos, de momento sin fecha límite.

Prado-meninas-visitantes La "Pasión del Prado", un documental de RTVE

Todos los visitantes del Prado podrán completar de forma extraordinaria los contenidos, vistos o no anteriormente. Si le ven antes, será una estupenda preparación a cualquier visita, si después, un complemento fundamental, sobre todo en la apreciación de detalles de numerosas obras. La percepción de las numerosísimas obras maestras filmadas y sus detalles, se perfecciona hasta extremos increíbles. Me atrevo a decir que la percepción de los cuadros y partes de ellos ofrecida en el documental, mejora sensiblemente a la que puede apreciarse a ojo desnudo. Estamos ante una muestra de la tecnología como arte.

El recorrido del documental es heterogéneo, no hace un seguimiento de sala a sala o de estilo a estilo. A veces nos muestra salas vacías de público, otras se para en las expresiones y movimientos de visitantes de diversas nacionalidades. Esto es un atractivo añadido, incita a ver obras que no se hayan visitado aún, como por ejemplo la zona dedicada a pintura española del siglo XIX, desde la pintura histórica de los Rosales, Esquivel, Madrazo, Pradilla y compañía hasta las vanguardistas de Fortuny y Sorolla. Desde El testamento de Isabel la Católica, o La victoria de Bailén, (Castaños, Dupont)  hasta El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en una playa de Málaga, víctimas del absolutismo de Fernando VII. Los maravillosos paisajes de Carlos de Haes, -uno de los primeros representantes de la “Pintura al aire libre”.

Mantiene la atención en todo momento gracias a un montaje impredecible. De pronto, desde el siglo XVII puede pasar a las salas de frescos prerrománicos y de ahí al Bosco y su simbolismo, al exterior del museo, a la gran galería, Rubens, Murillo, Zurbarán, Rembrandt, Tintoretto, Greco, Goya, las pinturas negras, Velázquez, Rafael y de ahí retroceder a Brueghel, Patinir, Durero, Berruguete, Juan de Juanes, Juan de Flandes, Fra Angelico y su obra maestra absoluta La Anunciación, la Dormición de la Virgen de Andrea Mantegna, el Nacimiento de Venus de Botticelli, la Mona Lisa del Prado, la escuela flamenca con énfasis en Van der Weyden  y su  Descendimiento, una obra maestra de composición. El énfasis está puesto en todo momento en las grandes obras maestras absolutas que contiene el Prado.

Los cuarenta años de mecenazgo de Tiziano por Carlos V y Felipe II, que van mostrando la transformación de la pintura a lo largo del siglo XVI, a los últimos del Renacimiento italiano, Tintoretto y Veronese. De Tiziano pasan sus grandes obras maestras, Venus y Adonis, Dánae y la lluvia de oro, La Gloria, Carlos V en la Batalla de Mühlberg y el extraordinario retrato de la Emperatriz Isabel, pintado después de su muerte por encargo de Carlos V, mostrando en toda su serena belleza a la mujer que gobernó en España y Portugal durante las prolongadas ausencias de su marido. Lástima que muriera tan joven, dejando huérfano a Felipe a la edad de diez años. Los detalles de la mirada, de los bordados en pedrería del traje, como nunca vistos antes. Después, una vez más, nos asombra el Lavatorio del Tintoretto.

A continuación pasan los retratos de Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II y de sus hijas Catalina Micaela e Isabel Clara Eugenia, de María Tudor  -segunda esposa- por Antonio Moro. De un gran salto pasamos a algunas obras de Velázquez y Goya, Los borrachos, La marquesa de Santa Cruz, algunos cartones para tapices, entre otros La riña a la puerta de la venta El Gallo.

Los colores inimitables de El Greco, el gran maestro de finales del XVI y albores del XVII, la Anunciación, la Resurrección, Pentecostés y SanAndrés y San Francisco, -notable por la modernidad de sus simbolismos, El caballero de la mano en el pecho que muestra un Greco excelente retratista.

