Volver a comer un día pan, o soñar con unos macarrones que sepan de verdad, es el deseo de todos los celíacos. Una dieta sin gluten de por vida no solo es muy complicada de llevar, por la escasez de alimentos si comemos fuera del hogar, sino por la angustia que supone no saber si existen trazas o contaminación cruzada en los productos que nos ofrecen.
Hoy en día están siendo experimentadas diversas opciones para que las personas con celiaquía puedan, en los próximos años, volver a comer alguna vez algo con trigo. Por ejemplo, la farmacéutica Takeda, ha investigado la utilidad de la terapia enzimática llamada KumaMax, que ha sido desarrollada por bioingeniería. Otra opción es la desarrollada por la compañía Innovate Biopharmaceuticals que ofrece controlar la permeabilidad intestinal de forma que se evite que las gliadinas entren en contacto con las células del sistema inmune; ensayo que aún permanece en la tercera fase.
Realmente, un celíaco come poco fuera de su casa, porque no tiene mucho donde elegir, cuando, realmente, al menos en la cocina española, casi ningún plato tiene expresamente gluten. Eliminar por completo de la alimentación el gluten es el tratamiento efectivo y es la única forma de mantenerse, al menos, sin síntomas.
La enfermedad celíaca es una patología autoinmune que afecta al menos al 1 % de la población. En definitiva, aunque el 30 % de la población tendría un perfil genético compatible con la enfermedad celíaca, tan solo ese 1 % la desarrolla.
Actualmente existen varias opciones que son toleradas por los celíacos. Una de ellas es la llamada terapia enzimática, cuya estrategia se basa en la administración de diferentes enzimas que trituran el gluten e impiden que se activen las defensas que son una amenaza para este colectivo; trigo, centeno, cebada entre otros productos ya procesados. La pastilla con enzimas digestivas que se extraen de bacterias, hongos o vegetales, trocearán las partículas tóxicas del gluten. Esto permitirá absorber mejor el gluten y que no sea dañino para los celíacos.
Por otro lado, la vacuna terapéutica permitirá, mediante un proceso similar a la inmunoterapia de los alérgenos, que el paciente se vacune con dosis más alta de de péptidos de gluten que inducirían a la tolerancia inmunológica. Mediante esta vacuna, las defensas del organismo de los celíacos aprenden que el gluten no es dañino.
Otra opción sería la que ofrece Nexvax2 que pretende reenseñar al sistema inmunitario de los celíacos y que se va a probar próximamente junto con el trigo apto para celíacos que propone el Consejo Superior de Investigaciones científicas (CSIC). Trigo que está manipulado genéticamente y no contiene péptidos tóxicos que afectan a los pacientes.
En todo caso, estas nuevas propuestas, que son sin duda prometedoras para el colectivo celíaco, no sustituirán a la dieta sin gluten, pero sí es cierto que podrán servir como complementos para comer fuera de casa o, en casos de dudas cuando el alimento contiene trazas.
Una especie de pastilla del día después que evitará los incómodos síntomas que produce la enfermedad.
En los casos en los que el paciente padezca sensibilidad al gluten o intolerancia, podrá ser efectivo de igual forma. En adultos, muchos dolores óseos, articulares, fatiga, menopausia precoz, parestesias, neuropatía periférica, debilidad muscular, osteopenia, osteoporosis, etc, son debidos a la enfermedad celíaca. En niños y adolescentes, los síntomas son más agudos, al producir diarrea, estreñimiento, distensión abdominal, retraso en el crecimiento o malnutrición. Una enfermedad sin duda aún desconocida porque está infradiagnosticada y tiene un importante campo que abarcar.