Fernando Iwasaki: historia, literatura y periodismo

Jorge Luis Borges suponía a la Historia como parte de la Literatura. Lo cierto es que tienen objetivos distinos y sin historia los pueblos pierden su identidad. Adentrarse en el pasado es tarea de titanes

Fernando-Iwasaki-Miami-2018 Fernando Iwasaki: historia, literatura y periodismo
Fernando Iwasaki en la Feria del Libro de Miami, 2018.

Fernando Iwasaki no escatima esa tarea, es historiador especializado en el Siglo de oro y es escritor de novelas, cuentos y ensayos. Historia y Literatura tiene diferentes ámbitos y el escritor peruano indaga los límites.

Fernando Iwasaki, peruano de nacimiento, vive hace más de veinte años en España, es historiador, filólogo, escritor y columnista en varios periódicos. Doctorado en Historia en la Pontificia Universidad Católica de Perú y en la Universidad de Sevilla. Es docente y especialista en gestión cultural siendo director de varias fundaciones. Ha obtenido varios premios, entre ellos el Premio Don Quijote de Periodismo de Premios Internacionales de Periodismo Rey de España concedido por la Agencia EFE en 2015, y Premio Málaga de Ensayo (2017).

Su obra es multifacética, entre sus cuentos y novelas notables encontramos: Un milagro formal (Alfaguara 2003), Ajuar Funerario (2004). El libro del mal amor (varias veces reditado), Neguijón (Alfaguara 2005). Sus ensayos son diversos, se destaca: Mario Vargas Llosa, entre la libertad y el infierno (1992), Las palabras primas (Páginas de Espuma 2016). Sobre Historia ha publicado varios trabajos: Extremo Oriente y Perú en el siglo XVI. Y su actual libro Aplaca, Señor, tu ira! (Fondo de Cultura Económica).

Iwasaki es extravertido, se comunica con facilidad y disfruta de los comentarios de sus admiradores en la Feria del libro de Miami. Entre conferencia y conferecia tuvimos esta conversación:

Fernando Iwasaki: Soy historiador y acabo de publicar “!Aplaca, Señor, tu ira!, El imaginario barroco de la Lima Colonial”, que sale en España y América Latina y tiene mas de 500 páginas. Es una investigación histórica. Escribir es atender varias vocaciones que existen dentro de mi. Escribo artículos, reseñas, crónicas, cuentos, ensayos y creo que todo tiene su propio ritmo, y cuando toque una novela tocará una novela.

Adriana Bianco: ¿Cuál es tu relación entre la historia y la literatura? Porque cuando trabajas como historiador trabajas con los método rigurosos de un historiador…

FI: Si, pero a mi me gustaría decir como decía Borges y Savater que a lo mejor la Historia es un género literario. Yo pienso que la literatura lo contamina todo, lo invade todo, lo fecunda y lo enriquece.  A veces, la prosa del historiador, del sociólogo o del científico social se vuelven distintas por la ambición literaria del que escribe.

AB: Tu prosa es una prosa muy esmerada, con cierta ironia, humor…

FI: Procuro que así sea y de hecho en este libro sobre el mundo colonial, los lectores me comentaron que se lee de una manera muy fluida, y que la escritura en sí, les atrae tanto como lo que se está contando.

AB: ¿Cómo analizas el barroco que se extiende a toda nuestra América Latina?

FI: Me parece muy atinada esta observación, porque el Barroco, como muchas otras cosas a lo largo de la Historia, fue un fenómeno global. El pensamiento, el imaginario, la mentalidad del barroco estaba en Europa y estaba en América Latina simultaneamente. En América, ese imaginario barroco era compartido por las clases altas y las bajas. Intelectuales e ignorantes, nobles y plebeyos, por los indios y los europeos, por la ciencia y por los cabalísticos

AB:… el barroco es parte de nuestro inconsciente colectivo…

FI: Efectivamente, era algo que, de alguna manera, surgía cuando había un terremoto o sunami o fenómenos catastróficos o tormentas, milagros, procesos de santidad o causas de Inquisisción, todo aquello que hiciera creer al pensamiento barroco que había una irrupción de lo sobrenatural. Como eran personas que estaban siempre atentas a descubrir la presencia divina o satánica en todo, el mundo era un mundo casi de realismo mágico. Las expresiones de ese pensamiento y de esa literatura estaban en Latinoamérica y en Europa, por eso es interesante darle esa dimensión global al barroco.