El documental nos introduce al tenebrismo de Ribera y muestra sus grandes obras como anatomista, Martirio de San Bartolomé, San Pedro, San Jerónimo. De pronto irrumpe la luminosidad y sensualidad del gran barroco, Rubens, con Las Tres Gracias, El juicio de Paris, Vulcano, El rapto de Ganímedes. De ahí a Sevilla, epicentro de la actividad naval hacia América, la ciudad más rica de Europa en el siglo XVII y…Murillo. Tan contemporáneo y distinto del otro gran sevillano, Velázquez. Murillo es el representante por antonomasia del alma andaluza en sus Inmaculadas, inmersas en la luz del barroco,las del Prado son las mejores- sus personajes soñadores de milagros, los niños más reales y tiernos de la historia de la pintura… Y Zurbarán, Velázquez y Felipe IV. Felipe IV tiene un lugar propio en la historia del Museo del Prado. Los retratos de familia, Isabel de Borbón, Mariana de Austria, Baltasar Carlos, Conde Duque de Olivares, María Teresa, Margarita y el retrato de retratos Las Meninas, donde el espectador forma parte de los personajes retratados, junto a Felipe IV y MarianaDe La fragua de Vulcano comenta el documental: “Fue a Italia como buen pintor y volvió como artista completo”. El Cristo…El mejor crucificado jamás pintado, nos muestra detalles hasta lo inverosímil, e igualmente con Las hilanderas, prácticamente nos hace interactuar caminando hasta el fondo, hasta el tapiz de Aracné. En La rendición de Breda o Las Lanzas, nos hace percibir el detalle de las miradas de algunos personajes dirigidas al exterior del cuadro, hacia el espectador. “Las Lanzas no representa la humillación del adversario sino el respeto por los vencidos”. Eso está maravillosamente expresado en las miradas y gestos de Ambrosio de Spínola y Justino de Nassau. Y los retratos de bufones, incluyendo Pablo de Valladolid, ese trabajo experimental sobre un espacio irreal, sin límites, cuyo único contacto con la realidad es la sombra de Don Pablo. Velázquez paulatinamente ha ido alejándose del dibujo, se ha ido especializando en captar el instante, el aquí y el ahora.

Desde ahí, el documental continúa su ruta por los bodegones holandeses y españoles del siglo XVII, los paisajes con figuras y las escenas cotidianas. Rico en estas obras es el Prado, gracias al mercado de arte creado en Holanda para abastecer a toda Europa. Los Austrias fueron buenos clientes.

Todo cambia con Felipe V y la internacional guerra de sucesión, que supone la pérdida de la influencia de España en Europa y la hegemonía del imperio inglés. Los Borbones introducen el rococó, la pintura francesa. Buena introducción es el retrato de protocolo La familia de Felipe V de Van Loo, que a finales de siglo va a contrastar brutalmente con el estudio psicológico y crítico La familia de Carlos IV del gran Goya. Goya no fue nada amable con esta gran familia. Y es que soplaban vientos de grandes cambios tras la revolución francesa. Si las monarquías querían permanecer en Europa tenían que transformarse de absolutas en parlamentarias. Mucho de eso está presente en La familia…de Goya. Van pasando majas, generales, ministros, cartones para tapices, la huida del rococó y del neoclasicismo, el estilo propio del genio, que alcanza su culmen en La carga de los mamelucos o Dos de mayo y en Los fusilamientos o tres de mayo, que marcan el comienzo de la pintura moderna. Goya es el cronista de su tiempo con mensaje universal.

En las negras, aparece el lenguaje subconsciente y la incertidumbre en una sociedad que se ahoga y lucha por la supervivencia. Ese Regreso de la romería de San Isidro, –¡qué brutal contraste con la luminosa romería de los cartones para tapices!- Y el Saturno o una sociedad que vive el sueño de la razón que crea monstruos. Los contrabandistas, pintura social en esa contemporaneidad. Y como contrapunto La lechera de Burdeos, de 1828, muy cerca ya del impresionismo de finales del XIX.

Por todos esos caminos discurre un documental que puede marcar época. El Prado visto de nuevo a la luz de la tecnología del siglo XXI.

Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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