Psiquiatría: El estrés dinamita el trastorno bipolar en la infancia

El trastorno bipolar consiste en un trastorno de corte afectivo del estado de ánimo que se desestabiliza y produce un desajuste que interfiere en la vida diaria de una persona; cuando esta es un infante aún, puede ser un problema a lo largo de su adolescencia. Los síntomas que aparecen son muchos, pero podemos englobarlos en dos principalmente; uno, la manía y en segundo lugar, depresión.

Si los pacientes tienen episodios maníacos a continuación tendrán episodios depresivos de forma cíclica. Esto sugiere que de los momentos de expansión o exaltación anormalmente elevados, les siguen momentos de inestabilidad, tristeza o la mezcla de ambos. En algunos casos se puede confundir con un trastorno ciclotímico que cursa con el mismo paradigma si bien, podría llamarse un trastorno bipolar menos grave que va de la depresión a la euforia aunque desde el episodio de felicidad al depresivo o angustioso, a lo mejor pasen horas. En este sentido, muchos niños están sin diagnosticar precisamente por esta confusión en su estado de ánimo, propio de la edad, también.

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De ahí que en ambos casos, los estabilizadores del estado de ánimo pretendan detener las contínuas fluctuaciones que son perjudiciales para la salud.

El trastorno bipolar, conocido BD por sus siglas en inglés, es realmente un trastorno cerebral multifactorial en el cual los factores tanto ambientales como genéticos desempeñan un papel muy importante en la enfermedad; como estar expuesto a niveles altos de estrés durante períodos prolongados especialmente durante la infancia. Esta justificación viene dada debido a que los genes tempranos inmediatos, son unos genes que responden rápidamente a los estímulos ambientales y por tanto, al estrés.

Los IEG al responder al estrés, activan otros genes que conducen a la plasticidad neuronal que no es otra cosa que la capacidad de las células del cerebro para cambiar su forma y función en respuesta a los cambios del entorno.

De esa forma, el estudio considera que las personas que son infantes y tienen ya trastorno bipolar diagnosticado han alterado durante su crecimiento, el proceso de plasticidad neuronal que da al cerebro la capacidad de aprender y de adaptarse a nuevas experiencias.

Actualmente, un equipo internacional de investigadores de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, en Brasil, junto con científicos de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, y la Universidad McMaster de Canadá han publicado un artículo en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience, en el que explican la resistencia celular deteriorada en pacientes bipolares con la capacidad de recuperación deficiente.

El gen IEG conocido como EGR3, normalmente responde a estímulos estresantes y está reprimido en el cerebro de pacientes con BD, lo que sugiere que cuando se enfrenta a un factor estresante, dado que el EGR3 de los pacientes con BD no responde bien al estímulo. Esto sugiere por tanto que tanto el EGR2 como el BDNF pueden tener un papel importante en la resistencia celular deteriorada en el trastorno bipolar y en cada uno de los dos genes que pueden afectar a la expresión de cada uno en la célula. De ahí que al estar interconectadas las moléculas, se altere en pacientes bipolares.

Para ello, justifican que todos los trastornos mentales deben considerarse como cualquier otra enfermedad crónica en la que la biología subyacente desempeña un papel realmente importante dado que el funcionamiento mental no va bien y de hecho debe tratarse como una enfermedad biológica máxime si hablamos de niños o jóvenes adolescentes.

Actualmente el trastorno bipolar es una desorden mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. La alteración de esta enfermedad se ve aumentada si el paciente ingiere drogas o tóxicos que dinamizan las ya alteradas funciones cerebrales y los episodios van en aumento desde la manía hasta la depresión. Un buen diagnóstico, el uso de los fármacos para controlar esos episodios, una vida relajada o poco estresante y un conocimiento exhaustivo del paciente harán que tenga una vida normalizada cuando se equilibren esos dos síntomas que inicialmente le hacen sufrir y son devastadores.

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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