Erri de Luca busca las raíces

El escritor italiano reflexiona sobre su condición de apátrida

Este pequeño libro que acaba de editar la editorial Periférica con el título de «Napátrida» comienza con el recuerdo de la salida del escritor italiano Erri De Luca por primera vez de su casa familiar de Nápoles en 1968 en busca de trabajo.

Napatrida-Periferica-cubierta Erri de Luca busca las raíces

Asomado a la ventanilla del tren fluyen incesantes las imágenes de los años pasados en aquella ciudad que le vio nacer, comenzando por el de un padre al que recuerda, en el momento de la despedida, con un gesto de impotencia, incapaz de evitar su marcha.

Las personas que abandonan su lugar de origen para asentarse en otro territorio sufren toda la vida una especie de expatriación incurable. Nunca acaban de asentarse definitivamente en sus nuevos destinos, de sentirse unidos a la nueva tierra de acogida, de echar raíces en ella, y con el tiempo tampoco se identifican plenamente con el lugar que abandonaron, donde cuando vuelven hay personas desconocidas, paisajes irreconocibles, relaciones que ya no se recuperan con la fuerza con la que se abandonaron.

La nueva patria de acogida nunca llega a ser la suya y la que un día sintieron como propia ya no los considera como tales.

La patria de Erri De Luca era Nápoles, por eso cuando vuelve a ella después de muchos años no llega a sentirse apátrida pero inventa una palabra, Napátrida, jugando con el nombre y el sentimiento de desarraigo de una ciudad en la que hasta se le hace difícil moverse.

Escribe: «Sigo siendo napátrida, alguien que ha consumado su cuota de pertenencia, poca, naciendo en un lugar y luego distanciándose de él a la fuerza: ninguna nueva alianza podía sustituir el destino del nacimiento».

Luca-Napatrida-©Alberto-Rodriguez Erri de Luca busca las raíces

«Napátrida» reúne una serie de escritos sobre aspectos diversos de la ciudad de Nápoles relacionados con las vivencias y los recuerdos de Erri de Luca. El Nápoles de su infancia, una ciudad de miseria. La belleza del Vesubio, siempre presente como una amenaza de fuego y ceniza. La presencia de los militares americanos después de la guerra.

Su maestro de educación primaria, siempre amargado e iracundo, que arrojó escaleras abajo de su casa a un grupo de madres que pretendían llevarle un regalo al final de un curso. Su afición al teatro, que nació en sesiones de aficionados en Nápoles y continuó con Darío Fo y Eduardo De Filippo, quien ponía a Nápoles en la escena y la engrandecía.

Y sobre todo el mar de Nápoles («el hogar de mi infancia fue el mar»), su oleaje, el puerto, los yates resguardados del viento, la pesca en una barca de marineros, de los que elogia su sentido de la solidaridad y donde los viejos no eran un peso: tenían peso. El peligro de ser asaltado en las calles de la ciudad desde los tiempos de Caravaggio, a quien «un maestro de armas y emboscadas empapó el hierro en su sangre tibia de vino».

La fama de ciudad maldita desde Carlos, el rey de los Valois, cuyos soldados culpaban a la ciudad de la transmisión de la sífilis, a la que llaman «le mal napolitain». La relación de Nápoles con San Jenaro, cuya sangre se licúa todos los años en un milagro perpetuo.

Y, cómo no, Diego Armando Maradona, quien hizo que los aficionados del Nápoles se desollaran las manos de tanto aplaudir. Maradona, salido de un suburbio bonaerense («sólo en el fútbol los suburbios son una mina, una cantera de talentos legendarios») a quien Nápoles recibió como un regalo de América del Sur, como contrapartida de los millones de emigrantes que zarparon desde el muelle de Beverello hacia el Río de la Plata.

Una carrera insólita

Cuando se fue de casa, Erri de Luca encontró trabajo. Primero en una fábrica y más tarde como albañil y conductor de camiones. Vivió en un piso compartido con otros cinco obreros, trabajando en turnos de día y de noche. Su compromiso político terminó llevándole a Lotta Continua, una organización de extrema izquierda una de cuyas facciones se unió al grupo terrorista Brigadas Rojas.

Lotta Continua publicaba un diario en el que Luca colaboraba con periodistas dirigidos por Pier Paolo Pasolini. No abandonó el grupo hasta su disolución en 1976.

En 1980 volvió a Nápoles como albañil para ayudar en la reconstrucción de la ciudad después del terremoto. En la guerra de la antigua Yugoeslavia condujo camiones con ayuda humanitaria en Mostar, y los bombardeos de la OTAN en 1999 lo sorprendieron en Belgrado.

Sus muchos trabajos y su militancia política no le impidieron hacerse con una formación autodidacta, incluyendo varios idiomas. Aprendió también hebreo para poder leer las Escrituras en su lengua original y gracias a ello escribió «Hora prima» sobre la Torre de Babel, y «Las santas del escándalo», las mujeres relacionadas con la genealogía de Cristo. En 1989 publicó su primera novela, «No ahora, no aquí», cuando iba a cumplir cuarenta años.

Inesperadamente para él, la novela fue un éxito literario en su país y fue traducida a varios idiomas. A partir de entonces sus libros cosecharon éxitos y premios. «Vinagre, arco iris», «Los tres caballos», «Montedidio» fueron superventas: «De la ciudad que me rodeaba me vino el impulso de contar historias», escribe en «Napátrida».

Pese a sus críticas al periodismo comenzó a colaborar en la prensa italiana («lo hago desde un punto de vista ornamental») como «La Repubblica», «Corriere della Sera», «Avvenire».

Es aficionado al alpinismo, que heredó de su padre, un militar de montaña, con cuyas experiencias escribió «En el rastro de Nives», y es un firme defensor de la libertad de expresión, que le ha costado varios expedientes.

Actualmente preside la Fundación Erri de Luca, de fines sociales y culturales y viaja por todo el mundo dando conferencias y presentando sus libros.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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