La contaminación del aire afecta al rendimiento de los ajedrecistas

Un reciente estudio, cuyo coautor es un investigador del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), muestra como resultado que los ajedrecistas se desempeñan objetivamente peor y hacen movimientos menos correctos cuando hay contaminación en el aire.

tablero-con-ajedrez-de-combarbalita-900x504 La contaminación del aire afecta al rendimiento de los ajedrecistas

Según lo medido por un análisis computarizado de sus partidas, cuando hay un aumento con más partículas finas en el aire, la probabilidad de que los ajedrecistas cometan un error aumenta en 2,1 puntos porcentuales, y la magnitud de esos errores se incrementa en un 10,8 por ciento.

En este entorno, al menos, el aire más limpio conduce a una mente más clara y un pensamiento más agudo.

«Descubrimos que cuando las personas están expuestas a niveles más altos de contaminación del aire, cometen más errores y cometen errores más grandes», explicó el economista del Laboratorio de Urbanización Sostenible del MIT y coautor del artículo, Juan Palacios.

El estudio se titula, ‘Calidad del aire interior y toma de decisiones estratégicas’ y aparece en la revista Management Science. Los autores son el profesor asociado de la Escuela de Negocios y Economía de la Universidad de Maastricht, Países Bajos, Steffen Kunn y el profesor asociado también en la citada Escuela de la Universidad de Maastricht, Nico Pestel, además del mencionado Juan Palacios.

Las partículas finas se refieren a partículas diminutas de 2,5 micras o menos de diámetro, anotadas como PM2,5. A menudo se asocian con materia en llamas, ya sea a través de motores de combustión interna en automóviles, centrales eléctricas de carbón, incendios forestales, cocina en interiores a través de fuegos abiertos y más.

Los investigadores estudiaron el desempeño de 121 ajedrecistas en tres torneos de siete rondas en Alemania, durante tres años consecutivos 2017, 2018 y 2019, que comprendían más de 30.000 movimientos de ajedrez. 

Los académicos utilizaron tres sensores conectados a una página web, dentro de la sede del torneo, para medir el dióxido de carbono, las concentraciones de PM2.5 y la temperatura, todo lo cual puede verse afectado por las condiciones externas, incluso en un entorno interior. 

Debido a que cada torneo duró ocho semanas, fue posible examinar cómo los cambios en la calidad del aire se relacionan con variaciones en el rendimiento de los jugadores.

En un ejercicio de repetición, los autores encontraron los mismos impactos de la contaminación del aire en algunos de los jugadores más fuertes en la historia del ajedrez utilizando datos de veinte años de partidas de la primera división de la Liga Alemana de ajedrez por equipos (Schach Bundesliga).

Mientras tanto, para evaluar el desempeño de los jugadores, los académicos utilizaron programas de software que evalúan cada movimiento efectuado en cada partida de ajedrez, identifican decisiones óptimas y señalan errores significativos.

Durante los torneos, las concentraciones de PM2.5 oscilaron entre 14 y 70 microgramos por metro cúbico de aire, niveles de exposición comúnmente encontrados en ciudades de Estados Unidos y otros países.

Los investigadores examinaron y descartaron posibles explicaciones alternativas para la caída en el rendimiento de los trebejistas, como un aumento del ruido. 

También encontraron que los cambios de dióxido de carbono y temperatura no se correspondían con los cambios de rendimiento. Usando las calificaciones estandarizadas que obtienen los ajedrecistas, los académicos también tomaron en cuenta la calidad de los oponentes al que se enfrentó cada jugador.

En última instancia, el análisis que utiliza la variación aparentemente aleatoria de la contaminación provocada por los cambios en la dirección del viento confirma que los resultados se deben a la exposición directa a las partículas del aire.

«Es pura exposición aleatoria a la contaminación del aire lo que impulsa el desempeño de estas personas», explicó Palacios, quien añade: «Contra oponentes comparables en la misma ronda del torneo, estar expuesto a diferentes niveles de calidad del aire marca la diferencia en la calidad del movimiento y de la decisión».

Los investigadores también encontraron que cuando la contaminación del aire era deficiente, los jugadores de ajedrez se desempeñaban aún peor cuando tenían limitaciones de tiempo. 

Las reglas del torneo exigían que se hicieran 40 movimientos en 110 minutos; para los movimientos 31-40 en todos las partidas, un aumento de la contaminación del aire de 10 microgramos por metro cúbico condujo a una mayor probabilidad de error del 3,2 por ciento, y la magnitud de esos errores aumentó en un 17,3 por ciento.

«Nos parece interesante que esos errores ocurran especialmente en la fase del juego en la que los jugadores se enfrentan a la presión del tiempo», menciona Palacios, quien indica que «cuando estos jugadores no tienen la capacidad de compensar un rendimiento cognitivo más bajo con mayor deliberación, es donde observamos los mayores impactos».

Aunque el enfoque de este estudio en particular se centra estrictamente en jugadores de ajedrez, los autores citan en el artículo que los hallazgos tienen «implicaciones importantes para los empleados altamente calificados», quienes también podrían enfrentarse a tareas cognitivas complicadas en condiciones de polución variable del aire.

Según Palacios, el hecho de que incluso los jugadores de ajedrez, que dedican incontables horas a prepararse para todo tipo de escenarios a los que pueden enfrentarse en los torneos, pueden tener un peor desempeño cuando aumenta la contaminación del aire sugiere que un problema similar podría afectar cognitivamente a las personas de muchas otras maneras. 

«Cada vez hay más documentos que muestran que la contaminación del aire tiene un coste y que existe para cada vez más personas», cuenta Palacios. 

«Y este es solo un ejemplo que muestra que incluso para muchos buenos jugadores de ajedrez, que creen que pueden vencerlo todo, parece que con la contaminación del aire, tienen un enemigo que les hace daño», agrega.

El apoyo para el estudio fue proporcionado, en parte, por la Graduate School of Business and Economics de Maastricht y el Institute for Labor Economics de Bonn, Alemania.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la contaminación del aire provoca anualmente más de cuatro millones de muertes prematuras en todo el mundo, debido al cáncer, problemas cardiovasculares y otras enfermedades.

Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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