Las-palabras-primas-cubierta Fernando Iwasaki: historia, literatura y periodismo

AB: Tu has escrito mucho sobre el español. En este libro que acaba de aparecer “Las palabras primas”, hablas de la necesidad de preservar la lengua con toda su riqueza de vocabulario, pero para la prensa lo primero es: lenguaje neutral, comprensible y preciso. ¿El periodismo esta dañando esta riqueza y variedad idiomática del español?

FI: Si, porque además el periodismo de habla hispana utiliza expresiones literalmente traducidas del inglés. Por ejemplo: “construir el relato”, “cruzar la línea roja”, “seguir la hoja de ruta”, esta tomado literariamentre del inglés. Nunca habían existido esas expresiones en nuestra lengua porque tenemos las propias. Por ejemplo:  ‘Noticias falsas”, tenemos la palabra “paparrucha” que significa “noticia falsa” y está en  nuestro diccionario desde 1822.

AB: Estamos frente al prestigio del idioma inglés, prestigio respaldado por lo económico y político…

FI: Si.  Pero, además, somos 570 millones de hispanohablantes que descuidamos nuestra expresión. Si no valoramos y cuidamos nuestra lengua, ¿que quedará de ella?

AB: Otro planteamiento importante son las redes sociales, los mensajes de texto y el uso de un lenguaje codificado, con abreviaciones, simbolos…estamos frente a una mutación lingüística internética.

FI: Si los textos del celular se quedaran en el cellular… pero hay muchachos que en los exámenes universitarios escriben como si fuera un mensaje de texto. Y éso no podemos consentirlo.

Yo creo que los que somos de Humanidades y de Letras no velamos por nuestro saber, igual que los profesores de ciencias y matemáticas. Ellos no dudan de como se deben sumar los exponentes, simplificar los radicales, trabajar con diversas fórmulas matemáticas, físicas o química, ellos no aceptarían una libre interpretación de una fórmula o de un teorema, pero nosotros sí, nosotros negociamos una palabra, se puede escribir con hache, sin hache, con ce o con ese, lo permitimos todo, Éso no lo consentirían los científicos. Por lo tanto, yo defendería el correcto uso de nuestra lengua de la misma manera que lo hacen los científicos.

AB: La Academia de la Lengua Española trabaja intensamente en todo éso. Volviendo a tu obra, el tema de la Inquisición aparece en tus libros. ¿Cuáles fueron las razones para que escribieras un tema tan controversial?

FI: En realidad, el libro que acabo de publicar fue el origen de todo esto. Yo me dediqué a investigar por qué en el siglo XVII limeño tuvimos cinco figuras de santidad. Cuando estudiaba el tema, revisando en el Vaticano los procesos de canonización, descubrí que no eran cinco, sino casi cuarenta, por supuesto no todo el mundo fue canonizado por la Iglesia Católica, se quedaron en diferentes estados de culto. Ahora bien, para que un santo sea reconocido como santo se necesitan testigos, y resulta que en Lima había un tribunal de la Inquisisción. Y se me ocurrio pensar:  ¿Cuántos de estos testigos iban por la mañana a declarar que fulanita era santa y por la tarde a decir que menganito había pactado con el demonio? Empecé a comparar los testigos, y apareció una floresta de personajes, algunos merecían un estudio histórico y otros un cuento literario, por lo tanto mi libro “Inquisiciones Peruanas”, mas otros estudios que yo tengo sobre santidad e Inquisición, surgen de aquella primera investigación que ahora he publicado.

He tardado veinte años en escribir este libro del imaginario barroco. Yo tardo muchos años en escribir lo que me interesa. “Neguijón” me costó cinco años, “Ajuar funerario”, ocho, voy poco a poco, escribiendo, investigando y los publico cuando me siento satifecho del resultado.

