La parasitosis es una enfermedad infecciosa que padecen muchas personas, especialmente los niños, es universal, y aunque no lo creas, a pesar de mantener una higiene adecuada, alimentación saludable y no estar expuesto en zonas donde te puedas contagiar, no estás exento de contaminarte. Además, no es fácil detectarla.
Los parásitos que la causan son los protozoos, los vermes o artrópodos, los cuales son muy peligrosos y pueden ocasionar daños irreversibles en nuestro organismo, afectando principalmente el aparato digestivo y otros órganos como el hígado, pulmones y hasta el cerebro, causando desde dolencias leves hasta incluso la muerte.
Esta enfermedad se puede producir por diversos factores, como la migración, contaminación del suelo y del agua por eses, humedad, déficit de higiene, mala alimentación, por mencionar algunos
Son muchas las señales que pueden indicar una infección parasitaria y que generalmente se confunden con otra enfermedad, por lo que es aconsejable estar atentos y ante cualquier indicio, recurrir al médico para un diagnóstico de descarte. Algunos de estos síntomas son: fatiga crónica, palidez, tos, estreñimiento, alergias, dolores abdominales y musculares, anemia, pérdida de peso, picor en el ano, nariz y oídos, diarrea, entre otros.
Para prevenir su aparición, es importante seguir ciertas recomendaciones, como por ejemplo: lavarse bien las manos y las uñas después de ir al baño y antes de comer, saneamiento ambiental, lavar bien las frutas y verduras, consumir las carnes bien cocidas, beber agua hervida, embotellada o destilada, no estar descalzos, estar atentos con los niños para evitar que se lleven objetos contaminados a la boca y mantenerlos alejados de los animales, sobre todo que no sean lamidos por gatos, consumir una dieta balanceada para mantener el organismo bien dotado de defensas.
Debes tener en cuenta la importancia de mantener limpio el organismo y sobre todo el aparato digestivo, por lo que diariamente debes consumir alimentos como las frutas y verduras que te ayudan a desintoxicarte, y esporádicamente ingerir antiparasitarios naturales, los cuales no producen secuelas dañinas, al contrario, generan efectos benéficos para nuestro organismo, ayudándonos a liberarnos de los molestos parásitos a través de resultados laxantes leves que permiten expulsar todas las impurezas producidas por ellos. En conclusión, su acción es negativa para estos molestos microorganismos.
Cuando las afecciones producidas por los parásitos son muy severas, es necesario controlarlas con tratamientos indicados por un médico especialista, y en algunos casos es necesaria hasta la cirugía para retirar abscesos con riesgo de rotura, pues se trata de casos complicados y que representan un verdadero peligro para el paciente que padece la enfermedad parasitaria, y que el efecto de los medicamentos orales no alcanza a contrarrestar.
Ten en cuenta que aún cuando los remedios naturales sean eficaces, siempre es importante contar con la opinión de un especialista, sobre todo en el caso de los niños, ya que de no aplicarse un tratamiento adecuado a tiempo, se pueden generar consecuencias graves, Por otro lado, es importante manejar el estrés, pues una crisis de estrés tanto físico como mental puede producir una baja de defensas, lo que generaría una proliferación parasitaria.
