Este martes 16 de septiembre se celebra por vigésimo año consecutivo el Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono, y la consigna mundial de este año es “Protección de la capa de ozono: la misión sigue en pie”, informa Andes.
Hasta el presente el Protocolo de Montreal sobre las sustancias que afectan la capa de ozono ha logrado cumplir algunos de sus objetivos de eliminación de sustancias nocivas, indican estudios de la Organización de Naciones Unidas, ONU.
Debido a algunas actividades, está disminuyendo la abundancia de sustancias que agotan el ozono en la atmósfera y se prevé que la capa de ese gas se recupere hacia mediados de este siglo. Sin embargo, siguen existiendo retos para la eliminación de esas sustancias.
La eliminación de los usos controlados de sustancias que agotan el ozono y las reducciones conexas no solo han ayudado a proteger la capa de ozono para la generación actual y las venideras, sino que también han contribuido enormemente a las iniciativas mundiales dirigidas a hacer frente al cambio climático; asimismo, han protegido la salud humana y los ecosistemas reduciendo la radiación ultravioleta dañina que llega a la Tierra.
Según el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, “los resultados de estudios científicos recientes ponen de manifiesto la importancia del Protocolo de Montreal. Sin el Protocolo y los acuerdos conexos, los niveles atmosféricos de sustancias que agotan la capa de ozono podrían haber aumentado diez veces para 2050”.
En su mensaje con motivo de la celebración mundial de este martes 16, el alto funcionario explicó “la acción concertada ha evitado millones de casos de cáncer de la piel”.
Acerca el Protocolo de Montreal sobre las sustancias que reducen la capa de Ozono, la ONU aclara que “se reconoce generalmente como uno de los tratados ambientales de mayor éxito de la historia”. Establece controles jurídicamente vinculantes sobre la producción y el consumo nacionales de sustancias que agotan el ozono, y ha logrado la ratificación universal, con 197 partes.
En el ministerio de Medio Ambiente de Ecuador “no esta planificada actividad alguna para este día”, se dijo a Andes, enfatizando que “es un día para concientizarnos sobre la preservación de la capa de ozono”.
Ozono que estás en el cielo
La capa de ozono, que es una capa frágil de gas, protege a la Tierra de la parte nociva de los rayos solares, y por consiguiente, ayuda a preservar la vida en el planeta.
El ozono es una forma especial de oxígeno con la fórmula química O3. El oxígeno que respiramos y que es tan vital para la vida en la tierra es O2.
El ozono forma una parte muy pequeña de nuestra atmósfera, pero su presencia es vital para el bienestar humano. La mayoría del ozono reside en la zona superior de la atmósfera, entre 10 y 40 Km. sobre la superficie terrestre. Esta región se le llama estratosfera y contiene aproximadamente el 90% de todo el ozono en la atmósfera.
La capa de ozono es un cinturón de gas natural a entre 15 y 30 kilómetros sobre la Tierra como si fuera un escudo contra la dañina radiación ultravioleta B emitida por el sol.
El ozono es una molécula altamente reactiva que contiene tres átomos de oxígeno. Está constantemente en formación y se rompe en la atmósfera superior, a 10 – 50 kilómetros sobre la Tierra, en la zona llamada estratosfera.
En la actualidad, hay una preocupación extendida de que la capa de ozono se esté deteriorando debido a la liberación de la contaminación que contienen los productos químicos cloro y bromo. Dicho deterioro permite que grandes cantidades de rayos B ultravioleta alcancen la Tierra lo que puede provocar cáncer de piel y cataratas en humanos y dañar a los animales.
Un exceso de radiación B ultravioleta que llegue a la Tierra también inhibe el ciclo del fitoplancton, organismos unicelulares como las algas que componen el último eslabón de la cadena alimenticia. Los biólogos temen que estas reducciones del fitoplancton provoquen una menor población de otros animales. Los investigadores también han documentado cambios en las tasas reproductivas de peces jóvenes, gambas y cangrejos así como de ranas y salamandras que se exponen a un exceso de ultravioleta B.
Contra los aerosoles
Los clorofluorocarbonos (CFC), sustancias químicas que se encuentran principalmente en los aerosoles en spray muy utilizados por las naciones industrializadas durante la mayor parte de los últimos 50 años, son los principales culpables del deterioro de la capa de ozono. Cuando los CFC alcanzan la parte superior de la atmósfera, se exponen a los rayos ultravioleta lo que causa que se descompongan en sustancias que incluyen cloro. El cloro hace reacción con los átomos de oxígeno en el ozono y destroza la molécula de ozono.
Un átomo de cloro puede destruir más de cien mil moléculas de ozono según la Agencia para la Protección del Medio Ambiente de EEUU.
La capa de ozono sobre la Antártida ha sufrido un impacto considerable desde mediados de los años 80. Las bajas temperaturas de esta zona aceleran la conversión de los CFC en cloro. En la primavera y el verano del sur, cuando brilla el sol durante largos períodos del día, el cloro reacciona con los rayos ultravioleta destruyendo el ozono masivamente, hasta el 65%. Esto es lo que algunas personas denominan erróneamente “agujero de ozono”. En otras zonas, la capa de ozono se ha deteriorado un 20%.
Aproximadamente el 90 % de los CFC actualmente en la atmósfera fueron emitidos por países industrializados en el Hemisferio Norte incluyendo los Estados Unidos y Europa. Estos países prohibieron los CFC en 1996 y la cantidad de cloro en la atmósfera está decreciendo. No obstante, los científicos calculan que se tardarán otros 50 años en devolver los niveles de cloro a su cifra natural.