AB: Te preguntaba sobre tu trabajo de la Inquisición porque detrás esta el tema del judaismo en la literatura latinoamericana. Pensaba en la novela de Marcos Aguinis. Él me contaba que trabajaba solo en la investigación y que era uno de los momentos que más disfrutaba. Supongo que tu también investigas sin equipo y viviendo en Sevilla, centro de documentación de las Indias……

FI: Marcos Aguinis… Esa gran novela “La Gesta del marrano”…  Si, yo trabajo solo, recabo información por mi cuenta. En una época iba mucho al Archivo de Indias, durante mas de diez años he estado investigando mucho, tengo bastante material acumulando pero cuando necesito algo, voy.

AB: Me inquieta saber por qué tu encauzas un libro hacia lo literario y otras veces hacia lo histórico….

FI: Interesante pregunta…. Cuando los personajes o las tramas consienten una “mirada literaria” más que de historiador. El historiador deshecha nucho material, la viruta del taller de carpinteria del historiador, le sirve al escritor.

AB: En “Las palabras primas”, aparece tu veta de filólogo…

FI: Es un libro que se ha escrito durante años. Como soy un apasionado de la lengua española, acepto muchas invitaciones para congresos de profesores de español, o escribo en el periódico sobre el español, o en la radio hago algún comentario sobre una palabra. Es una preocupación permanente, entonces, llega un momento en que tengo material, lo organizo y surge el libro. Tomo palabras que han viajado de España a América y han regresado, a veces el significado ha cambiado. El español de España y de Hispanaoamérica se encuentran y hay un enriquecimiento.

AB: Hay además, una coherencia porque se revela tu preocupación por nuestra lengua. Me preocupa que hables de la literatura como viruta…(Nos reimos).

FI: Es una imagen muy plástica y como mi esposa es escultora. O sea, del taller del artista, de sus bocetos, salen cosas. Cuando visitas al taller de Rodin en París, allí hay una cantidad de esculturas inacabadas, pero que son espléndidas…cualquier piedra donde se insinua una forma que Rodin intuyó, ya es una obra autónoma por si.  Creo, que así como de las obras inacabadas de Rodin podrían sacarse obras completamente diferentes, del taller del historiador también salen fragmentos, el historiador deshecha un montón de personajes que no le sirven para el propósito que está demostrando…

AB: … pero la Historia busca la verdad de los hechos, la literatura no…

FI: La Historia busca la verdad, la Literatura lo verosímil, y el periodismo lo veraz. Son tres cosas diferentes y tres miradas sobre la verdad.  Una cosa es lo verdadero, otra lo verosímil y otra, lo veraz, estan marcados los terrenos de la Historia, de la Literatura y del Periodismo. Yo, a veces, los mezclo. A mi me gusta escribir sobre aquello que siendo verdadero es inverosimil, y desconcertar al lector. Que el lector al leer, diga: “Esto no puede ser cierto”. Pero es verdad.

AB; La sorpresa es muy importante en la literatura…

FI: Para mi sí. Es importante. En Historia es diferente, puede ser una sorpresa si toda la vida nos han contado otra cosa. En el Perú teníamos una historia demasiado bella para ser cierta, con unos héroes invencibles, con creadores fecundos, con unas riquezas inagotables, es un  ejemplo de cómo, a veces, las historias nacionales son leyendas doradas, pero no cuentan la parte oscura.

AB: La historia debe tomar un hecho y analizarlo desde diversos ángulos. Actualmente hay revisionismo histórico, todo debe estar ceñido a la documentación.  En cambio,la literatura da libertad al autor…

FI: Ese revisionismo ha sido útil porque gracias a los revisionismos, como el Marxista de los años 60, alimentados por esta teoria de la CEPAL, de la dependencia, hoy tenemos una historia de América Latina mucho más crítica, que incorpora protagonistas que la historia tradicional no había contemplado.

Pero el historiador no puede elegir su tradición, pero puede elegir las miradas y los puntos de vista…  Este libro “Aplaca, Señor, tu ira!” me costó tanto, porque yo deseaba que las miradas fueran lo más originales posibles.

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