Ecuador, el bello país andino, evoca con su nombre la línea Ecuatorial del planeta. Participa de una variada geografía: la Amazonia, Los Andes, la costa del Pacífico. Es séptima economía de Latinoamérica, exportador de petróleo, cacao, banana, camarón y flores, es potencia en biodiversidad ecológica, potencia energética y potencia turística con las islas Galápagos y la bella arquitectura de Quito, su capital, y Otavalo, pueblo indígena.
Tierra de volcanes, de la famosa “Escuela de arte quiteña”, con fuerte presencia indígena y tradiciones coloniales hispanas, fue uno de lo primeros países americanos en producir cine. En 1920, se filmó “El Tesoro de Atahualpa” dirigido por el ecuatoriano Augusto San Miguel. Con el advenimiento del cine sonoro se filmó solo esporadicamente, hasta la creación de la Cinemateca Nacional. En los 60 se fortaleció el documental y en los 80 se intensificó la producción de largometrajes. Surgen realizadores como Jaime Cuestas, Camilo Luzuriaga con “La Tigra” y Sebastian Cordero con “Ratas, Ratones, Rateros”(1999), que dan impulso a la industria.
Para hablarnos del panorama cinematográfico de Ecuador y de su película “Cenizas” (2017), conversamos, en el marco del Festival de Cine de Miami, con el joven realizador Juan Sebastián Jacome.
Juan Sebastián Jacome: Yo en realidad empecé haciendo música, ni pensaba en el cine porque en Ecuador no se hacia cine. Una película cada tanto. En el año 2000 se estrenó “Ratas, ratones, rateros”, y vi que era una película muy ecuatoriana que retrataba cosas que yo veía todos los días y fue un impacto. Vine a Estados Unidos a estudiar música, en la Florida State University, donde hay una muy buena escuela de cine y me conecté con gente de la escuela. Empecé a trabajar de voluntario en los rodajes y después de dos años me di cuenta de que lo mío, era el cine. Entonces, entré a la escuela de cine. Como ves, fue un acercamiento lento. Me gradué en el 2006, viví un año en Los Angeles, hice una película en Panamá, que se llama “La ruta de la luna” (2009), regresé a Ecuador en el 2011. Y “Cenizas” es mi primer película ecuatoriana, la filmé el año pasado y la estreno en el Festival de Cine de Miami.
Adriana Bianco: Tienes una gran responsabilidad porque eres precursor en la nueva industria cinematográfica de Ecuador…
JSJ: Si, desde el 2000, ha crecido mucho la industria, ya hay una ley de cine y desde entonces se hacen películas, aunque es una industria pequeña, hay mucho trabajo que hacer en cuanto a calidad de guiones, trabajo con los actores. Es importante trabajar con toda la rigurosidad para que la industria llegue a standard bien profesionales.
AB: En Ecuador hay un Instituto que ayuda y promueve el cine
JSJ: Si, existe el Instituto del Cine y Creación Audiovisual, que hasta el año pasado era Consejo Nacional de Cinematografía y este año por la nueva ley de cultura cambio el nombre. El apoyo es importante pero no es tan fuerte como debiera ser, no hay mucho dinero, dependemos del presupuesto anual del Estado. El cine no se nutre aún del cine, los recursos no salen del impuesto de taquilla, hay mucho trabajo político que hacer para que el cine recaude más dinero y pueda financiar las películas.
Es una industria importante y cada vez hay más gente que trabaja en cine, es importante que el Estado genere políticas de apoyo.
AB: Generacionalmente cómo te ubicas, a quiénes consideras maestros.
JSJ: Soy de una generación de comienzos del nuevo cine en Ecuador. Cuando empecé habia directores como Pedro Almodóvar, del cine argentino recuerdo “Cenizas del paraiso”, me llamó mucho la atención, también el director polaco Krzysztof Kieslowski con su film El decálogo …pero yo no sigo a ningún director sino que deseo crear mi propio estilo y tener mis propias historias basadas en mi vida …
AB: Cuál sería tu voz: un cine intimista, psicológico, temas cotidianos..
JSJ: He hecho solo dos film, pero dentro de la línea íntima, muy de personaje, muy de emociones. Me gusta entrar en la cabeza de los personajes, me interesa lo humano, ver la dualidad de las personas. En “La ruta a la luna” era la relación padre-hijo, en “Cenizas”, padre e hija.
AB: Ecuador tiene una población indígena, con una gran cultura, luego, la tradición colonial española muy arraigada. Esos conflictos del mundo indígena, de la sociedad ecuatoriana ¿te interesan..?
JSJ: El Ecuador es un país multiétnico, hay muchas contradicciones, y siendo un país chiquito tiene distintas geografias: la parte amazónica, la sierra, los volcanes, la costa, la isla Galapagos, para mi crecer en ese paisaje refuerza el deseo de investigar esa complejidad de la sociedad. Es un país pequeño pero muy complejo. Me interesa explorar esa complejidad.
AB: En “Cenizas”, vinculas la naturaleza con la trama y las emociones de los personajes, ésa es una característica del Romanticismo, pero en tu film tiene una lectura simbólica. Me impresionó también la banda sonora donde trabajas los silencios…Creo que en tu film es intencional….
JSJ: Si. Esta película habla sobre el hermetismo, el silencio frente a ciertos temas, como la violencia de género, el abuso sexual; por eso he trabajado el “silencio”. El volcán es lo que tu dices, un simbolismo del hermetismo de un conflicto que al final explota. El volcán silenciosamente va elaborando la erupción. El personaje femenino lleva 15 años de represión y éso, emocionalmente, tiene que explotar.
Para mi el volcán es algo muy especial, yo vivía muy cerca del volcán Pichincha, que erupcionó en el 49, y en el 2015, hubo una exploción en el Cotopaxi y allí fue cuando tuve estas sensaciones para la película.
AB: Las fotografías del volcán son muy impresionantes…trabajaste material de archivo o filmaste en directo…
JSJ: Hay de todo. Hay un poco de archivo, generamos ceniza con harina, aserrín, lanzamos mucha ceniza, porque yo quería que los actores sintieran la ceniza para que entren en ambiente. También usamos efectos especiales, tomas que yo hice cuando fui al volcan Cotopaxi en el 15 …hay un poco de todo, para lograr el clima y la tensión que deseaba.
AB: ¿Cuáles son tus proyectos futuros?
JSJ: Estoy escribiendo una película con Victor Mares, quien fue el editor de mi primer film y creo que vamos a trabajar con el mismo equipo. Formé una productora en Ecuador Abaca Films.
Siento que el cine esta creciendo en Latinoamérica y es una industria que va a marcar fuerte en los próximos años. Me gustaría tener coproducción con Argentina, que tiene una industria potente. Hay mucho futuro en las coproducciones entre los países latinoamericanos, hay buenas perspectivas y esto ayuda a la creación.