Morelos, Puebla y la Ciudad de México han sido las zonas más afectadas por el terremoto del día 19 de septiembre de 2017 clasificado como 18.2, donde se calculan más de 240 fallecidos. Se suman a Chiapas, Oaxaca y Tabasco, que fueron castigados por el del pasado día 7 de este mismo mes . Los mexicanos no levantan cabeza.
En el de primeros de mes, que lo sintieron unos 50 millones de ciudadanos, a día de hoy se dan las cifras siguientes: Chiapas, 16 muertos; Oaxaca, 71; Tabasco, 4.
En el del día 17, en la ciudad de México se reportan ya 98 fallecidos a las 20:00 hora local del miércoles 20 de septiembre (3 de la mañana del jueves en España). Para agravar la situación de los rescates, complicados y numerosos, a la misma hora se reportaba una intensa lluvia y granizo en algunas zonas, como Lindavista.
Las delegaciones Cuauhtémoc (Roma y del Valle, principalmente) y Benito Juárez han sido las más dañadas. En la primera, el delegado, Ricardo Monreal, ha informado de que se han caído 28 edificios y que existen 27 más con riesgo. En la segunda hay 26 decesos y 6 inmuebles colapsados.
Entre los edificios derrumbados hay que destacar el colegio de primaria Enrique Rébsamen, ubicado en el sur de la ciudad, en donde se han contabilizado 32 niños fallecidos y cinco adultos a las ocho de la tarde del miércoles 20. Contaba con tres pisos y ahora es un amasijo de escombros en donde aún se tiene la esperanza de encontrar a más niños con vida, pues se reciben señales de sus teléfonos móviles.
En el Estado de Puebla, cuya hermosísima capital del mismo nombre cuenta con unos magníficos edificios históricos, según ha informado su alcalde ya hay 43 fallecidos, se ha revisado el 46 % de 12 081 escuelas y 213 presentan alguna incidencia. Desgraciadamente, 120 tienen daños mayores. Algunas de las defunciones están relacionadas con los asistentes a un bautizo, quienes quedaron sepultados.
En Morelos, que lamenta la defunción de unos 55 habitantes, el municipio más perjudicado ha sido Jojutla, de unos 55 000 habitantes, que prácticamente ha quedado devastado. Esta localidad fue una de las que visitó el presidente del país, en donde le increparon. El rechazo de los mexicanos a Peña Nieto se sitúa en el 76 por ciento según las últimas encuestas.
El Estado de México, vecino de la Ciudad de México, no presentó ningún incidente en el área donde se lleva a cabo la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), ni tampoco a las instalaciones del tren interurbano México-Toluca.
Solidaridad
Los organismos relacionados con diputados y senadores no se están comportando como se esperaría de ellos. Tras el terremoto del día 7, el Senado abrió una cuenta para que los mexicanos aportaran sus ayudas, pero nada dijeron de sus donaciones. Las críticas y rechazo a la iniciativa funcionaron: verdad o mentira, acaban de anunciar que van a destinar 50 millones de pesos (escasamente 2,4 millones de euros) para ayudas. Y que van a proceder de sus propios recursos. También han informado de que esa cuenta ya ha llegado a un millón 150 mil pesos (unos 54 400 euros). Además, parece que 600 000 más (28 370 euros) se han invertido en comprar víveres que fueron entregados a Cruz Roja Mexicana.
Lo que sí está constatado es que los mexicanos se han volcado en ayudar a sus compatriotas. La gente se comunica a través de las redes sociales para solicitar elementos o acopios necesarios. Y obtienen respuesta. La labor de Cruz Roja es encomiable a la hora de repartir ayudas a quienes se han quedado hasta sin agua. Su eficacia pude constatarla en 2013, durante unas tremendas inundaciones que dejaron casi 150 muertos y más de 550 municipios afectados.
Por su parte, los estudiantes de las universidades, cerradas las clases, también están dedicados a colaborar en los centros de acopio y distribución de alimentos, e incluso aportan alimentos cocinados por ellos a fin de ayudar a quienes llevan horas tratando de rescatar a los que han tenido la desgracia de sucumbir bajo los escombros de sus viviendas o edificios de trabajo.
En definitiva, la tragedia ha sido paliada por los ciudadanos de a pie, puesto que los representantes políticos, salvo los gobernadores, casi han brillado por su ausencia. El presidente Peña Nieto se ha dejado ver manipulando cajas de alimentos, para hacerse la foto, por supuesto, algo denostado por los mexicanos afanados en ayudar a sus compatriotas. A Osorio Chong, el flamante vicepresidente del país, que aglutina también la máxima responsabilidad de seguridad, le abuchearon el mismo día del terremoto, cuando apareció para interesarse de primera mano por la tragedia.
No necesitan mirones, necesitan recursos para superar las tragedias, aseguran.
