Hacer buenas fotos no es tan complicado. Con los consejos adecuados y un poco de práctica, cualquiera puede hacer fotos bonitas y de aspecto profesional. Si haces fotos con regularidad y experimentas con la composición, la iluminación y los ángulos, podrás mejorar tus habilidades con el tiempo.
A continuación presentamos los consejos más importantes para ello.
Sigue la luz
Es importante reconocer el tipo de luz que se desea. Comprueba si se trata de una luz suave, difusa, direccional o fuerte y planifica cómo incidirá la luz en la imagen. La luz suave y difusa es ideal para retratos y fotos de personas, ya que crea un aspecto uniforme y favorecedor. Si vas a fotografiar en exteriores, opta por las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando la luz del sol es más suave y direccional.
Debe evitarse la luz solar intensa, ya que puede crear demasiadas sombras y reflejos duros. Por otro lado, si vas a fotografiar en interiores, la luz natural de la ventana es ideal, ya que proyecta sombras preciosas y ofrece muchas posibilidades creativas. Por último, invierte en un equipo de iluminación profesional para llevar tus fotos al siguiente nivel con efectos de iluminación de alta calidad, como sombras espectaculares o luces intensas.
También puedes aprender de los profesionales, en una sesión fotográfica en Fixando, por ejemplo.
El ángulo correcto para hacer buenas fotos
Para hacer buenas fotos, no basta con apuntar la cámara al sujeto y pulsar el disparador. Uno de los elementos clave para hacer una foto impresionante es el ángulo de visión adecuado. El ángulo desde el que se mira al sujeto a través del objetivo puede cambiar drásticamente el aspecto y la sensación de las imágenes, creando dramatismo, emoción e interés que atraigan la mirada del espectador.
Los fotógrafos suelen pensar que las tomas a la altura de los ojos son «seguras», pero para conseguir algo realmente único y cautivador, merece la pena probar distintos ángulos para cada toma. No tengas miedo de experimentar y ser creativo: Agáchate o trepa para obtener perspectivas interesantes que harán que tus imágenes destaquen. Una ligera inclinación de la cámara puede marcar la diferencia entre una foto ordinaria y una extraordinaria.
Organiza los elementos de la imagen de forma armoniosa
La composición armoniosa de los elementos de una imagen puede ser crucial para conseguir una foto estéticamente agradable. Un buen punto de partida es la regla de los tercios, que divide la imagen en nueve partes iguales mediante dos líneas horizontales y dos líneas verticales espaciadas uniformemente. Cuando dispares, coloca el sujeto principal o el punto focal a lo largo de una de estas líneas o en una de las cuatro intersecciones.
Esta regla ayuda a crear imágenes equilibradas que atraen la mirada del espectador hacia el sujeto principal dejando espacio abierto a su alrededor. También puedes utilizar la proporción áurea para estructurar tu imagen dividiéndola en un patrón en espiral basado en los números de Fibonacci. Colocar el sujeto en el centro es otro método muy utilizado en fotografía, ya que crea simetría y mejora visualmente la imagen.
Un mal telón de fondo es una fuente de inspiración
Uno de los mayores retos de la fotografía es conseguir que el fondo no distraiga la atención del sujeto principal. Un fondo desordenado atrae la atención sobre sí mismo, ya que a menudo distrae y compite con el primer plano por la atención. Es importante que dediques tanto tiempo y esfuerzo a seleccionar un buen fondo como a seleccionar un buen primer plano. Al elegir el fondo, asegúrate de que no haya objetos que puedan distraer la atención del espectador del foco principal.
Busca un tono de color uniforme en toda la imagen o utiliza algo sencillo, como una ventana o una puerta difuminada, para no recargar la foto. Los fondos también pueden utilizarse para crear una atmósfera determinada. Por ejemplo, una foto en el exterior de alguien sentado en un banco podría beneficiarse de árboles de fondo en lugar de una pared de ladrillo
