Una perla cinematográfica surrealista contra la austeridad…
La trilogía del cineasta portugués Miguel Gomes “Las mil y una noches”, coproducida por Francia, Alemania, Suiza y Portugal, presentada en la Quincena de realizadores de Cannes en el mes de mayo de 2015, ha sido estrenada en las salas comerciales en Francia este verano. El primer capítulo “El inquieto” se estrenó el 24 de junio, el segundo capítulo “El afligido” el 29 de julio, y el tercer capítulo “El encantado” el 26 de agosto, siguiendo la voluntad de su autor.
En total seis horas y media de metraje, que su autor ha querido separar en tres capítulos bien diferenciados y proyectados con un intervalo suficiente de tiempo, para mejor digerirlos y permitir su acceso a un más amplio publico. Ardua y valiente tarea.
Preferí durante el festival de Cannes, por falta de tiempo en la vorágine del certamen, evitar la visión del tríptico de Gomes, para poder apreciarlo con calma y sosiego en el momento de su estreno. Las he ido viendo pues al ritmo deseado por el autor, y esperado al final de este viaje hasta el fin de agosto, para escribir estas líneas sobre esta ambiciosa y brillante obra cinematográfica.
Miguel Gomes cineasta autor a contracorriente
Miguel Gomes se dio a conocer en la Quincena de Cannes con su segundo largometraje “Ese querido mes de agosto” 2009, una obra insólita que empezaba como un documental en el mundo rural portugués para transformarse en ficción. Pero su gran revelación será tres años después “Tabú” 2012, en el festival de Berlín. Una obra poética, critica y metafórica, estructurada en dos partes, “Paraíso” y “Paraíso perdido”, como la obra de Murnau a la que rinde homenaje en su titulo.
Con solo tres largometrajes en su haber, Miguel Gomes se ha ganado a pulso la reputación de ser un cineasta autor ingenioso y radical, con la admiración unánime de críticos y seleccionadores de festivales. Su actual trilogía confirma esa merecida fama.
Su primera película “La cara que mereces”, una especie de barroco y atractivo cuento de hadas sobre los padecimientos de un hombre que se niega a crecer, premiada en Portugal en el festival de Lisboa, no había logrado sin embargo difusión allende sus fronteras.
A contracorriente del tradicional cine narrativo, la filmografía de Miguel Gomes se afirma en su búsqueda iconoclasta de nuevas formas de expresión, mezclando géneros por doquier en su universo propio y original. Barajando ficción y documental con sugestivas imágenes, Gomes es de esos artistas que prefieren la magia del cine a la impostura del realismo, pero sin olvidar que el cine es ante todo esa magia que nos invita a soñar y que provoca la emoción.
Mil y una noches contra la miseria y la injusticia social
“Las mil y una noches” es una película radical en el sentido que intenta el difícil desafío de proponernos un mensaje social y una reflexión humana profunda sobre nuestra sociedad contemporánea en general y sobre la realidad portuguesa en particular, a través de un lenguaje cinematográfico surrealista, poético, fantástico y barroco.
La estructura narrativa inspirada en el célebre cuento de las mil y una noches sirve de hilo conductor a múltiples relatos servidos por un panel de excelentes actores e insólitas historias sobre la desesperación, la crisis, y el empobrecimiento del pueblo portugués, organizado por la troika europea y el Fondo Monetario Internacional.
Un tema de candente actualidad en toda Europa, en donde la supuesta Unión Monetaria se enfrenta actualmente a un estrepitoso fracaso, pues en vez de aportar bienestar para la mayoría de la población, trae solo miseria para el pueblo y enriquecimiento para los especuladores y las minorías. El mensaje cinematográfico y social de Miguel Gomes es pues perfectamente universal.
“Han pasado cosas tan absurdas en mi país que la gente solo se las puede creer si se las cuenta Scherazade..” afirma Miguel Gomes para explicar el porqué este deseo de adaptación surrealista de las mil y una noches, a través de increíbles historias reales de la más cruda realidad social portuguesa.
