La Caligrafía, de ayer a hoy

Dos exposiciones en la Biblioteca Nacional recogen materiales caligráficos desde el siglo XVI

En su libro “Historia de la escritura” Ewan Clayton afirma que esta es también la historia de las costumbres de aquellas civilizaciones que dejaron para la posteridad sus testimonios escritos. Así por ejemplo, en Roma eran los esclavos los que realizaban las labores de escribas porque en aquella sociedad la caligrafía se veía como una servidumbre, algo inadecuado para ciudadanos libres y adultos.

En la Edad Media esta actividad pasó a manos de la Iglesia, que adoptó muchos aspectos del sistema romano de escritura y tomó a su cargo la labor de copiar las obras de la antigüedad, un trabajo que se desarrollaba en monasterios a cargo de monjes que imprimían a su labor cualidades religiosas. Curiosamente la revolución industrial apenas tuvo impacto en la escritura a mano; al contrario, aumentó la producción de estos escritos e incluso aparecieron nuevos inventos relacionados con ella. La pluma de acero sustituyó a las plumas de ave y en 1714 se patentó la primera máquina de escribir, aunque no llegara a construirse.

La caligrafía es el antecedente de muchas formas del diseño y de la tecnología de la información contemporáneos, y España es uno de los países que posee una mayor riqueza patrimonial y ha generado una de las más amplias bibliografías sobre el tema.

La evolución de la escritura a mano es una de las más fascinantes historias que pueden ser estudiadas en el campo de la grafología y la caligrafía, cuya evolución puede verse ahora en dos exposiciones simultáneas que acoge la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, que van a contribuir a reconocer los méritos de la historia de nuestra caligrafía y su actual importancia.

La edad de oro de la caligrafía española

En una de ellas, “Caligrafía española. El arte de escribir”, se expone el valor estético y cultural de nuestra caligrafía entre los siglos XVI y XIX. Aquí se pueden ver materiales únicos de los fondos de la Biblioteca Nacional, la Residencia de Estudiantes o la Calcografía Nacional, junto a piezas de colecciones privadas. Entre ellas destacan “Arte de escribir” de Jaime Guiral de Valenzuela, “Arte de escribir ortografía de la pluma y honra de los profesores de este magisterio”, de Pedro Madariaga, o un tratado de Juan de Cuesta para enseñar a leer y escribir brevemente.

Escritos de Pedro Díaz Morante, de Juan Claudio Aznar de Polanco, de de los hermanos Felix y Tomás Zabala, manuscritos de Marcos Fernández de las Roelas y libros de Aldo Manuzio, Palatino o Francisco de Lucas, descubren al visitante de la exposición un mundo poco conocido o ignorado que se desarrolló en España siguiendo las normas de la escritura italiana del Renacimiento y el desarrollo de la imprenta.

En los primeros años del invento de Gutenberg los lectores preferían el manuscrito a las obras de la imprenta, al ser un texto personal y único en el que no habían interferido intermediarios, como ocurría con la censura en las obras impresas. Ahora incluso los nobles se ejercitaban el aprendizaje de la caligrafía, a la que tenían como uno de los méritos más sobresalientes.

Además de instrumentos y útiles de trabajo de calígrafos y grafólogos, se recogen aquí también los elementos imprescindibles para conocer los orígenes de una letra nacional, la bastarda española, su diseño y su evolución, que suscitaron uno de los debates más interesantes en el mundo de la escritura a mano, protagonizados desde posturas diferentes por Francisco Xavier Santiago Palomares y Joseph de Anduaga.

Tratado de escribir Bien de Luis de Olod

La creación de este modelo de letra española fue un encargo hecho a estos calígrafos por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, con el fin de conseguir una uniformidad interior y una distinción frente al exterior. Con la bastarda española se trataba de reivindicar, además, la representación de un carácter nacional. Esta letra apareció por primera vez en 1776 en la obra “El Arte Nueva de Escribir”. Era una mezcla de las letras redonda y cancilleresca italiana, una letra que el comisario de la esta exposición José María Ribagorda califica de “clara, gallarda y limpia”.

En España la caligrafía tiene uno de sus orígenes más cualificados en las obras de Juan de Iciar, quien fue el primero en imprimir un tratado de escritura, en 1548, el “Arte subtilissima, por la qual se enseña a escreuir perfectamente”. También son importantes Guiral de Valenzuela y Francisco Lucas, quienes además de calígrafos reconocidos fueron maestros y sentaron las bases de la enseñanza de este arte en nuestro país, un arte que continuaron Pedro Díaz Morante, Casanova y los hermanos Zabala. En 1608 Francisco Lucas publicó “Arte de escrevir”, el manual más divulgado en la época. Para ponderar la importancia de la caligrafía en estos años hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la Hermandad de San Casiano, una hermandad de maestros y calígrafos, fue la precursora de las escuelas normales de maestros en España.

