“El hombre debe soñar siempre por encima de sus capacidades”
(de la página oficial de Milos Forman)
Milos Forman, el realizador estadounidense de origen checo autor de películas emblemáticas como “Amadeus” (1985) o “Volando sobre el nido del cuco” (1976), ambas ganadoras de un Oscar al mejor realizador, ha muerto este 14 de abril de 2018, a los 86 años.
Nacido en 1932 en la ciudad de Caslav, al este de Praga, perdió a sus padres, profesores, en los campos de concentración nazis. Cuando tenía ocho años, durante la ocupación alemana, su padre, miembro de la Resistencia, fue detenido por la Gestapo. Poco después detenían también a su madre, denunciada por el tendero local Havranek quien a su vez fue detenido poco antes cuando en su negocio aparecieron panfletos anti-Reich. Durante el interrogatorio denunció a doce mujeres del barrio, entre ellas la madre de Milos.
En la década de 1960 se unió a la nouvelle vague francesa en su protesta contra el régimen comunista de Checoeslovaquia, donde todavía vivía, y se dio a conocer con las películas “El As de pic” y “Los amores de una rubia”
Poco antes de que los tanques del Pacto de Varsovia arrasaran, en 1968, la conocida como «Primavera de Praga», una especie de período liberal, Forman huyó a Francia y desde allí se trasladó a Estados Unidos, donde inició una nueva carrera con “Taking Off”, en 1971, y cuatro años más tarde “Volando sobre el nido del cuco”. En 1983 regresó a Praga, todavía en una Checoeslovaquia comunista, para rodar «Amadeus». En su extensa filmografía destacan otros título como «Hair» (1979), «Larry Flint» (1996), «El hombre sobre la luna» (1999) y «Los fantasmas de Goya» (2006).
«En mi vida hice todo para ganar. La voluntad de llegar a la victoria forma parte de mis principales fuerzas motrices”.
El huérfano Milos Forman vivió un parte de la guerra en casa de los hermanos de su padre. Más tarde, fue acogido por una familia acomodada, la del director de la fábrica de gas de Caslav, el señor Hluchy.
Acabado el conflicto, ingresó en un internado para huérfanos de guerra, en Podebrady: “Me sorprendió ver cuántos de aquellos alumnos tenían un padre y una madre. También había algunos que, como yo, habían perdido a sus padres en la guerra, pero la mayoría tenían un padre ministro, diplomático, perteneciente a la vieja burguesía de Praga o alto funcionario comunista”.
La explicación era muy simple: los partidos políticos rivalizaban entre ellos para hacer donaciones a una escuela de niños víctimas de la guerra, lo que permitía disponer de los mejores pedagogos y crear un centro de excelencia al que, mezclados con los huérfanos, acudían los hijos de la vieja élite capitalista y la nueva élite comunista. Allí, Milos no solo recibió una educación privilegiada sino que además hizo algunos amigos para toda la vida, como el cineasta Ivan Passer y el dramaturgo y después presidente de la República Checa, Vaclav Havel.
Milos Forman fue un apasionado del teatro desde la infancia, influido por su hermano Pavel quien durante la guerra trabajó como pintor y decorador con un grupo de teatro itinerante llamado Vychodoceska opereta (Opereta de Bohemia del Este): «Entre bastidores de la Opereta se sentía una maravillosa mezcla de olores de sensualidad femenina, flores y perfumes baratos, violetas y sudor, maquillaje y encajes almidonados que crujían bajo la plancha ardiente, alcohol y pastel de cerezas, bizcochos y camisetas empapadas de sudor, faldas que olían ligeramente a orina…fue allí donde decidí que formaría parte de ese mundo, y de ningún otro”.
A comienzos de los años 1960, Milos Forman se compra una cámara alemana (del este) con la que empieza a rodar, junto con Ivan Passer y Miroslav Ondricek, un documental sobre el popular teatro Semafor de Praga ; de esta experiencia nació el argumento de su película “La audiencia” (1963). Con la dirección artística del teatro, organiza un casting ficticio al que acuden muchas jóvenes que quieren ser cantantes. Forman dio el papel de la protagonista a Vera Kresadlova, a la que conoció en un concierto de rock’n’roll en Praga, que se convertiría en su segunda mujer en 1964.
En 1967 consigue autorización para viajar a Estados Unidos donde iba a rodar su primera película americana para la Paramount. Entre las ideas que llevaba estaba una adaptación de «America», la novela de Kafka, que ya había comenzado a escribir con Vaclav Havel, pero que las autoridades comunistas censuraron.
Con Ivan Passer, quien también emigró, alquilaron una casita en Greenwich Village, en Nueva York: «Nunca negamos la entrada a nadie, así que por nuestra casa pasó una multitud de personas. Algunos se quedaban un tiempo, otros se iban, y algunos marchaban para volver. El dramaturgo John Guare, autor de ‘La casa de las hojas azules’, aseguraba que cada vez que venía a nuestra casa tenía la impresión de abandonar Estados Unidos y estar en territorio de la Bohemia de vanguardia, o lo importante es lo que se lee y lo que se bebe ».
Tras el fracaso comercial de «Taking off», Forman recomenzó de cero, se mudó al celebérrimo Chelsea Hotel y hubo días que vivió con un dólar, una lata de chile con carne y una cerveza. No quería regresar a Checoeslovaquia pero sin contrato no podía permanecer en Estados Unidos, se convirtió en emigrante clandestino: «Esperaba siempre la propuesta que cambiaría mi vida y, mientras tanto, aceptaba cualquier trabajo con el que pudiera pagarme una comida”.
En 1974 llegó esa propuesta: el joven actor Michael Douglas y el productor independiente Saul Zaentz le ofrecieron rodar una adaptación de la novela de Ken Kesey “Volando por encima del nido del cuco”. Fue un éxito rotundo, que consiguió un Oscar en las principales categorías, y el inicio de una de las carreras más brillantes de Hollywood.
En 1980, el productor Dino de Laurentis llamó a Forman para la realización de «Ragtime». Al año siguiente dirigió «Amadeus», lo que le permitió pasar algunos meses en su país natal. A pesar de que ya era ciudadano estadounidense, las autoridades checoeslovacas seguían negándole un visado turístico; las manifestaciones de empresarios americanos, dispuestos a invertir en la industria del país, hicieron el milagro, si bien el rodaje estuvo permanentemente vigilado por la policía secreta. La película consiguió ocho premios óscar.
A finales de los años 1990, Milos Formn conoció a Martina, una estudiante de Praga muchos años menor que él, quien le escribió preguntando si podría ayudarle a hacer una tesis comparando el cine checo con el estadounidense, y que en 1998 se convertiría en su tercera mujer.
La siguiente película de Forman, «Larry Flynt (El pueblo contra Larry Flint)» (1996), fue un escándalo. A partir de la vida del pornógrafo Larry Flint, denunciado ante la justicia, construyó un alegato de la libertad de expresión. Las feministas estadounidenses se encargaron de que la película fracasara en taquilla. Después siguieron “El hombre en la luna” (1999), “Los fantasmas de Goya” (2006) y “Un paseo bien merecido” (2009).
Amante del ciclismo y fumador de puros, era padre de dos parejas de gemelos, nacidos de sus dos últimos matrimonios.