El inquieto, o la vergüenza del poder
En el primer capitulo: “El inquieto”, el cineasta explica su angustia al no poder hacer una película en Portugal que no hable de la realidad social de ese Portugal devastado por la crisis y el desempleo.
Scherezade relata pues la desesperación de ese país, desde el cierre de los astilleros de Viana do Castelo, a la amenaza de las avispas chinas que arruinan la apicultura, o la paródica reunión de priapistas representantes de la Troika y del gobierno portugués administradores de austeridad para el pueblo. Esos representantes del poder y de la finanza que a lomo de camello sufren de una erección permanente y vergonzosa, mientras provocan crisis, austeridad y desolación.
Todo ello culminando con la metafórica historia de un gallo (símbolo nacional portugués) que no deja dormir a los vecinos del lugar… en una vertiginosa mezcla de géneros, de épocas, de músicas y de sugestivos recursos visuales. Una constante en sus opciones de puesta en escena que se repite a lo largo de esta trilogía
El cine de Gomes nos hace pensar en Godard por su manera de tratar imagen, música y sonido, en Raúl Ruiz por sus digresiones fantásticas, pero también en la magia del tailandés Apichatpong Wheerasethakul, a quien ha tomado prestado por cierto su director de fotografía: Sayombhu Mukdeeprom.
“El afligido” o las lagrimas de un juez
En el segundo capitulo: “El afligido”, prosigue Gomes sus relatos y digresiones, como en las mil y una noches, con el personaje de Simao “el sin tripas”, interpretado por el actor Chico Chapas, un asesino que huye a través de la estepa portuguesa y sueña con putas y perdices. Un fuera de la ley admirado por el pueblo por haberse enfrentado al poder.
Más afligido que en el primer capítulo, el inquieto Gomes prosigue su andadura con un juicio al aire libre, en un anfiteatro romano, en el que hombres y mujeres disfrazados como en una escena teatral, confiesan en público sus delitos justificados por su extrema miseria. Desolación que llegará a provocar las lágrimas del juez, capaz por cierto de comprender todos los idiomas y lenguajes del chino al portugués, del ingles al lenguaje de los sordomudos.
Un perrito, Dixie y un loro, serán a renglón seguido el hilo conductor de una serie de trágicas historias de los habitantes de un desvencijado inmueble periférico. Historias de miseria cotidiana con un tono patético y documental.
“El encantado” o la esperanza de Grandola Vila Morena
En su tercero y ultimo capitulo “El encantado”, el cineasta libera a Scherazade, -la actriz portuguesa Crista Alfaite– que logra escapar del palacio del Visir para vivir una sensual relación con un joven tan apuesto como estúpido, viviendo nuevas aventuras y prodigando sus relatos.
De ese tono ligero y musical, con princesas orientales y genios encerrados en una lámpara, Gomes nos lleva de nuevo como en su segundo capitulo a la dura realidad social de Portugal, con sus viviendas baratas en las periferias urbanas dejadas de la mano de Dios. Asistimos así a la historia de una barriada de Lisboa, en donde los habitantes conmemoran la revolución de los claveles, cantando el himno nacional portugués y la canción “Grandola Vila morena”, anunciadora del renacer de Portugal en 1974. Habitantes de una zona periférica que organizan concursos de pájaros pinzones, capaces de cantar hasta perder la vida…
Con esos pájaros enjaulados, que cantan sin ver la luz del día y el relato del “bosque caliente”, traducción del nombre de una estudiante china llegada a Lisboa, en medio de una manifestación reprimida por la policía… La imaginación surrealista y libertaria de Miguel Gomes cierra con esa metáfora de pinzones cantarines esta trilogía, obra de indudable interés artístico y cinematográfico, pero de difícil distribución comercial que como el propio autor le dijo a su productor: “la buena noticia es que son tres películas… la mala noticia es que son tres películas”.
Finalmente su trilogía es como una especie de auto retrato cinematográfico de un director inquieto, afligido y encantado por la magia del cine