Para los latinoamericanos, Amado Nervo es una de las grandes figuras de la literatura del Nuevo Continente. Es el poeta del amor, la muerte y la vida. Nació en Nayarit el 27 de Agosto de 1870 y murió en Uruguay, el 24 de mayo de 1919.
Pero cuántos europeos conocen al poeta mexicano Amado Nervo, cuántos saben del gran movimiento Modernista de Latinoamérica?
Con motivo de su Centenario se celebran homenajes en casi todos los países latinoamericanos.
En Nayarit, México, las celebraciones se extienden durante todo el año y su casa natal, convertida en Museo, es visitada por más de cien mil mexicanos y turistas.
En Argentina, donde fue diplomático, lo recuerdan especialmente, como una de las grandes figuras de nuestra literatura hispana. La fama de Nervo fue tan grande que protagonizó en 1945 el film La amada inmóvil, narrando su historia de amor, dirigida por el español Luis Bayón Herrera, y en el papel del poeta el actor Santiago Gomez Cou.
Nervo perteneció al movimiento Modernista. El Modernismo es el primer movimiento literario con alcance internacional surgido en América Latina.
Se da por fecha de inicio, 1888, con la publicación del libro Azul, del poeta nicaragüense Rubén Dario, padre del movimiento. Se fue diluyendo después de la Primera Guerra Mundial.
Es verdad, que como movimiento de fin de siglo, (y nosotros vivimos un fin de siglo), participó de la decadencia y las dudas, recibió la fuerza del Romanticismo, los temas misteriosos y exóticos del Simbolismo, y la búsqueda del arte por el arte.
El Modernismo fue un movimiento mestizo, como nosotros los latinoamericanos, con algo de Europa: lo decadente, la cultura grecolatina, el ocultismo y algo de la cultura prehispánica indígena, pero también fue un movimiento revolucionario en cuanto a la métrica, versificación, imágenes y figuras poéticas, fue un movimiento mestizo que tomó de las tendencias europeas y del espíritu amerindio, lo mejor, y lo volcó en una renovación temática y estilística. Es un movimiento que nos identifica y que dio grandes poetas latinoamericanos: Dario, Lugones, José Martí, Santos Chocano, Díaz Mirón, Gutierrez Najera, Julian Casal, López Velarde, entre otros.
Nervo fue hombre de fin de siglo y hombre del Modernismo. El profesor Raul Castagnino, quien estudió su obra, nos habla de tres épocas: El inicio en su Nayarit natal, donde su profesión periodística comienza y su vocación de escritor se desarrolla en novelas y poemas. Otra etapa acontece en la ciudad de México, donde conoce a poetas y figuras del Modernismo, escribe Perlas Negras y Místicas, se consolida en el periodismo y viaja a Europa como corresponsal de su diario. En Europa su carrera de escritor cobra relevancia con la publicación de Poemas (1901) El éxodo y las flores del camino (1902), y Jardines interiores (1904). Cabe destacar también su obra de cuentista, especialmente “Cuentos misteriosos”, donde se demuestra precursor de la literatura fantástica latinoamericana.
En París conoce a su gran amor: Ana Cecilia Luisa Daillez, con quien vive durante diez años un amor en sombras. Al perder su trabajo como periodista con la Revolución Mexicana, gestiona incorporarse a la Carrera Diplomática, logrando ser Secretario en la Embajada de Madrid.
Al entrar en la diplomacia no puede casarse y mantiene su amor oculto, que muere en 1912, provocando una ruptura en su obra poética y en su vida. De aquella dolorosa experiencia son los poemas del libro La amada inmóvil, que se publicaron póstumamente en 1922.
De II. “Mas yo que yo mismo”:
! Oh, Vida mia, vida mia!,
Agonicé con tu agonía
Y con tu muerte me morí.
! De tal manera te quería,
Que estar sin tí es estar sin mí!
Este tercer período sería la reafirmación de su voz poética, alejándose del Modernismo y concentrando su poesía en temas filosóficos, pero manteniendo la gran musicalidad que siempre caracterizó su poesía, como se aprecia en Serenidad (1915) y Elevación (1917). Nervo era muy culto, y sus conocimientos de filosofos tanto clásicos como contemporáneos era vasta, también sus lecturas sobre religión y esoterismo.
Cuando regresa a México en 1918, era poeta consagrado y pronto lo reincorporaron al servicio diplomático como Ministro Plenipotenciario, destinándolo a Argentina, atendiendo Paraguay y Uruguay. Su presencia en el país austral significó un acontecimiento cultural. Al asistir a un Congreso en Montevideo, muere en el hotel y su cuerpo fue repatriado a México en la corbeta argentina ARA. En cada Puerto fue recibido con todos los honores, tal era su fama. Se encuentra enterrado en la Rotonda de las Personas Ilustres, en México.
La actualidad de Nervo, sorprende, tal vez se deba a su voz poética más filosófica, tocando los temas eternos del hombre: la vida, el amor y la muerte. Su verso fluye tan natural que muchas de sus poesías fueron musicalizadas, incluso la variación del famoso tango “El día que me quieras” basado en la poesía de Nervo:
El dia que me quieras tendrá más
Luz que junio;
La noche que me quieras será de
Plenilunio…
La mexicanidad de Nervo no solo se expresó en poemas patrios, se manifiesta en esa dualidad entre la vida y la muerte que atraviesa su poética, representada en la figura de la Coatlichue, la diosa madre, mitad vida, mitad muerte.
Sus metáforas, imágenes y visiones exóticas dan paso a una poesía más conceptual expresada con musicalidad y variación métrica. Su poema, En Paz, es un himno a la vida pero también un canto a la muerte.
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida
Porque nunca me diste esperanza fallida,
Ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
Porque veo al final de mi rudo camino
Que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
Que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
Fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
Cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
! Mas tu no me dijiste que mayo fuera eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
más no me prometiste tan solo noches buenas;
y, en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
! Vida, nada me debes! !Vida, estamos en paz!
Excelente homenaje al poeta, al hombre que creó aquella poesía que enmarca el epílogo de este merecido artículo, Amado Nervo, que me remonta a mis noches de guardia, de muy joven, con mi viejo amigo Horacio Nino, acumulando millas navegadas, y bajo la bóveda celeste…y asi todavía hoy escuchar en mi recuerdo este canto a la vida, a sabiendas de su finitud fisica cercana.
Gracias por llevarme hasta allí…
Muy interesante.
Bellisimo articulo. Cuanto uno aprende y disfruta al leerlo! Gracias