Hablamos de cabinas sanitarias: la solución definitiva del compacto fenólico

Desde las históricas letrinas que se encontraban en las vías públicas, donde cualquiera que lo necesitara podía entrar y hacer pleno uso, que se han encontrado en ciudades romanas, hasta las modernas cabinas sanitarias que ofrecen en sitios como instalacionestorrejon.com, la higiene pública ha evolucionado en comodidad y funcionalidad, aunque se mantiene un esquema tradicional, ayudado eso sí por las nuevas tecnologías para el tratamiento de residuos.

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Antiguas letrinas romanas en la ciudad italiana de Ostia

Según explica la Wikipedia, las letrinas públicas encontradas en la ciudad italiana de Ostía, cerca de Roma, consistían en un banco de mármol con varios agujeros en los que sentarse a evacuar y bajo ellos circulaba una corriente de agua que arrastra la materia fecal, y como recurso al actual papel higiénico, los romanos utilizaban un palo que llevaba en un extremo una esponja de mar.

Nuestro colaborador Paco Audije, con largos años de residencia en París y Bruselas, rememora algunos viejos urinarios y aseos públicos de esas ciudades:

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Urinario de Sainte-Cathérine, foto de 2003, extraída del libro «Petits coins dans la grande ville. Les toilettes publiques à Bruxelles du moyen âge à nos jours»

En París, he utilizado varias veces un urinario decimonónico situado en el bulevar de Arago, junto a la vetusta prisión de la Santé. Lo utilizan bastante los familiares de los presos. A primera vista parece apenas un quiosco elevado, oscuro y sucio. En las ciudades de Francia esos urinarios precedieron a los automáticos del siglo veinte. Eran sólo masculinos, pero gratuitos. Los viejos parisinos lo llamaban una «vespasienne».

En Bruselas, ya en el siglo veintiuno, he utilizado casi a diario otro distinto anclado en un muro de la iglesia de Santa Catalina (Sainte-Cathérine) porque mi domicilio estaba a cien metros. Olía poco porque el agua corría continuamente en aquella ciudad muy lluviosa. Una vez, invitado por un chef amigo, salí de un restaurante de lujo que está enfrente para desahogarme allí ya que el aseo de aquel local elegantísimo estaba ocupado. Después, volví a mi mesa tranquilamente para sorpresa de un camarero que vio mi maniobra. A finales del siglo diecinueve, en Bruselas llegó a haber unos doscientos urinarios repartidos por todo el espacio urbano.

En defensa de esa memoria colectiva, y junto a mi amigo Max, pescadero y tabernero, estuvimos a punto de crear un comité de defensa del urinario de Santa Catalina cuando vimos que habían puesto unos andamios para reformar la iglesia. No hubo necesidad de lucha. Las autoridades respetaron ese monumento público ligado a la historia de la única capital europea en la que la fuente y estatua de un niño meón sigue siendo el símbolo de la capital de Europa.

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En la sociedad urbanita actual, la necesidad de cabinas sanitarias se ha multiplicado en los centros sociales como colegios o polideportivos, en las empresas; y la implementación de medidas de higiene pública en grandes eventos ha llevado al diseño de cabinas sanitarias desmontables en espacios públicos.

Materiales como los tableros fenólicos permiten en la actualidad, por sus prestaciones y su precio, dividir y compartimentar espacios tales como baños públicos en colegios e institutos, terminales de aeropuerto y trenes, vestuarios de gimnasios y aseos comunitarios sin necesidad de obras.

El fenólico es una resina plástica sintética, creada en 1907 y que se utilizó inicialmente para fabricar la baquelita utilizada en interruptores de luz eléctrica y distintos dispositivos electrónicos antes de que se desarrollaran los plásticos actuales termoformables, que se funden y se forman mediante calor, en máquinas de moldeado por inyección y moldes que puedan soportar una alta presión y calor.

Los paneles fenólicos se utilizan también a menudo para fabricar muebles que deben instalarse en entornos húmedos, cuando se desea un panel de madera o contrachapado, pero se necesita ligereza y una alta resistencia al agua, además de ser hidrófugos.

Estos paneles también destacan como un material resistente en interiores exigentes, como pueden ser los hospitales, donde se utiliza para proteger cualquier pared y para mobiliario; como revestimiento de barandillas o suelos; así como en vías de acceso de ascensores, en vallas, en puertas o en vestuarios.

Se puede concluir que estamos refiriéndonos a un producto que garantiza una utilización segura de los aseos, WC, vestuarios, lavabos y duchas sin tener que exponerse a gérmenes y bacterias, y al mismo tiempo permite las divisiones adecuadas entre las zonas que se precisen en esos espacios.

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