Canción triste de Bessie Smith

Se publica una biografía de la gran cantante de blues

Hay una especie de maldición en las biografías de algunas cantantes cuyas vidas, de éxitos y de fracasos, terminaron en muertes trágicas. Ocurrió con Billie Holiday, con Janis Joplin o con Amy Winehouse. Y antes de todas ellas con Bessie Smith, cuyas canciones parecían augurar una vida de dificultades y un final de tragedia. Alpha Decay acaba de publicar su biografía («Bessie Smith»), escrita por la poeta Jackie Kay.

bessie-smith-alpha-decay-caratula Canción triste de Bessie Smith

Hija de un predicador baptista, la infancia de Bessie Smith y la de sus siete hermanos transcurrió en la pobreza más absoluta en Chattanooga (Tennessee), un pueblo racista del sur de los Estados Unidos. Vivían en una cabaña destartalada infestada de ratas y su situación se hizo insostenible cuando quedaron huérfanos. Bessie tenía entonces ocho años y para sobrevivir se le ocurrió cantar por las esquinas a cambio de la caridad.

Su hermano Clarence trabajaba en Moses Stokles Traveling Show, un minstrel, espectáculo ambulante de músicos y cómicos, que tenía un número con mujeres cantantes. Clarence le consiguió una audición y a partir de entonces pasó a formar parte de la troupe.

Tenía diecisiete años y su vida cambió por completo. Se acabaron las esquinas. Comenzó a cantar por todo el país para un público que pagaba sus entradas. En aquel espectáculo coincidió con una mujer llamada Ma Rainey, quien años después fue la primera que grabó blues e influyó en todas las demás. Se la conoce como la Madre del blues y para Bessie Smith fue también como una madre biológica.

Antes de grabar su primer disco Bessie Smith ya tenía muchos seguidores. Su fama hacía que desde kilómetros a la redonda acudíeran a verla cuando se anunciaba en cualquier localidad la presencia del minstrel en el que actuaba. Se dice que durante sus actuaciones el público se mantenía totalmente en silencio, como hechizado.

Con estas cualidades no era difícil que alguna casa discográfica se interesara por llevarla a un estudio de grabación. En 1923 la discográfica Black Swan la rechazó porque su voz era «demasiado negra». Ese mismo año grabó para Columbia Records «Downhearted Blues», su primer disco, que causó un gran impacto en la población negra, que se identificaba con las letras de sus canciones; resultaba que sus blues eran la versión cantada de sus vidas.

Pronto las ventas de los discos de Bessie Smith superaron a todas las grabaciones de blues del momento. Se hizo famosa, cada vez más gente quería escucharla también en directo y la Columbia estaba deslumbrada con sus éxitos. Le hicieron un contrato de ocho años durante los que grabó ciento sesenta canciones, algunas de ellas con músicos importantes como Coleman Hawkins, Fletcher Henderson, Benny Goodman y Louis Armstrong. Se la conocía como La Emperatriz del blues.

La decadencia de Bessie Smith coincidió con la crisis económica del veintinueve, que provocó el cierre de muchos teatros donde actuaban habitualmente los cantantes de blues. La gente tenía menos dinero para comprar discos, los gustos cambiaban y la industria discográfica del blues comenzó a hundirse. Columbia rescindió su contrato. Tuvo que compartir cartel con cantantes que no estaban a su altura y aceptar contratos miserables que la obligaban a trasladarse continuamente. En uno de estos viajes tuvo un accidente de coche a las tres de la madrugada y murió a causa de las heridas.

Estuvo en una tumba anónima hasta que en 1970 Columbia editó todas sus canciones en cinco álbumes dobles. Entonces se hizo una colecta para comprarle una lápida. Una de las personas que más colaboraron fue Janis Joplin, quien la admiraba.

En paralelo a sus éxitos, la vida de Bessie Smith escondía un drama personal. Su primer marido Earl Love murió al año de su matrimonio y la cantante se casó entonces con Jack Gee, un maltratador que ejerció un control absoluto sobre ella y sobre su dinero y que la destruyó por completo. Al final la abandonó y se quedó con el hijo que ambos adoptaron y con los derechos de sus composiciones.

Gee hizo desaparecer el contenido de un baúl en el que Bessie Smith guardaba recuerdos, documentos, fotografías y escritos que había ido reuniendo toda su vida. Durante los seis últimos años la cantante encontró refugio en Richard Morgan, el hombre que la acompañaba cuando sufrió el accidente en el que murió el 26 de septiembre de 1937.

I got the blues

Desde la primera canción, parece que los temas de sus composiciones fuesen una premonición de lo que iba a ser su vida. Muchas de las tragedias sobre las que cantó sucedieron después de las canciones y no antes: «Estuve loca por un hombre que me maltrataba a todas horas», cantaba ya en «Downhearted Blues».

El 15 de mayo de 1929, antes del crack y de que sus amigos empezaran a abandonarla, grabó «Nobody Knows You When You’re Down and Out»: «Entonces empecé a caer muy bajo, no me quería nadie, no tenía a dónde ir».

Gran parte de las canciones de Bessie Smith, muchas compuestas por ella misma, deben su éxito a las letras, en las que reflejaba lo que era la vida de los negros en una sociedad racista y misógina. Cuentan historias de maltratadores, de borrachos, de asesinos.

Algunas protagonistas eran mujeres normales contando la historia de su vida, la historia que no aparece en los libros. Hablaban de la melancolía del abandono, los malos tratos, la homosexualidad, el lesbianismo y la violencia sexual. Muchos de sus blues eran obscenos, eróticos y deprimentes.

El blues era la historia cantada de Bessie Smith: el alcoholismo, la promiscuidad, la violencia, la falta de amor, la pobreza, el trabajo, la muerte. Su voz aportaba además un registro que iba más allá de las letras.

Cuando murió había compuesto canciones que nunca se llegaron a grabar. Sus letras se perdieron para siempre.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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