Los primeros calígrafos españoles fueron también excelentes dibujantes y grabadores, hasta el punto de que se hace difícil a veces distinguir dónde termina la escritura y empieza el dibujo. A partir del siglo XVIII la caligrafía adopta en España la forma de una expresión artística personal que se aplica al comercio y a la industria. Y en el XIX, la llegada de la letra inglesa, sobre todo la cursiva (de cuya estética deriva la palabra cursi, por el rechazo que supuso en algunos sectores), se impuso a la bastarda española sobre todo en el comercio.

  • TÍTULO. “Caligrafía española. El arte de escribir”.
    LUGAR. Biblioteca Nacional. Sala Hipóstila. Madrid
    FECHA. Hasta el 10 de enero de 2016

El arte contemporáneo de la caligrafía

Expo-caligrafia-hoy-trazo-concepto La Caligrafía, de ayer a hoyEn la segunda de las exposiciones, “Caligrafía hoy. Del trazo al concepto”, se puede apreciar el carácter creativo y artístico de la caligrafía moderna y su aplicación al diseño actual, durante un periodo en el que la caligrafía en España evolucionó de una forma espectacular, tanto artística como comercialmente, aportando nuevas formas expresivas y experimentando con nuevas propuestas que introducen ritmo, color y textura en el mensaje. Logotipos, marcas comerciales, cartelería, publicaciones periódicas… son beneficiarios de esta nueva aplicación caligráfica a campos que van desde la publicidad y la información a las más diversas manifestaciones artísticas. En todas ellas la intervención directa de la mano del hombre (lettering, graffitis) trasciende la fría percepción de la estética informática.

La caligrafía moderna comienza a expresarse a principios del siglo XX en las obras del inglés Edward Johnston, el austriaco Rudolf von Larisch y el alemán Rudolf Koch, que consiguieron rescatar el arte caligráfico de la monotonía en la que vivía desde los últimos años del siglo anterior.

Expo-caligrafia-ricardo-rousselot La Caligrafía, de ayer a hoy
Ricardo Rousselot

En esta exposición, bajo el título “Frases y sentencias” se exponen trabajos de artistas calígrafos contemporáneos reflejados en los trazos de las letras que las componen. En “Identidad y marcas” se han agrupado trabajos comerciales que buscan el impacto en los destinatarios del mensaje. Los ‘exlibris’ se incluyen también en ese apartado. En “Diseño gráfico y editorial” se puede apreciar la evolución y las diferentes expresiones de la caligrafía en el mundo de la edición de libros.

Finalmente, en “Caligrafía aplicada” se contemplan trabajos en los que el artista pone sus destrezas en las variadas manifestaciones de la producción industrial y publicitaria: etiquetas, botellas, portadas de discos, posters, cubiertas de libros, prendas de vestir, y en soportes como tablas, envases, cascos o en la misma piel humana a través del tatuaje.

Una muestra de cómo la caligrafía ha evolucionado desde sus expresiones originales a las más vanguardistas y una demostración de cómo la sociedad asume en sus manifestaciones culturales una de las más antiguas expresiones artísticas.

  • TÍTULO.  “Caligrafía hoy. Del trazo al concepto
    LUGAR. Biblioteca Nacional. Sala de las Musas. Madrid
    FECHA. Hasta el 31 de enero de 2016
Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

1 COMENTARIO

  1. Buena exposición en general, pero con algún error de bulto en cuanto al criterio de selección de piezas. Me explico…

    En lo positivo, los hermosos trabajos de Ricardo Rousselot, la maravillosa Romana de Oriol Miró que preside la entrada, los excelentes logos comerciales de José Luis Vives, destacado representante del «Brush Script» y los estilos refrescantes de Ivan Castro, Victor Kams y otros (… me dejo muchos, lo siento).

    En lo negativo… Las dos exposiciones están en espacios totalmente separados, por lo que algún visitante puede pasar por alto la parte de «Caligrafía hoy», situada en el sótano. No está del todo mal esta separación, puesto que la calidad es muy dispar entre ambas.

    Me centraré en la segunda. Varios de los trabajos y autores que se exponen en «Caligrafía Hoy» dejan mucho que desear. Hay algún trabajo de tipo comercial cuya pobreza de nivel choca con el protagonismo que se le dado. «The Cream», por ejemplo, es un logotipo con el que nos topamos nada más entrar, basado en caligrafía de pincel, con defectos de ritmo, composición y quilibrio mejorables y falta de coherencia para con la supuesta herramienta base: el pincel. Para colmo, el autor no ha tenido pudor en ilustrar el proceso de abocetado, poniendo al descubierto su lamentable técnica y ausencia de talento tanto para la caligrafía como para el lettering. Inexplicable.

    No es el único trabajo deleznable presentado en esta expo, pero si el más evidente. Insisto, entre otras piezas de gran calidad que sí representan el buen hacer en lettering, lettering digital y caligrafía pura y son una delicia. La caligrafía y el lettering viven desde hace algunos años un momento dulce en España, por lo que me sorprende que no hayan encontrado mejores representantes, que completen el fenomenal equipo mencionado al principio.

    Vuelvo a casa preguntándome cómo en el Museo del libro de la Bliblioteca Nacional se les «cuelan» ciertas piezas… que solo están a la altura de una exposición escolar. Tirón de orejas al comisario.

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